Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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Por los caminos y los vallados

La orden de Cristo a su pueblo es: “Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”. Lucas 14:23. 6TPI 83.1

La invitación a la fiesta del Evangelio debe presentarse primero en los caminos. Debe ser dada a aquellos que afirman estar en los caminos de la experiencia cristiana, a los miembros de las diferentes iglesias. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Apocalipsis 2:7. En estas iglesias hay adoradores falsos y verdaderos. Debe hacerse una obra por aquellos que se han apartado de su primer amor, que han perdido su primer celo e interés en los asuntos espirituales. Debemos llevar la amonestación delante de los profesos cristianos que son transgresores de la ley de Dios. Debe dárseles el mensaje. 6TPI 83.2

El Señor dice: “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. Apocalipsis 3:1-3. 6TPI 83.3

La amonestación para la iglesia de los últimos días también debe ser proclamada a todos los que pretenden ser cristianos. El mensaje de Laodicea, como una espada de dos filos, debe ser llevado a todas las iglesias: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”. Apocalipsis 3:15-19. Nuestra labor es proclamar este mensaje. ¿Estamos haciendo todo esfuerzo para que las iglesias sean amonestadas? 6TPI 83.4

Tenemos una obra que hacer en favor de los ministros de las otras iglesias. Dios quiere que se salven. Ellos, como nosotros, pueden obtener la inmortalidad únicamente por la fe y la obediencia. Debemos trabajar por ellos con fervor para que la obtengan. Dios quiere que tengan una parte en su obra especial para este tiempo. Quiere que estén entre aquellos que han deben dar a sus hijos alimento a su tiempo. ¿Por qué no se habrían de integrarse a esta obra? 6TPI 84.1

Nuestros ministros deben procurar acercarse a los ministros de otras denominaciones. Oren por ellos y con ellos, pues Cristo intercede en su favor. Tienen una solemne responsabilidad. Como mensajeros de Cristo, deben manifestar profundo y ferviente interés en estos pastores del rebaño. 6TPI 84.2

La invitación que se ha de dar en las “salidas de los caminos” (Mateo 22:9), debe proclamarse a todos los que tienen una parte activa en la obra mundial, a los maestros y dirigentes del pueblo. Los que llevan pesadas responsabilidades en la vida pública, los médicos y maestros, los abogados y los jueces, los funcionarios públicos y los hombres de negocios, deben oír el mensaje claro y distinto. “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Marcos 8:36, 37. 6TPI 84.3

Hablamos y escribimos mucho acerca de los pobres a quienes se descuida. ¿No debiéramos llamar también la atención a los ricos a quienes se descuida? Muchos consideran a esta clase como sin esperanza, y poco hacen para abrir los ojos de aquellos que, enceguecidos y deslumbrados por el poder de Satanás, ya no tienen la eternidad en cuenta. Miles de ricos han bajado a la tumba sin ser amonestados, porque se los juzgó por su apariencia y se los pasó por alto por considerrarlosándolos como casos sin esperanza. Pero, por indiferentes que parezcan, se me ha mostrado que muchos miembros de esta clase social experimentan preocupaciones íntimas. Hay miles de ricos que sienten hambre de alimento espiritual. Muchos de los que ocupan cargos oficiales sienten su necesidad de algo que no poseen. Pocos de ellos van a la iglesia; porque no les parece que reciben ningún beneficio. La enseñanza que oyen no conmueve el alma. ¿No haremos un esfuerzo personal en su favor? 6TPI 84.4

Algunos preguntarán: ¿No podemos alcanzarlos con las publicaciones? Son muchos los no se pueden alcanzar de esta manera. Lo que necesitan es un esfuerzo personal. ¿Habrán de perecer sin advertencia especial? No era así en los tiempos antiguos. Los siervos de Dios eran enviados a decir a los que ocupaban cargos elevados que podían hallar paz y descanso solamente en el Señor Jesucristo. 6TPI 85.1

