Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Palabra de precaución

Hermano mío, usted me ha sido presentado como alguien que está en peligro de separarse de nuestro pueblo, creyéndose el único y el todo. Pero si se une con aquellos que piensan como usted separado de la iglesia, que es el cuerpo de Dios, formará una confederación que ha de despedazarse, porque ninguna unión, salvo la que Dios ha forjado, ha de prevalecer. Los que están recibiendo una educación en los ramos médicos oyen insinuaciones de vez en cuando que desprestigian a la iglesia y su ministerio. Estas insinuaciones son semillas que germinarán y llevarán fruto. Es preferible que se les enseñe a los alumnos a darse cuenta de que la iglesia de Cristo en la tierra debe ser respetada. Es preciso que tengan un claro conocimiento de las razones de nuestra fe. Este conocimiento es esencial para que ellos puedan rendir un servicio aceptable ante Dios. Renglón tras renglón, mandato sobre mandato. Han de recibir la evidencia bíblica de la verdad tal cual es en Jesús. 8TPI 173.1

Le ruego que por favor no les inculque a los alumnos ideas que harán que ellos pierdan su confianza en los ministros que Dios ha nombrado. Pero esto es precisamente lo que usted está haciendo, esté consciente de ello o no. En su providencia, el Señor lo ha colocado en una posición donde puede hacer una buena obra por él con relación al ministerio evangélico, presentando la verdad ante muchos que de otra manera no la llegarían a conocer. Se verá tentado a pensar que para llevar a cabo la obra médica misionera es necesario alejarse de la organización o el orden eclesiástico. Semejante posición le hará tambalear. La obra que se hace por aquellos que vienen a usted buscando instrucción no quedará completa hasta que ellos sean educados a trabajar en conexión con la iglesia. 8TPI 173.2

No ha de hacerse de la obra médica misionera algo totalmente abarcante. En este sentido, usted se ha extralimitado. Hay una mayor obra que hacer. Hay que hacer circular por todo lugar las publicaciones que enseñan la verdad. Que no se anime a los estudiantes médicos a diseminar solamente libros que tratan sobre reforma pro salud. Cuídese de no estar llevando a cabo sus propios planes con descuido de los de Dios. 8TPI 174.1

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Extracto de una carta escrita en 1898 desde Cooranbong, Australia.

Hermano mío, el Señor Dios de Israel debe ser su consejero. Satanás ha descendido con grande poder para obrar con todo engaño y maldad. Apóyese en Jesús con toda su fuerza. Usted ha trabajado infatigablemente para conseguir buenos resultados. Este no es el tiempo para equivocarse. Nunca, nunca procure remover ni uno de los hitos que el Señor le ha señalado a su pueblo. La verdad está firmemente establecida sobre la Roca eterna: un fundamento que ninguna tormenta o tempestad podrá eliminar. 8TPI 174.2

Recuerde que tan pronto como permita usted que su influencia desvíe a otros del camino estrecho y angosto que el Señor ha designado para su pueblo, dejará de prosperar, porque Dios ya no será su guía. Vez tras vez me ha sido presentado el registro de la vida de Nabucodonosor para que lo exponga ante usted para advertirle que no confíe en su propia sabiduría ni en el brazo del hombre. No baje el estandarte de la verdad ni permita que se caiga de sus manos, para que nada que tienda a ocultar las características peculiares de nuestra fe se mezcle con el solemne mensaje para estos postreros días. 8TPI 174.3