Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Apartad la vista de los hombres

Puede ser que aún los miembros de la iglesia a la cual pertenece digan cosas que le ofendan. Pero, siga adelante con calma y en paz, siempre confiando en Jesús, recordando que no es dueño de sí mismo, que es propiedad de Cristo, comprado por la sangre del Hijo amado de Dios, y que está empeñado en su obra, procurando traer bendición a la humanidad. Esta es una gran obra. No deje que la perversidad de los hombres lo aparte de su firme confianza y fe perdurable en las promesas de Dios. 8TPI 141.1

A usted le duele cuando alguien por quien ha hecho mucho se convierte en su enemigo, habiendo caído bajo una influencia enemiga. ¿Pero no le hace usted lo mismo a Jesús al apartarse de él? Él ha sido su mejor amigo. Ha hecho todo lo posible para merecer su amor. Ha querido ganar su confianza. Le ha pedido que venga a él con todas sus cargas y penas, y ha prometido proveerle descanso y sosiego, si lleva usted su yugo y su carga. Él declara que su yugo es fácil y ligera su carga. Demuestre que lo cree. Confíe en la palabra de Dios. Usted nunca habría podido estar donde está, llevando las responsabilidades que tiene, a menos que Jesús le hubiera dado ayuda especial. Reconózcalo. Alabe a Dios por haberle sido de ayuda, y confíe aún en él. 8TPI 141.2

Que Cristo forme parte de su vida. No piense que usted es responsable por el mal comportamiento de los demás, aunque sean de la iglesia. En la iglesia hay personas infieles que tratan a Jesús peor que a usted. Si él estuviera en la tierra, lo insultarían, lo injuriarían, y lo denigrarían. “Es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!... Mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. Mateo 18:7, 6. 8TPI 141.3

Usted lleva una carga pesada. Ojalá que todos pudieran sentir esto como yo. Ojalá que todos sus hermanos le fueran leales y fieles, que no le sirvieran de estorbo, que no lo exaltasen ni glorificaran, sino que lo vieran como uno a quien Dios está usando como instrumento para hacer una obra determinada, y recordaran que no deberían estorbar el progreso, sino arrimar el hombro, ayudando y no entorpeciendo. 8TPI 142.1