Testimonios para la Iglesia, Tomo 2

14/87

Advertencias y reprensiones

Querido Hno. O,

Se me mostró que usted estaba rodeado de tinieblas que los rayos de la luz de Jesús no alcanzaban a penetrar. Parecía que no era consciente del peligro en que se encontraba, sino que estaba en una condición de negligente indiferencia, sin sentimientos y despreocupado. Pregunté por la causa de esta situación tan temible, y se me llevó a varios años atrás para mostrarme que usted no había sido santificado por la verdad desde el momento cuando la abrazó. Usted ha dado rienda suelta a sus apetitos y a sus pasiones carnales, en detrimento de su espiritualidad. Se me mostró que Dios había dado luz mediante los dones otorgados a la iglesia para instruir, aconsejar, guiar, reprender y advertir. Estos testimonios que usted profesó creer que procedían de Dios, no los tomó en consideración para vivirlos. No prestar atención a la luz equivale a rechazarla. El rechazo de la luz deja a los hombres cautivos con cadenas de tinieblas e incredulidad. 2TPI 85.2

Se me mostró que usted había aumentado el número de miembros de su familia sin comprender la responsabilidad que estaba asumiendo. Le ha resultado imposible hacer justicia a su compañera y a sus hijos. Su primera esposa no debería haber fallecido, pero usted depositó sobre ella cuidados y cargas que terminaron con el sacrificio de su vida. Su actual esposa tiene una tarea muy pesada; su vitalidad está casi agotada. Al aumentar su familia tan rápidamente, usted ha permanecido en la pobreza, y la madre, ocupada en criar a los miembros menores de la familia, no ha tenido una oportunidad justa en la vida. Ha criado a sus hijos en las circunstancias más desfavorables, en medio del calor de la cocina. No ha podido darles la instrucción que hubiera querido, ni vigilar sus hábitos relativos a la alimentación y el trabajo. Como resultado de ingerir alimentos que no eran saludables, y de violar de diversas maneras las leyes que Dios ha establecido para gobernar nuestro ser, sus hijos mayores han enfermado y fallecido prematuramente. Sus descendientes han recibido enfermedad como herencia, y el consumo inmoderado de carne ha agravado el problema. La ingestión de carne de cerdo ha producido en el organismo de ellos una cantidad de humor sumamente mortal. A sus hijos se les ha arrebatado la vitalidad antes de nacer. Usted no ha añadido a la virtud conocimiento, y sus hijos no han sido enseñados a conservarse en las mejores condiciones de salud. Jamás debería servirse en su mesa un sólo pedazo de carne de cerdo. 2TPI 86.1

Sus hijos solamente han crecido, en vez de haber sido criados y educados para que llegaran a ser cristianos. En muchos sentidos su ganado ha recibido mejor trato que sus hijos. Usted no ha cumplido su deber con ellos; en cambio, los ha dejado crecer en la ignorancia. No se dio cuenta de la responsabilidad que asumía al traer al mundo un rebaño tan numeroso; ni tampoco de que en buena medida debía responder por su salvación. Usted no puede desechar esa responsabilidad. Ha privado a sus hijos de sus derechos al no interesarse en su educación, y al no instruirlos paciente y fielmente para que pudieran formar caracteres dignos del cielo. Su conducta ha hecho mucho en el sentido de destruir la confianza de ellos en usted. Es exigente, arrogante y tirano; se enoja, castiga y censura, y al hacerlo, agosta el afecto que podrían sentir por usted. Los trata como si no tuvieran derechos, como si fueran máquinas que usted puede manejar a su antojo. Los provoca a ira y a menudo los desanima. No les proporciona ni amor ni afecto. El amor engendra amor, y el afecto engendra afecto. El espíritu que usted manifiesta hacia sus hijos, se reflejará en usted. 2TPI 86.2

Usted se encuentra en situación crítica, y no se da cuenta de ello. Es imposible que un hombre intemperante sea paciente. Primero viene la temperancia; después la paciencia. Por tanto tiempo ha vivido para el yo y ha seguido las fantasías de su propio corazón, que no puede distinguir las cosas espirituales. Su apetito y sus pasiones concupiscentes lo han dominado. Los órganos superiores de la mente se han debilitado, y han caído bajo el dominio de los inferiores. Las inclinaciones animales se han ido fortaleciendo. Cuando se permite que el apetito domine a la razón, se malogra la facultad de percibir las cosas sagradas. La mente desciende de nivel, los afectos no son santificados, y las palabras y los hechos ponen de manifiesto lo que hay en el corazón. Dios se ha sentido disgustado y ha sido deshonrado por su conversación y su conducta. Sus palabras no han sido selectas ni bien escogidas; la conversación trivial, vulgar, brota naturalmente de sus labios, aun en presencia de niños y jóvenes. Su influencia en este sentido ha sido mala. 2TPI 87.1

