Elena De White: Mujer De Visión
CAPITULO 29— INCENDIO DE LA REVIEW AND HERALD
Era el martes 30 de diciembre de 1902, en un sereno anochecer de invierno en Battle CreekNo había nieve en el suelo. La mayoría de los 300 empleados de la Review and Herald, la « asa publicadora, habían dejado sus maquinarias y oficinas editoriales para el dfa. Habían llegado unos pocos obreros pata el turno de la noche. A. G. Daniells, el nuevo dirigente electo de la Asociación General, estaba todavía en su oficina en el segundo piso del Edificio Oeste, justo cruzando la calle North Washington. Un poco después de las 6:00 I. H. Evans, presidente y gerente general de la Review and Herald Publishing Company, y E. R. Palmer se habían reunido con él para examinar algunos nuevos folletos en preparación. A las 7:20 Palmer se fue, y Daniells y Evans estaban charlando. MV 436.1
Había sido un buen año para la Review and Herald, uno de los más prósperos. También había perspectivas promisorias para un ocupado 1903 (Suplemento de la RH, 28 de abril, 1903). MV 436.2
Sonó la campana del Tabernáculo, convocando a los fieles para la reunión de oración. Luego las luces eléctricas se apagaron. Daniells se asomó a la ventana y vio llamas que salían de la casa publicadora. MV 436.3
Unos pocos minutos antes, todo era normal en el enorme edificio. El sereno nocturno justo había terminado de hacer su ronda por el salón de máquinas. Luego los pocos empleados que estaban trabajando detectaron el olor de humo. Inmediatamente las luces de toda la planta se apagaron, dejando todo en completas tinieblas. El denso humo aceitoso que llenó el edificio con increíble velocidad obligó a todas a salir apresuradamente; aun entonces algunos encontraron que era imposible usar las escaleras y tomaron las salidas de emergencia para incendios. Todos los obreros salieron, pero uno apenas alcanzó a hacerlo, arrastrándose a través de cuartos llenos de humo hasta llegar a un lugar seguro. La alarma contra incendios había sido activada ante la primera detección de la emergencia. MV 436.4
Cuando los pastores Daniells y Evans alcanzaron la calle, toda la sala de prensas estaba en llamas. Un minuto o dos más tarde llegaron las autobombas del departamento de bomberos de la ciudad y pronto estaban echando agua sobre el fuego. Todo el edificio parecía estar envuelt o en llamas. Ningún bombero pudo entrar en ningún lugar. Los intentos por de tener el incendio fueron inútiles. Todos po- dían ver que nad Le era capaz de controlar las llamas. El Hno. Robert, del Departamento de Arte, salvó unos pocos muebles y algunos preciosos materiales de arte, pero no se pudo salvar nada de las oficinas editoriales o de la biblioteca. MV 436.5
Eran ahora un poco pasadas las 7:30; los bomberos dirigieron sus esfuerzos al salvataje del Edificio Oeste de dos pisos, cruzando la calle, y de los depósitos en el lado este de la planta de la Review. Afortunadamente, la brisa procedía del suroeste, y el humo y las llamas eran impulsadas por el viento a través de la Calle Main dentro del McCamly Park. A las 8:00 cayó el techo de la planta, y la maquinaria en los pisos superiores comenzó a desplomarse. Por las 8:30 las paredes de revestimiento de ladrillo se estaban derrumbando. MV 437.1
Aunque había una cantidad de empleados trabajando por todo el edificio, ninguno había visto el comienzo del incendio. Sin embargo, en forma general estaban de acuerdo en que el incendio había comenzado en el sótano, en la sala de máquinas original, debajo del cuarto de la dínamo. El primer informe que se publicó acerca del incendio decía: MV 437.2
El mismo día en que esto ocurrió, el jefe del departamento de bomberos de la ciudad, en compañía del electricista de las oficinas, hicieron una recorrida de inspección por todo el edificio, examinando los cables para las luces y otras posibles fuentes de peligro, y declararon que todo estaba en condición satisfactoria (RH, 6 de enero, 1903). MV 437.3
Esto se había hecho en consideración de la renovación de la póliza del seguro el l ‘de enero. El jefe de bomberos, un tal Sr. Weeks, que había dirigido la lucha contra un número de incendios grandes en Battle Creek, más tarde declararía que había tratado de extinguir cada uno de los incendios adventistas y que su puntaje era cero. “Hay algo extraño —dijo— acerca de sus incendios adventistas, con el agua derramada que actúa más como gasolina” (B. P. Fairchild a Arthur L. White, 4 de diciembre, 1965). MV 437.4
La planta publicadora de la Review and Herald había crecido hasta llegar a ser uno de los establecimientos publicadores más grandes y mejor equipados en el Estado de Michigan. Ahora era apenas un montón de escombros. ¿Por qué? MV 437.5
Mientras algunos de los miembros de la junta directiva estaban de pie observando las llamas, debe haber acudido a sus mentes una frase de una carta de Elena de White, escrita desde California y dirigida al gerente de la Review and Herald. Había sido leída a la junta trece meses antes: “Casi tengo temor de abrir la Review, temiendo de ver que Dios ha purificado por fuego la casa publicadora” (8T, p. 91). MV 437.6