Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Se ayuda o se estorba al señor

Hay algunos entre los que ingresan en la obra médica misionera que están en peligro de introducir dentro de ella sentimientos inaceptables aprendidos en su educación previa. Es menester que practiquen los principios expuestos en la Palabra de Dios, de lo contrario la obra sufrirá daño como resultado de sus ideas preconcebidas. Cuando trabajamos con toda la habilidad santificada que Dios nos ha dado, cuando ponemos a un lado nuestra voluntad en favor de la voluntad de Dios, cuando el yo es crucificado a diario, entonces se verán buenos resultados. Avanzamos con fe, conscientes de que el Señor ha prometido llevar a cabo la obra que se le ha encomendado a él y que la terminará. Él nunca se equivoca ni fracasa. 8TPI 197.2

Los siervos de Dios son meramente mayordomos. El Señor actuará por medio de ellos si se entregan a él para que el Espíritu Santo trabaje en ellos. Cuando por fe los hombres se ponen en las manos de Dios, diciendo: “Heme aquí, envíame a mí”, él los acepta para su servicio. Pero los hombres no deben estorbar sus planes con maquinaciones vanidosas. Por años el Señor ha tenido pleito con su pueblo porque ha seguido su propio criterio y no ha confiado en la sabiduría divina. Que los obreros presten atención, de lo contrario le servirán de estorbo al Señor, impidiendo el avance de su obra, pensando que su sabiduría es suficiente para planificarla y llevarla a cabo. Si así lo hacen, el Señor corregirá el error. A través de su Espíritu, él ilumina y prepara a los obreros. Él determina a su manera sus propias providencias para llevar adelante su obra conforme a los designios de su mente y voluntad. 8TPI 197.3