Su ejemplo no ha sido bueno tampoco, y usted se ha interpuesto directamente en el camino de sus propios hijos, y en el de los hijos de los guardadores del sábado que buscan al Señor. Su conducta en este sentido, no puede ser demasiado censurada. “De la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:34-37. Su corazón necesita ser purificado, limpiado, santificado, mediante la obediencia a la verdad. Sólo una total conversión lo podrá salvar: una verdadera comprensión de su conducta pecaminosa, y una cabal transformación producida por la renovación de su entendimiento. 2TPI 87.2

Usted ha sido muy celoso para invocar la necesidad de no negar nuestra fe por nuestras obras, y ha hecho de su fe una excusa para no conceder a sus hijos la oportunidad de obtener una educación incluso en los ramos más elementales. Lo que usted necesita es un conocimiento de sí mismo, y todavía tiene que ver la necesidad de lograrlo. Lo que sus hijos necesitan es conocimiento, pero no tienen el privilegio de obtenerlo. Como consecuencia de esta gran carencia no llegarán a ser miembros útiles de la sociedad, y su educación religiosa será deficiente. Una pesada responsabilidad se halla junto a su puerta. Está acortando la vida de su esposa. ¿Cómo puede ella glorificar a Dios en su cuerpo y su espíritu que son de él? 2TPI 88.1

Dios le ha dado luz y conocimiento, que según lo que usted ha profesado creer vino directamente de él, con la instrucción de que dominara su apetito. Usted sabe que el consumo de carne de cerdo es contrario a un mandamiento expreso de parte de Dios, dado no porque quisiera manifestar en forma especial su autoridad, sino porque es perjudicial para los que lo hacen. Su consumo causa la impureza de la sangre, de modo que la escrofulosis y otros fluidos contaminarán el organismo y todo el cuerpo sufrirá. Especialmente se debilitarán los delicados y sensibles nervios del cerebro, y se anublarán de tal manera que no distinguirán las cosas sagradas, sino que las ubicarán en el mismo nivel de las cosas comunes. La luz que nos muestra que la enfermedad es la consecuencia de comer esos alimentos de mala calidad ha llegado tan pronto como el pueblo de Dios la ha podido aceptar. ¿Ha prestado atención usted a la luz? 2TPI 88.2

Usted ha marchado en dirección contraria a la luz que el Señor ha tenido a bien darnos con respecto al uso del tabaco. La complacencia del apetito ha eclipsado la luz dada por el cielo, y usted ha hecho un dios de este hábito dañino. Es su ídolo. Se ha inclinado ante él en lugar de hacerlo ante Dios, mientras profesaba tener gran fe en las visiones, pero haciendo todo lo contrario de lo que ellas indicaban. Por años no ha avanzado un solo paso en la vida divina; por el contrario, se ha ido debilitando y entenebreciendo cada vez más. Usted se ha sentido profundamente afligido por causa de la conducta del Hno. P, que se ha opuesto a la verdad como lo ha hecho. Ha reconocido la forma débil y sin ánimo con que la iglesia hizo frente a esa oposición. Es verdad que él ha sido un gran obstáculo para el progreso de la obra en _____. Pero la conducta que usted ha seguido, mientras profesaba conocer la verdad y tener experiencia en la causa de Dios, ha sido un obstáculo mayor que aquél. Si hubiera perseverado en el consejo de Dios, y hubiera sido santificado por la verdad que profesaba creer, el Hno. P no habría abrigado todas las dudas que tenía. Su actitud de defensor de las visiones ha sido un tropezadero para los que no creían. Se me mostró que su hermano trató de perseverar bajo la pesada carga que significó para él la triste condición de la iglesia, hasta que casi sucumbió bajo el peso que estaba llevando, y se fue para salvar su vida. Vi que el cuidado de Dios reposa sobre el Hno. R y su esposa, y que si su fe permanece inconmovible verán la salvación de Dios en su casa y en su iglesia. 2TPI 88.3