La Majestad del cielo vino a nuestro mundo para salvar a la humanidad perdida y caída. Sus esfuerzos incluían no solamente a los parias, sino también a los que ocupaban puestos de honor. Él trabajó inteligentemente para obtener acceso a las personas de las clases superiores que no conocían a Dios y no guardaban sus mandamientos. 6TPI 85.2

La misma obra se continuó después de la ascensión de Cristo. Mi corazón se enternece mucho al leer el interés manifestado por el Señor en Cornelio. Este era un hombre de elevada posición, un oficial del ejército romano, alguien que seguía estrictamente toda la luz que había recibido. El Señor le envió un mensaje especial del cielo a Pedro pidiéndole que lo visitara y compartiera la luz. Pensar en la compasión y el tierno amor de Dios hacia aquellos que andan en busca de luz y oran por ella, debiera proporcionar un gran estímulo a los dirigentees de nuestra obra. 6TPI 85.3

Muchos me han sido presentados como Cornelio; es decir, hombres a quienes Dios desea relacionar con su iglesia. Sus simpatías acompañan al pueblo que observa los mandamientos del Señor. Pero son retenidos firmemente por los vínculos que los atan al mundo. No tienen el valor moral para unirse con los humildes. Debemos hacer esfuerzos especiales por estas almas, pues en vista de sus responsabilidades y tentaciones requieren un trabajo especial. 6TPI 86.1

Por la luz que se me ha dado sé que un claro “Así dice Jehová” debe dirigirse ahora a los hombres que tienen influencia y autoridad en el mundo. Son administradores a quienes Dios ha confiado cometidos importantes. Si quieren aceptar su invitación, Dios los empleará en su causa. 6TPI 86.2

Hay hombres del mundo que tienen facultades de organización concedidas por Dios; son facultades que se necesitan para llevar adelante la obra para estos últimos días. Se necesitan hombres que puedan asumir la administración de instituciones, hombres que puedan actuar como dirigentes y educadores en nuestras asociaciones. Dios llama a hombres y mujeres que puedan mirar hacia delante y discernir la obra que debe hacerse, que puedan servir como fieles financistas, hombres y mujeres que se mantendrán leales como una roca a los principios en cualquier peligro o crisis que pueda surgir. 6TPI 86.3

La causa de Dios necesita ahora, como en el pasado, el talento que Dios se proponía que tuviera. Pero tanto egoísmo se ha entretejido en nuestras instituciones, que el Señor no ha logrado conectar con la obra a las personas que deberían estar unidas a ella. Dios ha visto que tales hombres y mujeres no serían reconocidos ni apreciados debidamente. 6TPI 86.4

Dios llama a obreros fervorosos y humildes para que lleven la verdad a las clases privilegiadas. No es por contacto casual, accidental, que personas pudientes, amantes y adoradoras del mundo pueden ser llevadas a Cristo. Hay hombres y mujeres imbuidos con el espíritu misionero que deben hacer esfuerzos personales definidos, y ellos no fracasarán ni se desanimarán. 6TPI 86.5

Debemos celebrar reuniones con el fin de orar, para pedir al Señor que abra el camino para que la verdad penetre en las fortalezas donde Satanás ha puesto su trono; y que disperse la sombra que él ha interpesto en el sendero de los que procura engañar y destruir. Tenemos la seguridad: “La oración eficaz del justo puede mucho”. Santiago 5:16. 6TPI 87.1

Pedid que se ore por la gente a favor de las cuales trabajáis; presentadlos delante de la iglesia como objetos de sus súplicas. Será justamente lo que los miembros de la iglesia necesitan para tener sus mentes alejadas de sus dificultades insignificantes; para sentir una gran preocupación, un interés personal, por un alma que está a punto de perecer. Seleccionad otra alma, y otra más, buscando diariamente la dirección de Dios, colocando todo delante de él en fervorosa oración, y trabajando con la sabiduría divina. Al hacer esto, Dios otorgará su Espíritu Santo para convencer de pecado y convertir el alma. 6TPI 87.2

