Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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El propósito de Dios para la obra médica misionera

Melbourne, Australia,

3 de febrero de 1898.

Estimado hermano,

Me ha sido dada luz particular respecto a que usted está en peligro de perder de vista la obra para este tiempo. Está erigiendo barreras divisivas que tienden a separar de la iglesia su obra y aquellos a quienes está educando. Esto no puede ser. Se debe convencer a los que reciben instrucción en el ramo médico misionero que el propósito de su educación es prepararlos para hacer una mejor obra en colaboración con los ministros de Dios. No olvide, hermano mío, que el Señor tiene un pueblo sobre la tierra a quien estima. Pero sus palabras, y la manera en que frecuentemente las profiere, despierta la duda en cuanto a nuestra convicción como pueblo. Usted está en peligro de perder su confianza en la fe que ha sido una vez dada a los santos y de naufragar en cuanto a su fe. Fueron pronunciadas las palabras: “Un pequeño escape de agua hunde el barco. Un eslabón débil malogra la cadena”. 8TPI 170.1