Se me mostró el caso del querido Hno. S y de su esposa. Han estado pasando por aguas tenebrosas, y las olas casi les han cubierto la cabeza; pero Dios los ha amado, y si sólo le confían sus caminos, él los sacará purificados del horno de aflicción. El Hno. S ha dirigido su mirada hacia el lado tenebroso, y ha dudado si era un hijo de Dios o no; ha dudado de su salvación. Vi que no debería trabajar tanto para creer, sino confiar en Dios como un niño confía en sus padres. Se preocupa demasiado, tanto, que la preocupación lo aparta de los brazos de Jesús, y le da al enemigo la oportunidad de tentarlo y molestarlo. Dios conoce la debilidad del cuerpo y de la mente, y no requerirá más de él que la fuerza que le ha dado para resistir. Ha tratado de ser fiel y leal a su profesión de fe. Ha fallado en su vida en una cantidad de cosas, pero todo por ignorancia. Con respecto a la disciplina aplicada a sus hijos, ha considerado su deber ser estricto, y ha llevado demasiado lejos su disciplina. Ha tratado pequeñas ofensas con tremenda severidad. Esta actitud ha contribuido a debilitar, en cierta medida los afectos del hijo hacia el padre. Durante su enfermedad el Hno. S ha tenido una imaginación enfermiza. Su sistema nervioso se desequilibró, y llegó a pensar que sus hijos no se preocupaban por él ni lo querían como debían; pero todo esto era consecuencia de su enfermedad. Satanás quería destruirlo, y al mismo tiempo descorazonar y desanimar a sus pobres hijos. Pero Dios no ha cargado estas cosas a su cuenta. Sus hijos están llevando cargas más pesadas que muchos que son mayores que ellos, y merecen cuidadosa disciplina, y una educación juiciosa, mezclada con simpatía, amor y gran ternura. 2TPI 89.1

La madre ha recibido fortaleza y sabiduría especiales de parte de Dios para animar y ayudar a su marido, y ha hecho mucho para unir a sus hijos a su corazón, y fortalecer sus afectos por sus padres y del uno por el otro. Vi que algunos ángeles de misericordia volaban por encima de esta familia, a pesar de que las perspectivas parecían tan oscuras e inciertas. Los que manifestaron entrañas de misericordia en favor del Hno. S jamás tendrán que lamentarlo, porque es un hijo de Dios, amado por él. La lamentable condición de la iglesia ha sido perjudicial para su salud. Lo vi dirigiendo su mirada hacia el lado oscuro, desconfiado de sí mismo, y contemplando la tumba. No debe pensar en esas cosas, sino mirar a Jesús, un Modelo sin falla. Debe cultivar la alegría y el ánimo en el Señor: hablar de la fe, referirse a la esperanza; descansar en Dios, y no creer que se requiere de su parte un esfuerzo tremendo y cansador. Todo lo que Dios requiere es simple confianza: arrojarse en sus brazos con toda su debilidad, su quebrantamiento y su imperfección, y Jesús ayudará al desamparado, y fortalecerá y edificará a los que están convencidos de que son la debilidad misma. Dios será glorificado en su aflicción, mediante la paciencia, la fe y la sumisión ejemplificadas por él. ¡Oh! Esta será la prueba del poder de la verdad que profesamos; es consuelo cuando lo necesitamos; es sostén cuando todo apoyo de naturaleza terrenal, concreto, ha desaparecido. 2TPI 90.1

También se me mostró el caso del Hno. T. Se ha sometido a una condición de esclavitud, a la cual Dios no lo llamó. Al Señor no le agrada cuando los padres ancianos ponen la mayordomía de sus bienes en manos de hijos no consagrados, aunque profesen la verdad. Cuando los medios que Dios ha confiado a su pueblo son puestos en manos de hijos incrédulos, enemigos de Dios, se lo deshonra, porque lo que se debería conservar en las filas del Señor se pone en las filas del enemigo. 2TPI 90.2

Además, el Hno. T ha desempeñado el papel de engañador. Ha usado tabaco, pero ha hecho creer a sus hermanos que no lo hace. Vi que este pecado le ha impedido avanzar en la vida divina. Tiene una obra que hacer, a su avanzada edad: abstenerse de los deseos carnales, que batallan contra el alma. Ha amado la verdad y ha sufrido por causa de ella. Ahora debería estimar de tal manera la recompensa eterna, el tesoro celestial, la herencia inmortal, la inmarcesible corona de gloria, como para sacrificar con gusto la complacencia del apetito depravado, no importa cuán grandes tengan que ser sus sufrimientos, para llevar a cabo la obra de purificación de la carne y del espíritu. 2TPI 91.1

