Testimonios para la Iglesia, Tomo 7

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Las reuniones de junta

Recuerden los que asisten a reuniones de junta que se encuentran con Dios, quien les ha dado su obra. Reúnanse con reverencia y consagración del corazón. Se reúnen para considerar asuntos importantes relacionados con la causa de Dios. En todo detalle sus acciones deben demostrar que desean comprender su voluntad acerca de los planes que se han de trazar para el progreso de su obra. No malgasten un momento en conversación sin importancia; porque los asuntos del Señor deben dirigirse en forma perfecta y eficiente. Si algún miembro de una junta es descuidado e irreverente, recuérdesele que está en la presencia de un Testigo que pesa todas las acciones. 7TPI 244.1

Se me ha indicado que las reuniones de junta no agradan siempre a Dios. Algunos han acudido a estas reuniones con un espíritu de crítica, frío, duro y carente de amor. Los tales pueden hacer mucho daño; porque los acompaña la presencia del maligno que los mantiene del lado erróneo. Con cierta frecuencia su actitud insensible hacia las medidas que se están considerando produce perplejidad y demora las decisiones que deberían tomarse. Los siervos de Dios que necesitan descanso mental y sueño han sido angustiados y recargados por estos casos. Con la esperanza de llegar a una decisión, continúan sus reuniones hasta muy avanzada la noche. Pero la vida es demasiado preciosa para ponerla en peligro de esta manera. Dejad al Señor llevar la carga. Esperad que él ajuste las dificultades. Dad descanso al cerebro agobiado. El prolongar las sesiones hasta horas que no son razonables es algo destructor para las facultades físicas, mentales y morales. Si se diesen al cerebro los debidos momentos de descanso, los pensamientos serían claros y agudos, y los asuntos se atenderían con presteza. 7TPI 244.2