Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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La obra para este tiempo

Santa Helena, California,

25 de junio de 1903.

A los médicos de nuestro sanatorio

Mis estimados hermanos,

Los que ocupan puestos importantes en la obra del Señor están representados como atalayas sobre los muros de Sión. Dios les pide que den la alarma al pueblo. Que se escuche por todo el valle. El día de lamentos, de consumación y destrucción ha llegado para todos los injustos. La mano del Señor caerá sobre los atalayas que hayan dejado de mantener claramente ante el pueblo su obligación hacia Dios, quien por creación y redención es su dueño. 8TPI 207.1

Hermanos míos, el Señor os pide que examinéis de cerca vuestro corazón. Os pide que adornéis la verdad en vuestra práctica diaria y en toda relación de unos con otros. Él exige de vosotros una fe que obra por medio del amor y que purifica el alma. Es peligroso jugar con las sagradas exigencias de la conciencia: peligroso para vosotros dar un ejemplo que cause que otros se salgan del camino. 8TPI 207.2

Los cristianos deben llevar consigo, por dondequiera que vayan, la dulce fragancia de la justicia de Cristo, dando muestras de que están cumpliendo con la invitación: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. ¿Estáis vosotros aprendiendo diariamente en la escuela de Cristo: aprendiendo a ser justos y nobles en el trato con vuestros hermanos, por vuestro propio bien, y por el bien de Cristo? 8TPI 207.3

La verdad presente nos lleva hacia adelante y hacia arriba, dándoles amparo a los necesitados, los oprimidos, los que padecen y están destituidos. Todos los que vengan deben ser introducidos en el redil. Debe llevarse a cabo en sus vidas una reforma que los transforme en miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Al oír el mensaje de verdad, hombres y mujeres llegan a aceptar el sábado y a unirse con la iglesia por medio del bautismo. Deben llevar el sello de Dios observando el sábado de la creación. Deben saber por experiencia propia que la obediencia de los mandamientos de Dios significa la vida eterna. 8TPI 207.4

Los recursos y una labor ferviente pueden con confianza invertirse en una obra como esta porque es una obra que ha de perdurar. Así los que estaban muertos en delitos y pecados son atraídos a la comunión con los santos y se les hace sentar en lugares celestiales con Cristo. Sus pies se plantan sobre un firme fundamento. Se les habilita para alcanzar una norma elevada, hasta las alturas más elevadas de la fe, porque los cristianos hacen sendas derechas para sus pies, para que lo cojo no se salga del camino. 8TPI 208.1

Toda iglesia debe trabajar en favor de los que perecen dentro y fuera de su territorio. Los miembros deben brillar como piedras vivas en el templo de Dios, reflejando la luz celestial. No se debe hacer ninguna obra al azar, de una manera casual o esporádicamente. Asegurarse bien de las almas que están a punto de perderse significa algo más que orar por un borracho y luego, debido a que él llora y confiesa la contaminación de su alma, declarar que ha sido salvo. Hay que pelear la batalla repetidas veces. 8TPI 208.2

Que los miembros de cada iglesia sientan que es su deber especial trabajar por las personas que viven en su vecindario. Que todo el que se diga estar bajo la bandera de Cristo sienta que ha entrado en un pacto de relación con Dios para hacer la obra del Salvador. Los que emprenden esta obra no debieran cansarse de hacer el bien. Cuando los redimidos estén en la presencia de Dios, habrá preciosas almas que responderán al pasarse lista, las cuales estarán allí debido a los esfuerzos fieles y pacientes que fueron hechos en su favor y de los ruegos y persuasiones fervientes para que acudieran a la Fortaleza. Así será cómo los que fueron colaboradores de Dios recibirán su recompensa. 8TPI 208.3

Los ministros de las iglesias populares no permitirán que la verdad sea presentada al pueblo desde el púlpito. El enemigo los hace resistir la verdad con encono y perfidia. Se inventan falsedades. La experiencia de Cristo con los dirigentes judíos se repite. Satanás se esfuerza por eclipsar todo rayo de luz que brilla de Dios hacia su pueblo. Obra por medio de los ministros de la manera que obró a través de los sacerdotes y gobernantes en los días de Cristo. ¿Se unirán a este partido los que conocen la verdad para obstaculizar, avergonzar, y echar a un lado a los que intentan trabajar como Dios manda para adelantar su obra, para establecer el estandarte de la verdad en los lugares donde reina la oscuridad? 8TPI 209.1