Testimonios para la Iglesia, Tomo 9

55/153

Métodos de trabajo

En relación con la proclamación del mensaje en las ciudades populosas, hay diversas clases de obras que pueden llevar a cabo obreros con diversos dones. Algunos de ellos deben trabajar de un modo, y otros de una manera diferente. El Señor desea que se trabaje en las ciudades mediante los esfuerzos unidos de obreros de diversas capacidades. Todos deben volverse hacia Jesús en busca de instrucciones, y no depender de la sabiduría humana porque podrían descarriarse. Como colaboradores con Dios, deben procurar mantenerse en armonía mutua. Debieran consultarse con frecuencia y colaborar con entusiasmo y sinceridad. Pero todos debieran contemplar a Jesús en busca de sabiduría y no depender únicamente de la dirección humana. 9TPI 89.1

El Señor ha dotado a ciertos ministros de la capacidad de atraer y retener grandes congregaciones, lo cual requiere el ejercicio de tacto y habilidad. En las ciudades actuales, con tantas actividades que atraen y agradan, no es posible interesar a la gente mediante presentaciones y actividades comunes. Los ministros designados por Dios encontrarán que es necesario llevar a cabo esfuerzos extraordinarios para captar la atención de las multitudes. Y cuando logren reunir una vasta congregación, deben presentar mensajes de un carácter tan extraordinario que logren interesar y amonestar a los asistentes. Deben utilizar todos los recursos que sea posible idear para lograr que la verdad se destaque con claridad y definición. El mensaje de prueba para este tiempo debe presentarse con una claridad y decisión que alarme a los oyentes y los induzca a desear estudiar las Escrituras. 9TPI 89.2

Los que llevan a cabo la obra del Señor en las ciudades deben realizar un esfuerzo calmado, constante y dedicado para instruir a la gente. Mientras deben trabajar decididamente para interesar a los oyentes y retener su interés, al mismo tiempo deben cuidarse de no incurrir en actividades sensacionalistas. En esta época dominada por la extravagancia y la ostentación, cuando se piensa que es necesario hacer un despliegue de actividades extravagantes para obtener éxito, los mensajeros designados por Dios deben exponer la inutilidad de gastar innecesariamente recursos con el fin de producir efectos teatrales. Cuando trabajen con sencillez, humildad y dignidad, evitando todo lo que sea de naturaleza teatral, su obra realizará una impresión duradera para el bien. 9TPI 89.3

Es verdad que existe la necesidad de gastar dinero juiciosamente para anunciar las reuniones y hacer avanzar la obra con solidez. Pero el poder de cada obrero no se encuentra en el uso de recursos exteriores, sino en la confiada dependencia de Dios, en la oración ferviente en busca de ayuda y en la obediencia a su palabra. Hay que introducir en la obra de Dios más oración, más semejanza con Cristo y más conformidad con la voluntad de Dios. Las manifestaciones exteriores y el gasto extravagante de recursos no llevarán a cabo la obra que se debe realizar. 9TPI 90.1

La obra de Dios se debe efectuar con poder. Necesitamos el bautismo del Espíritu Santo. Tenemos que comprender que Dios añadirá a las filas de su pueblo, personas de habilidad e influencia que desempeñarán su parte en la tarea de advertir al mundo. No todos los habitantes del mundo viven en la ilegalidad y el pecado. Dios tiene muchos miles que no se han inclinado ante Baal. Hay hombres y mujeres temerosos de Dios en las iglesias caídas. Si no fuera así, no se nos habría encargado proclamar este mensaje: “Ha caído, ha caído la gran Babilonia... Salid de ella, pueblo mío”. Apocalipsis 18:2-4. Muchas personas sinceras anhelan respirar el aire fresco del cielo. Reconocerán el Evangelio cuando alguien lo presente en la hermosura y sencillez con que lo presenta la Palabra de Dios. 9TPI 90.2