Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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Una obra global

El Señor me ha mostrado que si el enemigo pudiera descarrilar la obra de Dios por vías equivocadas, y así impedir su avance, lo haría. Muchos de entre nuestro pueblo han hecho grandes inversiones sin haberse sentado a calcular el costo, sin averiguar si había bastante dinero para llevar adelante la obra que se inició. Ha habido falta de previsión. Muchos han perdido de vista la realidad de que la viña del Señor abarca el mundo entero. 8TPI 194.1

Las entradas fijas de los sanatorios no han de desembolsarse para sostener los múltiples ramos de la obra en favor de las clases bajas en nuestras ciudades pecaminosas. Muchos de los recursos que se han empleado para sostener esta gran obra, que crece cada día más, deberían haberse usado, por orden del Señor, para establecer instalaciones en otros países donde la luz de la reforma pro salud no ha brillado. Se debieron haber edificado en muchos países sanatorios menos costosos que los que se construyen en los Estados Unidos. De esta manera se habrían creado instalaciones que, al desarrollarse, hubieran ayudado a levantar establecimientos en otros lugares. 8TPI 194.2

El Señor es imparcial. Pero no ha sido bien representado por sus obreros. Lo que debió haberse hecho en muchos lugares de su viña fue entorpecido en gran manera porque hombres en el seno de la obra dejaron de ver cómo podía hacerse progresar el trabajo en los sectores más distantes de la viña. En algunos sectores del campo la tarea se ha hecho descomedidamente. Así se ha absorbido dinero que pudo haberse usado para facilitar el avance sin obstáculo de los obreros para establecer el estandarte de la verdad en lugares nuevos. No se debe privar de recursos a algunas porciones de la viña para emplearlos descuidadamente en otras. 8TPI 194.3

El hombre juzga conforme a su criterio limitado. Dios mira la clase de fruto que lleva el árbol, y después lo juzga. En el nombre del Señor pido a todos que piensen en la obra que estamos llamados a hacer y cómo ella ha de ser sostenida. La viña del Señor es el mundo, y hay que labrarla. 8TPI 195.1

No es el gran número de instituciones, los grandes edificios ni el despliegue exterior lo que Dios exige, sino más bien la acción armoniosa de un pueblo escogido por él y caro ante su vista, unido, y su vida escondida con Cristo en Dios. Todo hombre ha de estar en su heredad y en su lugar, ejerciendo una influencia benévola en pensamiento, palabra y hechos. Cuando todos los obreros de Dios hagan esto, y no hasta entonces, la obra de Dios llegará a ser completa y simétrica a cabalidad. 8TPI 195.2