Después se me mostró el caso de su nuera. Dios la ama, pero está sometida a servil esclavitud, temerosa, temblorosa, desconfiada, dubitativa y sumamente nerviosa. Esta hermana no debería llegar a la conclusión de que tiene que someter su voluntad a la de un joven impío que tiene menos edad que ella. Debería recordar que su matrimonio no destruye su individualidad. Dios tiene sobre ella derechos de un carácter más elevado que cualquier derecho terrenal. Cristo la ha comprado con su propia sangre. No se pertenece a sí misma. No pone toda su confianza en Dios, y se resigna a someter sus convicciones y su conciencia a un hombre inaguantable y tirano, inflamado por Satanás cada vez que su majestad satánica decide que puede obrar eficazmente por medio de él para intimidar a esta alma temblorosa y disminuida. Tantas veces se ha visto obligada a discutir, que su sistema nervioso se ha quebrantado y se halla ciertamente en ruinas. ¿Es la voluntad de Dios que esta hermana se encuentre en ese estado y que el Señor se vea privado de sus servicios? No. Su matrimonio fue un engaño del diablo. Pero ahora ella debería sacar el mejor partido posible de la situación, tratando a su esposo con ternura, y haciéndolo tan feliz como pueda, sin violar su conciencia; porque si persevera en su rebelión, este mundo será todo el cielo que él podrá disfrutar. Pero privarse de asistir a las reuniones para satisfacer a un marido dominante, poseído por el espíritu del dragón, no está de acuerdo con la voluntad de Dios. Quiere que esta alma temblorosa huya hacia él. La protegerá. Será para ella como la sombra de un gran peñasco en tierra desolada. Tenga fe solamente; confíe en Dios, y él la fortalecerá y la bendecirá. Sus tres hijos son susceptibles de reaccionar favorablemente a la influencia de la verdad y del Espíritu de Dios. Si estos chicos pudieran estar tan bien ubicados como muchos otrós niños observadores del sábado, todos se convertirían y se alistarían en el ejército del Señor. 2TPI 91.2

Se me mostró después el caso de una joven del mismo lugar, que se había apartado de Dios y se hallaba rodeada de tinieblas. Dijo el ángel: “Corrió bien por un tiempo; ¿cuál fue el inconveniente?” Se me pidió que mirara hacia atrás, y vi que se trataba de un cambio de ambiente. Se estaba relacionando con jóvenes como ella, llenos de hilaridad y de alegría, de orgullo y de amor al mundo. Si hubiera prestado atención a las palabras de Cristo, no habría necesitado someterse al enemigo. “Velad y orad, para que no entréis en tentación”. Mateo 26:41. La tentación puede rodearnos por todas partes, pero no hay necesidad de que caigamos en ella. La verdad vale más que toda otra cosa. Su influencia tiende no a degradar, sino a elevar, refinar, purificar y exaltar a la inmortalidad y al trono de Dios. Dijo el ángel: “¿Queréis a Cristo o al mundo?” Satanás presenta el mundo ante los pobres mortales con sus encantos más atrayentes y lisonjeros, y ellos lo contemplan, y su resplandor eclipsa la gloria del Cielo y de la vida tan perdurable como el trono de Dios. Una existencia llena de paz, felicidad, gozo inexpresable, que nada sabrá de pesares, penas, dolores ni muerte, es sacrificada en aras de una corta vida de pecado. Todos los que estén dispuestos a apartarse de los placeres terrenales, y con Moisés elegir más bien sufrir aflicción con el pueblo de Dios que gozar de los placeres temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros del mundo, recibirán con el fiel Moisés la corona inmarcesible de la inmortalidad, el sobremanera grande y eterno peso de gloria. 2TPI 92.1

La madre de esta joven ha estado a veces bajo la influencia de la verdad, pero pronto ha perdido esas impresiones por causa de su indecisión. Le falta decisión; es demasiado vacilante y está sumamente influenciada por los incrédulos. Debe cultivar la decisión, la fortaleza, la constancia en sus propósitos, para que no sea arrastrada ni a la derecha ni a la izquierda por las circunstancias. No debería mantenerse en semejante estado de vacilación. Si no experimenta una reforma en este sentido, será fácilmente entrampada y llevada cautiva a voluntad de Satanás. Tendrá que manifestar perseverancia y firmeza en la tarea de vencer, o será vencida y perderá su alma. La obra de la salvación no es un juego de niños, del cual podemos echar mano a voluntad y abandonarlo cuando nos plazca. Sólo si nuestro propósito es constante y nuestro esfuerzo incansable, ganaremos la victoria al final. El que persevera hasta el fin, ése será salvo. Los que pacientemente persisten en el bienhacer, tendrán vida eterna y recibirán la recompensa inmortal. Si esta querida hermana hubiera sido fiel a sus convicciones, y hubiera poseído firmeza de propósito, habría ejercido una influencia salvadora sobre su familia y su esposo, y le habría podido brindar una ayuda especial a su hija. Todos los que están empeñados en este conflicto con Satanás y sus huestes, tienen que hacer frente a una tarea bien difícil. No deben ser tan impresionables como la cera, que el fuego derrite y le da cualquier forma. Deben ser capaces de soportar inclemencias como cualquier soldado, permanecer en sus puestos, y ser fieles constantemente. 2TPI 92.2