Algunos son especialmente idóneos para trabajar en favor de las clases superiores. Los tales deben buscar diariamente al Señor y dedicar tiempo al estudio para aprender a alcanzar a esas personas; no para conocerlas simplemente, en forma casual, sino para conquistarlas mediante el esfuerzo personal y la fe viva. Deben manifestar un profundo amor por ellas y verdadera preocupación porque tengan un conocimiento de la verdad tal cual se la halla en la Palabra de Dios. 6TPI 87.3

Para alcanzar estas clases, los creyentes mismos deben ser “cartas” vivientes, “conocidas y leídas por todos los hombres”. 2 Corintios 3:2. No representamos en todo lo que podemos, el carácter elevador y ennoblecedor de la verdad. Estamos en peligro de convertirnos en siervos estrechos de miras y egoístas. Debemos recordar esto con temor y temblor, para que no fracasemos. 6TPI 87.4

Que aquellos que trabajan por las clases más favorecidas se conduzcan con verdadera dignidad, recordando que los ángeles son sus acompañantes. Que guarden la tesorería de la mente y el corazón repletos de “Escrito está”. Colgad en el vestíbulo de la memoria las preciosas palabras de Cristo. Deben ser valoradas muy por encima de la plata o el oro. 6TPI 87.5

No debemos ocultar el hecho de que somos adventistas del séptimo día. La verdad puede avergonzarse de nosotros porque nuestro proceder no esté en armonía con sus principios puros, pero jamás debemos avergonzarnos de la verdad. Cuando tengáis la oportunidad, confesad vuestra fe. Cuando alguien os pregunte, dadle una razón de la esperanza que está en vosotros, con humildad y temor. 6TPI 88.1

Es la constante comprensión del valor incomparable del sacrificio expiatorio de Cristo por nosotros, lo que nos califica para guiar a otros al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Debemos convertirnos en expositores de la eficacia de la sangre de Cristo, mediante la cual nuestros propios pecados han sido perdonados. Sólo así podremos alcanzar a las clases más privilegiadas. 6TPI 88.2

Se presentarán muchos motivos de desánimo en este trabajo. Se harán muchas revelaciones desconcertantes. Cristo ha dicho que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los cielos. Pero con Dios todo es posible. Él puede trabajar y trabajará mediante sus agentes humanos en las mentes de las personas adineradas cuyas vidas han sido consagradas a la búsqueda de riquezas. 6TPI 88.3

El universo celestial ha estado esperando por largo tiempo para cooperar con los agentes humanos en esta obra que se ha descuidado. Muchos que han intentado llevar a cabo esta obra, la han abandonado por causa del desánimo, mientras que si hubieran perseverado, habrían obtenido gran éxito. Aquellos que realizan fielmente esta obra serán bendecidos por Dios. La justicia de Cristo irá delante de ellos, y la gloria del Señor será su retaguardia. 6TPI 88.4

Hay milagros que deben efectuarse en las conversiones genuinas, milagros que no se disciernen ahora. Las personas más encumbradas no están fuera del poder de un Dios que obra maravillas. Si los que colaboran con él son personas que realizan sus deberes con valor y fidelidad, Dios los utiliará paa convertir a hombres que ocupan posiciones de responsabilidad, hombres de intelecto e influencia. Por el poder del Espíritu Santo, muchos aceptarán los principios divinos. Al contemplar a Jesús en su hermosura, en su renunciación y su abnegación, el que es rico y está lleno de autosuficiencia, se percibirá a sí mismo por contraste como un infeliz, miserable, pobre, ciego y desnudo; se considerará tan pequeño que preferirá a Cristo, y buscará asiduamente la vida eterna. 6TPI 88.5

Convertido a la verdad, se transformará en un instrumento en la mano de Dios para comunicar la luz. Tendrá una preocupación especial por otras almas de esta desatendida clase. Sentirá que se le ha encomendado una dispensación del Evangelio para aquellos que han hecho de este mundo su todo. Tiempo y dinero serán consagrados a Dios, recursos serán traídos a su tesorería, talento e influencia serán convertidos a la verdad, se añadirá a la Iglesia eficiencia y poder renovados. 6TPI 89.1

