Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Se nos quiere desviar de los deberes presentes

El enemigo procura apartar la mente de nuestros hermanos y hermanas de la obra que consiste en preparar un pueblo capaz de subsistir en el día postrero. Sus sofismas están calculados para desviar la atención de los peligros y deberes de la hora presente. Inducen a despreciar la luz que Cristo vino a comunicar a Juan para su pueblo. Enseñan que los acontecimientos que están por sobrecogernos no son bastante importantes para prestarles atención especial. Anulan la verdad de origen celestial, y despojan al pueblo de Dios de su experiencia pasada para sustituirla por una falsa ciencia. 8TPI 311.2

“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”. Jeremías 6:16. 8TPI 311.3

Nadie intente derribar los fundamentos de nuestra fe, que fueron colocados en el principio de nuestra obra por el estudio de la Palabra acompañado de oración y por las revelaciones. Sobre este fundamento hemos edificado durante los cincuenta años que han transcurrido. Los hombres pueden suponer que han encontrado un camino nuevo, y que pueden colocar un fundamento más sólido que el que se colocó; pero es un grave engaño. Ningún hombre puede colocar otro fundamento que el que ya existe. 8TPI 311.4

Muchos, en lo pasado, intentaron establecer una fe y principios nuevos; mas, ¿por cuánto tiempo permaneció en pie su edificio? Pronto cayó, porque no estaba fundado sobre la Roca. 8TPI 312.1

¿Acaso los primeros discípulos no tuvieron que hacer frente a las afirmaciones de los hombres? ¿No tuvieron ellos que escuchar falsas teorías, y luego responder con firmeza: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”? 1 Corintios 3:11. 8TPI 312.2

Así es como debemos mantener nuestra confianza hasta el fin. Poderosos mensajes han sido enviados por Dios y por Cristo a su pueblo, para apartarlo del mundo y conducirlo paso a paso en la clara luz de la verdad presente. Los siervos de Dios, cuyos labios eran tocados por el fuego sagrado, proclamaron el mensaje, y la declaración divina puso su sello sobre la autenticidad de la verdad proclamada. 8TPI 312.3