El Espíritu de Dios está luchando con toda esta familia. Los salvará si están dispuestos a ser salvados en la forma que él ha establecido. Ahora es el momento de prueba. Ahora es el día de salvación. Ahora, ahora mismo, es el momento de Dios. En nombre de Cristo les suplicamos que se reconcilien con el Señor mientras pueden, y que con humildad, temor y temblor obren su salvación. Se me mostró que es obra de Satanás mantener a la iglesia en un estado de insensibilidad, para poder conservar a los jóvenes seguros en sus filas. Vi que los jóvenes eran susceptibles de experimentar la influencia de la verdad. Si los padres se consagraran a Dios, y trabajaran con interés por la salvación de sus hijos, el Señor se revelaría a ellos y magnificaría su nombre entre ellos. 2TPI 93.1

Se me mostró después el caso del Hno. U, a quien Satanás ha estado atando cada vez con más fuerza, y apartándolo de Dios y de sus hermanos. El Hno. V, con su incredulidad ha ejercido una influencia que ha contribuido a entenebrecer en gran medida la comprensión de este hermano. Se me señaló el pasado y se me mostró que en su caso no se siguió el procedimiento más prudente. No había suficientes razones para dejarlo fuera de la iglesia. Debería haber sido animado -y aun instado-, a unirse con sus hermanos para desempeñar algún cargo en la iglesia. Estaba en mejores condiciones de ingresar en ella que unos cuantos que ya formaban parte de ella. No comprendía las cosas claramente, y el enemigo se aprovechó de esa falta de comprensión para causarle daño. Dios, que escudriña los corazones, se sentía más complacido con la vida y la conducta del Hno. U que con las vidas de algunos que formaban parte de la iglesia. Es la voluntad de Dios que se vincule más estrechamente con sus hermanos, con el fin de fortalecerlos, y ellos, a su vez, fortalecerlo a él. 2TPI 93.2

La esposa del Hno. U puede ser alcanzada por la verdad. En muchos sentidos su conducta no es tan censurable como la de algunos que profesan creer la verdad. Pero ella no debería dedicarse a examinar los fracasos y los errores de los que profesan mejores cosas, sino inquirir sinceramente: “¿Qué es la verdad?” Puede ejercer una buena influencia sobre su compañero. Estas almas, santificadas por la verdad, pueden, con la fortaleza de Dios, ser columnas en la iglesia, y ejercer una influencia salvadora sobre los demás. Estas queridas almas son responsables ante Dios por la influencia que ejercen. O reúnen con Cristo, o derraman. Dios les pide que el peso de su influencia esté de parte de su causa, junto a la verdad. Jesús los ha comprado con su propia sangre. No se pertenecen a sí mismos, porque han sido comprados por precio. Por lo tanto, tienen ante sí la tarea de glorificar a Dios por medio de sus cuerpos y sus espíritus, que son de Dios. La obra que estamos haciendo es para la eternidad. Es de suma importancia que cada hora sea empleada en el servicio de Dios, y de ese modo asegurarnos un tesoro en el Cielo. 2TPI 94.1

Hace dos años se me mostró su caso, Hno. V, en relación con la Iglesia de _____. La visión se refería al pasado, el presente y el futuro. Mientras viajo y estoy delante de la gente en diferentes lugares, el Espíritu del Señor me presenta claramente los casos que me fueron mostrados antes, recordándome vívidamente los asuntos que me fueron presentados. Lo vi mientras recibía el sábado; pero al mismo tiempo se estaba oponiendo a importantes verdades relacionadas con este día. No había sido fortalecido por toda la verdad. Vi que su mente se orientaba hacia la incredulidad, la duda y la desconfianza, y que estaba tratando de encontrar precisamente las cosas que podrían fortalecer su incredulidad y aumentar las tinieblas. En lugar de buscar evidencias que fortalecieran su fe, usted asumió la conducta opuesta, y Satanás dirigió su mente en un sentido tal que concordaba con sus propios propósitos. A usted le gusta combatir, y cuando entra en el campo de batalla no sabe cuándo deponer las armas. Le gusta discutir, y se ha entregado a esto de tal manera que se ha apartado de la luz, de la verdad y de Dios, y ha llegado a ese lugar donde se encuentra rodeado de tinieblas, y la incredulidad ha tomado posesión de su mente. Ha sido enceguecido por Satanás. 2TPI 94.2

