Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

27/197

Una palabra de advertencia

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. 8TPI 81.2

“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Mateo 24:30, 31; 42-51. 8TPI 81.3

Hermanos, cuidado, mucho cuidado. Los médicos misioneros están realizando una obra que responde a la descripción dada en los versículos 48-51. El Señor está obrando para alcanzar a los más depravados. Muchos han de saber lo que significa ser atraídos a Cristo, pero no tendrán el valor moral para lidiar contra el apetito y las pasiones. Pero los obreros no han de desanimarse por esto; porque escrito está: “En los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios...”. 1 Timoteo 4:1. ¿Apostatan sólo los que fueron rescatados de los más profundos abismos? Hay algunos en el ministerio que han recibido gran luz y un conocimiento de la verdad que no serán vencedores. No controlan sus apetitos y pasiones ni se niegan ellos mismos por amor a Cristo. Muchos de los desechados, aun los publicanos y pecadores, echarán mano de la esperanza presentada ante ellos por medio del evangelio y entrarán en el reino de los cielos primero que los que han gozado de grandes oportunidades y gran luz, pero que han estado andando en tinieblas. En el gran día final muchos dirán: “Señor, Señor, ábrenos”. Pero la puerta se cerrará, y su llamada será en vano. 8TPI 82.1

Debemos sentir estas cosas profundamente, porque son ciertas. Debemos tener en alta estima la verdad y el valor de las almas. El tiempo es corto y hay una gran obra que hacer. Si no sentís ningún interés en la obra que va en progreso, si no dais aliento a la obra médica misionera dentro de las iglesias, ella será hecha sin vuestro consentimiento porque es la obra de Dios, y es preciso que se haga. Mis hermanos y hermanas, poneos del lado del Señor y sed colaboradores fervientes, activos y valientes juntamente con Cristo, trabajando a su lado para buscar y salvar a los perdidos. 8TPI 82.2