Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Dios revelado en Cristo

Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Jesús, el resplandor de la gloria del Padre, “y la imagen misma de su sustancia” (Hebreos 1:3), vino a esta tierra en forma de hombre. Como Salvador personal, vino al mundo. Como Salvador personal, ascendió al cielo. Como Salvador personal, intercede en los atrios celestiales. Ante el trono de Dios ministra en nuestro favor como “uno semejante al Hijo del Hombre”. Apocalipsis 1:13. 8TPI 277.2

Como la luz del mundo, veló el esplendor deslumbrante de su divinidad, y vino a vivir como hombre entre los hombres, a fin de que ellos pudieran conocer a su Creador sin ser consumidos. Ningún hombre vio jamás a Dios, excepto en la medida en que se reveló mediante Cristo. 8TPI 277.3

“Yo y el Padre uno somos”, declaró Cristo Juan 10:30. “Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. Mateo 11:27. 8TPI 277.4

Cristo vino para enseñar a los seres humanos lo que Dios desea que conozcan. En los cielos, en la tierra, en las anchurosas aguas del océano, vemos la obra de Dios. Todas las cosas creadas testifican acerca de su poder, su sabiduría y su amor. Pero ni de las estrellas, ni del océano, ni de las cataratas podemos aprender lo referente a la personalidad de Dios como se ha revelado en Cristo. 8TPI 277.5

Dios vio que se necesitaba una revelación más clara que la de la naturaleza para presentarnos su personalidad y su carácter. Envió a su Hijo al mundo para revelar, hasta donde podía soportarlo la vista humana, la naturaleza y los atributos del Dios invisible. 8TPI 277.6

Si Dios hubiera deseado que se le representara como morando personalmente en las cosas de la naturaleza, en la flor, el árbol, la brizna de hierba, ¿no habría hablado Cristo de esto a sus discípulos cuando estaba en la tierra? Pero nunca se habló así de Dios en las enseñanzas de Cristo. Cristo y los apóstoles enseñaron claramente la verdad de que existe un Dios personal. 8TPI 278.1

Cristo reveló todo lo que de Dios podían soportar los seres humanos pecaminosos sin ser destruidos. Él es el Maestro divino, el Iluminador. Si Dios hubiera considerado que necesitábamos otras revelaciones que las hechas por Cristo y las que hay en la Palabra escrita, las habría dado. 8TPI 278.2