Como el incrédulo Tomás, usted creyó que era virtud dudar a menos que tuviera evidencias irrefutables, y pudiera eliminar de su mente toda causa de duda. ¿Felicitó Jesús a Tomás, el incrédulo, mientras le ofrecía la evidencia que él había afirmado debía tener antes de creer? Jesús le dijo: “No seas incrédulo, sino creyente”. Tomás respondió: “¡Señor mío, y Dios mío!” Se sintió obligado a creer; no había lugar para la duda. Entonces Jesús dijo: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Juan 20:27-29. Usted apareció ante mí como unido con el jefe rebelde y su hueste, para perturbar, sumir en la perplejidad, descorazonar, desanimar y derribar a los que están luchando por la justicia, a los que se encuentran bajo la bandera manchada de sangre del Príncipe Emanuel. Su influencia, según se me mostró, ha apartado a algunas almas de la observancia del sábado del cuarto mandamiento. Usted ha empleado sus talentos y habilidades con el fin de fabricar armas para ponerlas en las manos de los enemigos de Dios, y combatir a los que están tratando de obedecer al Señor mediante la observancia de sus mandamientos. Cuando algunos ángeles fueron comisionados para fortalecer las cosas que aún estaban en pie, para oponerse a su influencia y contrarrestarla, observaron con profundo pesar la obra que usted había hecho para desanimar y destruir. Usted ha logrado que lloren los santos ángeles, puros y sin pecado. 2TPI 95.1

Los que están viviendo en medio de los peligros de los últimos días -que se caracterizan por el hecho de que las multitudes se apartan de la verdad de Dios para ir tras las fábulas-, tendrán la difícil tarea de apartarse de esas fábulas, que se están preparando para ellos por todas partes, y desarrollar el intenso deseo de hallar satisfacción en las verdades impopulares. Los que se apartan de las fábulas para aceptar la verdad son despreciados, aborrecidos y perseguidos por los que están presentando esas fábulas para que la gente las acepte. Satanás está en guerra con el remanente que está tratando de guardar los mandamientos de Dios y que tiene el testimonio de Jesús. Algunos ángeles malos han sido comisionados para emplear a ciertos hombres como sus agentes sobre la tierra. Estos pueden ejercer con todo éxito su influencia para lograr que los ataques de Satanás sean eficaces contra ese remanente al cual Dios califica de “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1 Pedro 2:9. Satanás está decidido a oponerse a este pueblo. Va a emplear a todos los que estén dispuestos a enrolarse en su servicio, para impedir que el pueblo escogido de Dios anuncie las virtudes del que lo llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ocultar, cubrir la luz, lograr que el pueblo de Dios desconfíe de ella, que no crea en ella, es la obra del gran rebelde y de sus huestes. Mientras Jesús purifica a su pueblo para que sea suyo, redimiéndolo de toda iniquidad, Satanás emplea todas sus fuerzas para impedir esta obra y la perfección de los santos. No emplea su poder con los que están cubiertos de engaños, guarecidos detrás de fábulas y errores, y que no hacen el menor esfuerzo por recibir la verdad y obedecerla. Sabe que los tiene en sus manos; pero los que están buscando la verdad para obedecerla y amarla, son los que excitan su malignidad y despiertan su ira. No los podrá debilitar nunca mientras permanezcan junto a Jesús; por eso se complace cuando logra inducirlos a desobedecer. 2TPI 96.1

Cuando pecamos contra Dios, se manifiesta la tendencia a poner un día de camino de distancia detrás de Jesús; tratamos de separarnos de su compañía porque nos resulta desagradable, porque cada rayo de luz que procede de su divina presencia nos señala el pecado del cual somos culpables. Satanás se regocija por los pecados que ha inducido a cometer a esas almas, y saca el mayor partido posible de todos estos fracasos y pecados. Los presenta delante de los ángeles de Dios, y se burla de ellos por estas debilidades y fracasos. Es en todo sentido el acusador de los hermanos, y se regocija por cada pecado y error que induce a cometer al pueblo de Dios. Usted, Hno. V, se ha entregado bastante a esta tarea. Ha tomado lo que le parecieron equivocaciones, debilidades y errores manifestados en las filas de los adventistas observadores del sábado, y los dio a conocer a los enemigos de nuestra fe, que estaban luchando contra ese grupo, al cual servían los ángeles del Cielo, y cuya causa Jesús, su abogado, estaba defendiendo delante de su Padre. El clama: “Guárdalos, Padre, guárdalos; los adquirí con mi sangre”, y eleva hacia su Padre sus manos heridas. Usted es culpable delante de Dios de un gran pecado. Se ha aprovechado de ciertas cosas que afligen y angustian al pueblo de Dios cuando ve que algunos de sus miembros carecen de consagración y son a menudo vencidos por Satanás. En lugar de ayudar a esas almas equivocadas a corregirse, usted, con aires de triunfo ha destacado sus errores delante de los que los aborrecían porque profesaban guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Ha dificultado la tarea de los que estaban dedicados a trabajar por la salvación de los que cometieron errores, dedicándose a cazar las ovejas perdidas de la casa de Israel. 2TPI 96.2

