Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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Estudios bíblicos

Siempre que sea práctico, cada discurso importante debe ser seguido por un estudio bíblico. En esta ocasión, los puntos que se han presentado pueden ampliarse, pueden formularse preguntas e inculcarse las ideas correctas. Debe emplearse más tiempo para educar a la gente con paciencia, dándoles oportunidad de expresarse. Lo que la gente necesita es instrucción. Línea sobre línea, precepto tras precepto. 6TPI 75.1

Es necesario tener reuniones especiales para las personas que se interesan en las verdades presentadas y necesitan instrucción. Debe invitarse a la gente a estas reuniones; y todos, creyentes y no creyentes, debieran tener oportunidad de hacer preguntas sobre asuntos que no hayan comprendido completamente. Permitid que todos expresen las dudas que puedan tener. En todos los sermones y estudios bíblicos, permitid que la gente vea que todos los temas presentados, las doctrinas y los asuntos de fe tienen el respaldo de un claro “así dice Jehová”. 6TPI 75.2

Este fue el método de enseñanza de Cristo. Cuando hablaba a la gente, le preguntaban sobre el significado de lo que enseñaba. Él estaba preparado en todo momento para explicar el significado de sus palabras a los que buscaban humildemente ser iluminados. Cristo, sin embargo, no estimuló la crítica ni la duda y nosotros tampoco debiéramos hacerlo. Cuando alguien trate de provocar una discusión sobre temas controversiales de doctrina, decidle que la reunión no tiene ese propósito. 6TPI 75.3

Cuando contestéis una pregunta, aseguraos que los oyentes comprendan y acepten que ha sido contestada. No dejéis ninguna pregunta sin contestar, y si la hubiere, pedid que se haga de nuevo. Examinad vuestra manera de trabajar paso a paso y aseguraos de todo lo que habéis alcanzado. 6TPI 75.4

En reuniones de tal naturaleza, aquellos que entienden el mensaje, pueden hacer preguntas que arrojarán luz sobre diversos aspectos de la verdad. Pero algunos podrían no tener juicio para hacer esto. Cuando alguien hace preguntas que sólo contribuyen a confundir la mente y siembran semillas de duda, debe pedírsele a tal persona que se abstenga de hacer esas preguntas. Debemos aprender cuándo hablar y cuándo callar; aprender a sembrar la semilla de la fe, a impartir luz, no tinieblas. 6TPI 76.1