Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

26/197

La obra médica misionera

Vez tras vez el Señor ha señalado la obra que la iglesia de Battle Creek y todos a través de los Estados Unidos deben hacer. Han de alcanzar una norma mucho más elevada en su adelanto espiritual que la que han alcanzado hasta ahora. Deben despertar del sueño y salir fuera del campo, trabajando por las almas que están a punto de perecer. 8TPI 78.1

Los obreros misioneros médicos están llevando a cabo la obra “por largo tiempo descuidada” que Dios le dio a la iglesia de Battle Creek: están dando la última invitación a la cena que él ha preparado. 8TPI 78.2

Mis hermanos, ¿por qué tenéis atadas tantas cosas en Battle Creek? ¿Por qué no lleváis la obra con publicaciones y el trabajo misionero a otras ciudades, donde hay tanta labor misionera que hacer? 8TPI 78.3

Los muchos intereses centralizados en Battle Creek deben ser divididos y subdivididos, y colocados en otras ciudades. Aquellos de vosotros que os consideráis sabios diréis: “Costaría demasiado. Nosotros podemos hacer la obra aquí en Battle Creek a menos costo”. Bueno, ¿no sabe el Señor todo esto? ¿No es él un Dios que comprende todo el razonamiento incrédulo que sostiene tantos intereses en Battle Creek? Él os ha revelado que deben crearse centros en toda ciudad. Esto haría que muchos sean llamados fuera de Battle Creek a trabajar en otras localidades. 8TPI 78.4

Para que se lleve a cabo correctamente, la obra médica misionera necesita talento. Requiere manos fuertes y dispuestas, y una administración sabia y perspicaz. Pero, ¿será esto posible cuando los que ocupan puestos de importancia, “presidentes de asociaciones y ministros”, estorban el camino? 8TPI 78.5

El Señor dice a los presidentes de asociaciones y otros hermanos influyentes: “Quitad de en medio las piedras de tropiezo que han sido puestas ante mi pueblo”. 8TPI 78.6

Nuestro pueblo en Battle Creek no ha ejercido sus talentos para planear y delinear cómo establecer el estandarte de la verdad en regiones donde el mensaje nunca ha sido proclamado y donde se deben hacer esfuerzos decididos; y el Señor ha movido al Dr. Kellog y a sus asociados a hacer la obra que corresponde a la iglesia y que les fue ofrecida, pero rehusaron aceptarla. Siguiendo sus propios caminos egoístas, algunos en Battle Creek, en lugar de aceptar la obra dada a ellos por Dios, han cegado su propia vista espiritual y la de otros; y Dios ha puesto su preciosa obra en manos de aquellos que están dispuestos a echar mano de ella y llevarla adelante. 8TPI 79.1

Dios está en su lugar santo, y mora también con el que tiene un espíritu humilde y contrito, para reavivar el espíritu de los humildes y el corazón de los contritos. Los que hacen la obra médica misionera deben tener la aprobación completa y la cooperación de la iglesia. Si les falta esto, se verán impedidos. No obstante, avanzarán. No está en el plan de Dios que haya dos iglesias en Battle Creek debido a la falta de cooperación. Es mucho mejor que se procure la unidad de acción. Si la obra médica misionera lleva esta clase de esfuerzo a las iglesias por dondequiera, si trabajan en el temor de Dios, se les abrirán muchas puertas, y los ángeles trabajarán con ellos. 8TPI 79.2

Por favor, leed la invitación a la cena, y el postrer llamamiento que hay que hacer. Estudiad lo que se está haciendo para cumplir el mandato del Señor. No alcanzo a entender por qué se manifiesta tanta indiferencia, por qué os mantenéis retirados, criticando y apartándoos. La red evangélica ha de arrojarse al mar, y ella recoge tanto lo bueno como lo malo. Pero, porque esto es así, ¿ignorarán los hombres y las mujeres los esfuerzos hechos para salvar a los que han de creer y que se unirán para alcanzar aquellas clases acerca de las cuales habló Cristo cuando reprendió a los fariseos? Los pecadores y las rameras, dijo él, “entrarán en el reino de Dios antes que vosotros”. ¿No véis que aun dentro de la iglesia hay personas que no tienen ninguna conexión con Dios? Pero Cristo dice acerca de la cizaña y el trigo: “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Mateo 13:30. 8TPI 79.3

Cuando el Señor conmueve las iglesias, instándoles que hagan cierta obra, y ellos rehúsan hacerla; y cuando algunos, uniendo sus esfuerzos humanos a los divinos, intentan extender la mano hasta las mismas profundidades del dolor y la miseria humana, la bendición de Dios descansará abundantemente sobre ellos. Aunque son pocos los que aceptan la gracia del Señor Jesucristo, su trabajo no será en vano; porque una sola alma es valiosa, muy valiosa, ante la vista de Dios. Cristo habría muerto por una sola alma para que ella viva por los siglos sin fin. 8TPI 80.1

Estudiemos el capítulo dieciocho de Mateo. Este capítulo iluminará nuestros ojos. “Mirad -dijo Jesús-, que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos, porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”. Mateo 18:10-14. 8TPI 80.2

Muchas almas están siendo rescatadas, arrebatadas de las manos de Satanás, por obreros fieles. Alguien debe sentir preocupación en su alma por encontrar a los que están perdidos para Cristo. El rescate de una sola alma sobre la cual Satán ha triunfado causa regocijo entre los ángeles del cielo. Hay quienes han destruido dentro de ellos mismos la imagen moral de Dios. La red evangélica ha de recoger a estos pobres desechados. Los ángeles de Dios cooperarán con los que están ocupados en esta obra, que no escatiman esfuerzo para la salvación de las almas que perecen, brindándoles oportunidades que muchos nunca habían tenido. No hay otra manera de acercarse a ellas, excepto por el método de Cristo. Él siempre actuó para aliviar el sufrimiento y enseñar la justicia. Solamente así podrán los pecadores ser levantados del abismo de la degradación. 8TPI 80.3

Los obreros han de trabajar con amor, alimentando, limpiando y vistiendo a los que necesitan su ayuda. De esta manera estas personas desechadas estarán preparadas para saber que alguien se preocupa por su alma. El Señor me ha mostrado que muchos de estos pobres desechados de la sociedad, gracias al ministerio de agentes humanos, cooperarán con el poder divino y procurarán restaurar la imagen moral de Dios en otros por quienes Cristo ha pagado el precio de su propia sangre. Serán llamados los elegidos de Dios, tenidos en grande estima, y estarán junto al trono de Dios. 8TPI 81.1