Por causa de la desobediencia del pueblo de Israel y de su apartamiento de Dios, el Señor permitió que fueran puestos en situaciones difíciles y que sufrieran adversidades; se permitió que sus enemigos hicieran guerra contra ellos, que los humillaran y los indujeran a buscar a Dios en medio de sus dificultades y angustias. “Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim”. Éxodo 17:8. Eso ocurrió inmediatamente después de que los hijos de Israel se entregaron a sus rebeldes murmuraciones, y a sus quejas injustas e irrazonables contra los dirigentes que Dios había capacitado y nombrado para conducirlos por el desierto hacia la tierra de Canaán. El Señor los condujo donde no había agua para probarlos, para ver si después de recibir tantas evidencias de su poder habían aprendido a volverse a él en sus aflicciones, y se habían arrepentido de sus rebeldes murmuraciones del pasado en contra de él. Acusaron a Moisés y a Aarón de haberlos sacado de Egipto impulsados por motivos egoístas, para darles muerte junto con sus hijos por medio del hambre, con el fin de enriquecerse con sus posesiones. Al hacer esto los israelitas estaban adjudicando al hombre lo que había sido hecho solamente por Dios, cuyo poder es ilimitado, de acuerdo con las evidencias indubitables que habían recibido. El quería que las maravillosas manifestaciones de su poder le fueran adjudicadas a él solamente, para magnificar su nombre sobre la tierra. El Señor los sometió repetidas veces a la misma prueba para determinar si habían aprendido a percibir de qué manera él los trataba, y si se habían arrepentido de su pecaminosa desobediencia y de sus murmuraciones rebeldes. En Refidim, cuando el pueblo sufrió sed, nuevamente manifestó orgullo, y demostró que todavía poseía un corazón malo de incredulidad, de murmuración, de rebelión, que ponía en evidencia el hecho de que aún no era prudente establecerlo en la tierra de Canaán. Si no estaba dispuesto a glorificar a Dios en sus pruebas y adversidades, en sus viajes a través del desierto rumbo a la esperada Canaán, en circunstancias de que Dios le estaba dando continuamente evidencias incontestables de su poder y gloria, y de su cuidado por él, no magnificaría su nombre ni lo glorificaría cuando se hallara establecido en la tierra de Canaán, rodeado de bendiciones y prosperidad. Al experimentar sed, el pueblo se sintió provocado, de tal manera que Moisés temió por su vida. 2TPI 97.1

Cuando Israel fue atacado por los amalecitas, Moisés ordenó a Josué que combatiera contra los enemigos, mientras él permanecía con la vara de Dios en la mano extendida hacia el cielo a la vista de todo el pueblo, para mostrar al Israel rebelde y murmurador que su fortaleza provenía de Dios. Era su poder y la fuente de su fortaleza. No había poder alguno en la vara; Dios obraba por medio de Moisés, quien debía recibir toda su fortaleza de lo alto. Cuando mantenía elevadas las manos, Israel prevalecía; pero cuando las bajaba, Amalec ganaba. Al cansarse Moisés, hubo que hacer los preparativos necesarios para mantener sus fatigadas manos continuamente dirigidas hacia el cielo. Aarón y Hur prepararon un lugar para que Moisés se sentara, y ambos se dedicaron a sostener esas manos agotadas hasta la puesta del sol. Estos hombres enseñaron a Israel su deber de apoyar a Moisés en su ardua tarea de recibir la Palabra de Dios para transmitírsela a ellos. De ese modo Dios les mostró también que su destino estaba totalmente en sus manos y que él era su verdadero Dirigente. “Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y dí a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo... y dijo: ... Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación”. Éxodo 17:14-16. “Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides”. Deuteronomio 25:17-19. 2TPI 98.1

Mientras el ángel de Dios presentaba estos hechos relativos a los viajes y la experiencia de los hijos de Israel, me sentí profundamente impresionada por la honda consideración de Dios por su pueblo. A pesar de sus errores, desobediencias y rebeliones, seguían siendo el pueblo escogido de Dios. Los había honrado especialmente al descender de su santa morada al Monte Sinaí, para darles los diez mandamientos con majestad, gloria y terrible grandeza a oídos de todo el pueblo, y para escribirlos con su propio dedo sobre tablas de piedra. El Señor dice esto acerca de su pueblo Israel: “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos, los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres”. Deuteronomio 7:6-8. 2TPI 99.1