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Cristo instruye a sus mensajeros para que vayan también en busca de quienes están en los caminos apartados y los vallados: los pobres y humildes de la tierra. Muchos de ellos no saben qué hacer para ser salvos. Muchos están sumergidos en sus delitos y pecados; muchos se encuentran desesperados. Los afligen enfermedades de todo tipo, tanto del cuerpo como del alma. Anhelan encontrar solaz para sus tribulaciones, y Satanás los tienta para que lo busquen en la impureza y los placeres que los conducen a la ruina y a la muerte. Gastan su dinero en lo que no es pan, y trabajan por lo que no satisface. Estas almas no deben ser pasadas por alto. 6TPI 89.2

Con la obra de promover los mandamientos de Dios y reparar el portillo que ha sido abierto en su ley, debemos mezclar compasión por la humanidad sufriente. Debemos mostrar amor supremo a Dios; necesitamos exaltar su monumento conmemorativo que ha sido pisoteado por pies profanos; y con esta obra debemos manifestar misericordia, benevolencia y la piedad más tierna por el doliente y el pecador. 6TPI 89.3

En cada lugar donde se presenta la verdad, deben hacerse fervorosos esfuerzos desde el comienzo para predicar el Evangelio a los pobres y sanar a los quebrantados de salud. Fielmente realizado, este trabajo agregará a la iglesia muchas almas que habrán de ser salvas. 6TPI 90.1

Los que trabajan de casa en casa encontrarán oportunidades para el ministerio en muchos frentes. Deben orar por los enfermos y hacer todo lo que esté a su alcance para aliviarlos del sufrimiento. Deben trabajar entre los humildes, los pobres y los oprimidos. Debemos orar por y con los desamparados que no tienen fuerza de voluntad para controlar los apetitos degradados por las pasiones. Deben hacerse fervorosos y perseverantes esfuerzos por la salvación de aquellos en cuyos corazones se ha despertado un interés. Muchos pueden ser alcanzados solamente por acciones de bondad desinteresada. Sus necesidades físicas deben ser aliviadas antes. A medida que observen evidencias de nuestro amor desinteresado, será más fácil creer en el amor de Cristo. 6TPI 90.2

Las enfermeras misioneras son las mejor calificadas para esta obra; pero otras deben unirse a ellas. Estas, aunque no educadas ni entrenadas especialmente en enfermería, pueden aprender de sus compañeras de labor la mejor manera de trabajar. 6TPI 90.3

Abundan la habladuría, el fariseísmo y la vanagloria; pero estos jamás ganarán almas para Cristo. El amor puro, santificado, tal como se manifestó en la vida de Cristo, es como un perfume sagrado; como el perfume del aceite aromático derramado por María Magdalena, llena toda la habitación con fragancia. La elocuencia, el conocimiento, la verdad y los talentos inusuales, mezclados con amor, son todos dones preciosos. Pero ni la habilidad ni los talentos mejor seleccionados pueden por ellos solos ocupar el lugar del amor. 6TPI 90.4

Este amor debe ser manifestado por los obreros del Señor. El amor por Dios y por quienes Cristo ha muerto, hará una obra que escasamente comprendemos. Quienes no aprecian ni cultivan este amor, no pueden ser misioneros de éxito. 6TPI 90.5

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Todos los que aceptan a Cristo deben disponerse a trabajar por quienes están muertos en sus delitos y pecados. Dondequiera se haya proclamado la verdad y despertado y convertido a la gente, los creyentes deben unirse sin demora para practicar la caridad. Doquiera se haya presentado la verdad bíblica, debe establecerse la obra de la piedad práctica. En todos los lugares donde se haya establecido una iglesia, debe hacerse obra misionera para los desamparados y sufrientes. 6TPI 91.1