Testimonios para la Iglesia, Tomo 7

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La obra del ministerio

Todavía no se ha podido entrar en muchos campos maduros para la siega porque hemos adolecido de ayudantes abnegados. Se debe penetrar en estos campos, y muchos obreros deberían acudir a ellos con la determinación de costear sus propios gastos. Pero algunos de nuestros pastores están muy poco dispuestos a tomar sobre sí la responsabilidad de este trabajo, muy poco dispuestos a laborar con la misma cordial buena voluntad que caracterizó la vida de nuestro Señor. 7TPI 242.1

Dios se entristece al ver la falta de abnegación y perseverancia que manifiestan sus seguidores. Los ángeles se asombran del espectáculo. Que los obreros de Cristo estudien su vida de abnegación. El es nuestro ejemplo. ¿Pueden los ministros de hoy pretender que se los llame a pasar menos penurias que las que tuvieron que soportar los primeros cristianos, los valdenses y los reformadores de todas las edades, en sus esfuerzos por llevar el Evangelio a todos los países? 7TPI 242.2

Dios ha encomendado a sus ministros la tarea de proclamar su último mensaje de misericordia a todo el mundo. Siente desagrado con los que no dedican todas sus energías a la realización de esta tarea de importancia suprema. La infidelidad de parte de los centinelas encargados de vigilar los muros de Sion coloca en peligro la causa de la verdad y la expone a las burlas del enemigo. Ya es tiempo de que nuestros ministros comprendan la responsabilidad de su misión y carácter sagrados. Un ay pesa sobre ellos si fracasan en llevar a cabo la tarea que ellos mismos reconocen que Dios ha colocado en sus manos. 7TPI 242.3

No pocos ministros descuidan la obra que se les ha encomendado. ¿Por qué tienen que ocuparse de juntas y comités las personas que han sido separadas para realizar la obra del ministerio? ¿Por qué se los llama a asistir a tantas reuniones de negocios que muchas veces se realizan a grandes distancias de sus campos de labor? ¿Por qué no se colocan los asuntos administrativos en manos de hombres de negocios? Los ministros no han sido apartados para realizar esta clase de trabajo. Las finanzas de la causa deben ser manejadas correctamente por hombres que posean esos conocimientos, pero los ministros han sido elegidos para realizar una tarea diferente. Que la atención de los asuntos financieros descanse sobre otras personas que no hayan sido ordenadas para el ministerio. 7TPI 242.4

Los ministros no deben ser llevados de aquí para allá con el fin de asistir a reuniones de negocios para decidir cuestiones administrativas comunes. Muchos de nuestros pastores han hecho este trabajo en el pasado, pero el Señor no desea que se dediquen a esta clase de labores. Se han colocado sobre ellos demasiadas cargas financieras. Cuando tratan de cumplir con estas responsabilidades descuidan de llevar a cabo la comisión evangélica. Dios considera esto como una deshonra para su nombre. 7TPI 243.1

La gran viña del Señor exige de sus siervos lo que todavía no le han concedido: un trabajo perseverante y decidido en favor de las almas. El ministerio se está haciendo débil y enfermizo, y las iglesias también se han debilitado debido al servicio endeble de ellos. Estos ministros tienen muy pocas almas convertidas que mostrar como resultado de sus labores. La verdad no se ha llevado a los lugares áridos de la tierra. Estas cosas no hacen sino privar a Dios de la gloria que le pertenece. El necesita obreros que sean productores además de consumidores. 7TPI 243.2

Se tiene que amonestar al mundo. Los pastores deben trabajar intensa y piadosamente, abriendo obra en campos nuevos y realizando una labor personal en favor de las almas, en lugar de sólo dar vueltas alrededor de las iglesias que ya poseen una gran luz y muchas ventajas. 7TPI 243.3