Se me mostró que los que están tratando de obedecer a Dios y purifican sus almas mediante la obediencia a la verdad, son el pueblo elegido de Dios, su moderno Israel. Dios dice de ellos por medio de Pedro: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1 Pedro 2:9. Así como era un crimen para Amalec aprovecharse de los hijos de Israel, de su debilidad y su cansancio, para molestarlos, sumirlos en la perplejidad y desanimarlos, no fue pecado pequeño el que usted se mantuviera vigilando estrechamente para descubrir las debilidades, las vacilaciones, los errores y los pecados del afligido pueblo de Dios, con el fin de exponerlos ante sus enemigos. Usted estaba haciendo la obra de Satanás, no la de Dios. Muchos de los adventistas observadores del sábado de _____ han sido muy débiles. Han sido representantes miserables de la verdad. No han sido una honra para la causa de la verdad presente, que hubiera estado mejor sin ellos. Usted ha hecho de la vida no consagrada de algunos observadores del sábado una excusa para asumir una actitud de duda e incredulidad. También su incredulidad se fortaleció cuando observó que algunos de estos hermanos no consagrados profesaban tener una fe poderosa en las visiones, vindicándolas frente a la oposición, y defendiéndolas calurosamente con muchísimo celo, a la vez que pasaban por alto las enseñanzas dadas por medio de ellas, y obraban directamente en contra de ellas. En este sentido fueron piedras de tropiezo para el Hno. U, y desacreditaron las visiones por medio de su conducta falsa y negativa. 2TPI 99.2

Hno. V: se me mostró que usted tiene un corazón orgulloso, y cuando creyó que sus escritos habían sino menospreciados en la oficina de la Review, su orgullo se sintió herido, y comenzó entonces una lucha comparable a la de Saulo cuando daba coces contra el aguijón. Se ha asociado con los que vuelven la verdad de Dios en mentira. Ha fortalecido las manos de los pecadores, y se ha opuesto al consejo de Dios en detrimento de su propia alma. Ha estado luchando contra algo que no conoce. No se dio cuenta de la clase de obra que estaba haciendo. Vi que su esposa luchaba con Dios en oración, su fe firmemente asida de usted, y al mismo tiempo aferrada del trono, mientras invocaba las infalibles promesas de Dios. Su corazón se ha condolido al verificar que usted proseguía su lucha contra la verdad. Se me mostró que lo hacía ignorantemente, enceguedido por Satanás. Mientras se hallaba empeñado en esta lucha no crecía ni en espiritualidad ni en su devoción por Dios. No tenía el testimonio de que sus caminos fueran agradables al Señor. Tenía celo; pero no según ciencia. No tenía mayor información acerca de mi vocación, apenas me había visto, y no tenía idea de mi obra. 2TPI 100.1

Hno. V: usted posee cualidades que lo capacitarían para prestar un servicio especial en la iglesia de, o en cualquier otra iglesia, si sus talentos estuvieran dedicados a la edificación de la causa de Dios. Vi que sus hijos están actualmente en condición de ser impresionados con la verdad, y que Jesús estaba intercediendo por usted, Hno. V, diciendo: “Presérvalo un poco más”. Se me mostró que si usted se convirtiera a la verdad, sería una columna en la iglesia, y podría honrar a Dios mediante su influencia santificada por la verdad. 2TPI 101.1

Vi que los ángeles de misericordia volaban por encima del Hno. V. Se me mostró que había sido tremendamente engañado con respecto al valor moral y a la situación ante Dios de los que se habían apartado del cuerpo de Cristo. Hay unos pocos honestos entre ellos; serán rescatados; pero la mayor parte no son consagrados de corazón, y los testimonios definidos que recibieron han sido en cierto modo como yugos de esclavitud para ellos. Han arrojado lejos el yugo y han conservado sus hábitos corrompidos. Dios lo intima a separarse de ellos. Apártese definidamente de los que se deleitan en luchar contra la verdad de Dios. Algo de ese verdadero carácter se desarrollará. Ellos pertenecen a la clase de gente que miente y ama la mentira. 2TPI 101.2

Si todo su interés se concentra en la verdad y en la obra de preparación para este tiempo, será santificado por la verdad y recibirá la idoneidad necesaria para heredar la inmortalidad. Está, en peligro de ser demasiado exigente con sus hijos y no tan paciente como sería necesario. Una cabal obra de preparación debe proseguir con todos los que profesan la verdad, que estarán delante del trono de Dios sin falta, ni mancha, ni arruga, ni cosa semejante. Dios lo purificará si usted se somete al proceso correspondiente. 2TPI 101.3