Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
No habrá tiempo de gracia después que venga Cristo
Hermano O,
Al escribir acerca de los peligros de otros, su caso me preocupa. Por varios meses he estado buscando una oportunidad de escribirle a usted y a otros; pero el trabajo constante me ha impedido escribir todos los testimonios que me han sido dados para casos individuales. 2TPI 605.1
Con frecuencia su caso me ha preocupado, pero no me he sentido libre de escribirle. He escrito muchos testimonios que me han sido dados para otros, algunos de los cuales, en muchos aspectos, se aplicarían a usted. El objeto de publicar los testimonios es que aquellos que no están señalados personalmente, pero que están tanto en el error como los que fueron reprendidos, puedan ser advertidos por medio de las reprensiones dirigidas a otros. Pensé que no era mi deber dirigirme a usted personalmente. Sin embargo, al escribir testimonios individuales a los que están en peligro de descuidar su deber hacia la causa de Dios, y así causar un daño, una pérdida a su propia alma, no me siento libre de dejar su caso sin escribirle. 2TPI 605.2
La última visión que recibí fue hace más de dos años. Entonces se me indicó enunciar principios generales, al hablar y al escribir, y al mismo tiempo especificar los peligros, errores y pecados de algunos individuos, para que todos pudieran ser advertidos, reprobados y aconsejados. Vi que todos debieran escudriñar su propio corazón y su vida de cerca para ver si ellos no han cometido los mismos errores por los cuales otros fueron corregidos, y si las amonestaciones dadas a otros, no se aplicaban a su propio caso. Si así fuera, debieran considerar que el consejo y las reprensiones fueron dadas especialmente para ellos, y debieran aplicarlas de un modo tan práctico como si fueran dirigidas especialmente a ellos mismos. 2TPI 605.3
Los que tienen un amor natural por el mundo y han sido remisos en cumplir su deber, pueden ver sus propias faltas especificadas en los casos de otros que han sido reprendidos. Dios tiene el propósito de probar la fe de todos los que sostienen ser seguidores de Cristo. El probará la sinceridad de las oraciones de todos los que aducen que seriamente desean conocer su deber. El les aclarará su deber. Dará a todos amplia oportunidad de revelar lo que está en su corazón. El conflicto será muy íntimo entre el yo y la gracia de Dios. El yo luchará por lograr el dominio, y se opondrá a la obra de poner la vida y los pensamientos, la voluntad y los afectos, en sujeción a la voluntad de Cristo. La negación de uno mismo y la cruz están a lo largo de todo el camino a la vida eterna; por eso, “pocos son los que la hallan”. 2TPI 606.1
Dios está probando el carácter de todos. Está probando su amor por su causa y por la propagación de la verdad que profesan que es de inestimable amor. El que escudriña los corazones está juzgando, por los frutos que llevan, quiénes son realmente seguidores de Cristo; quiénes, como su divino Modelo, renunciarán a los honores y tesoros del mundo, y consentirán en llegar a ser de ninguna reputación, prefiriendo el favor de Dios y la cruzde Cristo, para que al fin puedan asegurarse las verdaderas riquezas, el tesoro guardado en el cielo, la recompensa, la gloria eterna. 2TPI 606.2
Los que no desean realmente conocerse, dejarán que las reprensiones y advertencias pasen a otros, y no discernirán que se refieren a sus propios casos, y que señalan sus errores y peligros. Motivos terrenales y egoístas enceguecen la mente y actúan sobre el alma, de modo que no puede renovarse según la imagen divina. Los que por medio de su propia naturaleza perversa no resisten la voluntad de Dios, no serán dejados en tinieblas, sino que serán renovados en conocimiento y verdadera santidad, y hasta se gloriarán en la cruz de Cristo. 2TPI 606.3
Se me ha mostrado que, en el tiempo oportuno, Dios me impondría la carga de decirle a algunos individuos, como Natán le dijo a David: “Tú eres el hombre”. Muchos aparentemente creen en los testimonios dados a otros, y como David, expresan su juicio acerca de ellos, cuando debieran escudriñar de cerca su propio corazón, analizar su propia vida, y hacer una aplicación práctica de las minuciosas reprensiones y advertencias dadas a otros. 2TPI 606.4
Hermano O, se me ha mostrado que sus afectos están más en sus tesoros terrenales de lo que usted se da cuenta. Está confundido en su percepción del deber. Y cuando el Espíritu de Dios opera en su mente y lo lleva a hacer lo que está de acuerdo con la voluntad y los requerimientos de Dios, otras influencias que no están en armonía con la obra de Dios para este tiempo le impiden obedecer los llamados de la voluntad divina. El resultado es que su fe no es perfeccionada por las obras. Debiera apartar sus afectos de sus tesoros terrenales. A veces, cuando en contra de sus deseos y cálculos, sus recursos pasaban a las filas del enemigo, y así se perdían para la causa de Dios, usted parecía muy perplejo y preocupado. Talentos en riquezas le han sido confiados por el Maestro para que los acreciente para su gloria. Usted es su mayordomo y debiera ser muy cauteloso para no descuidar su deber. Por naturaleza es un hombre que ama al mundo, e inclinado a reclamar como suyos los talentos de las riquezas confiadas a su cuidado. Pero, con el tiempo, escuchará: “Da cuenta de tu mayordomía”. 2TPI 607.1
Los hijos de Dios son sabios cuando confían sólo en la sabiduría que viene de arriba, y cuando no tienen otra fuerza sino la que viene de Dios. Necesitamos separarnos de la amistad y el espíritu del mundo, si deseamos estar unidos al Señor y permanecer en él. Nuestra fortaleza y nuestra prosperidad consisten en que estemos conectados con el Señor, elegidos y aceptados por él. No puede haber unión entre la luz y las tinieblas. Dios se propone que los suyos sean un pueblo peculiar, apartados del mundo, y sean ejemplos vivos de santidad, para que el mundo pueda ser iluminado y convencido de pecado, o condenado, según como traten la luz recibida. La verdad que se ha presentado al entendimiento, la luz que ha brillado en el alma, juzgará y condenará si se la descuida y se la abandona. 2TPI 607.2
En esta era degenerada se prefieren el error y las tinieblas más bien que la luz y la verdad. Las obras de muchos profesos seguidores de Cristo, no soportarán la prueba cuando sean examinados por la luz que ahora brilla sobre ellos. Por esta razón, muchos no vienen a la luz, por miedo de que se manifieste que sus obras no han sido efectuadas en Dios. La luz descubre, manifiesta el mal escondido detrás de las tinieblas. Los hombres del mundo y los siervos de Cristo pueden ser semejantes en su apariencia externa, pero son siervos de dos amos cuyos intereses están en clara oposición. El mundo no entiende ni discierne la diferencia; pero hay una inmensa distancia, una vasta separación, entre ellos. 2TPI 607.3
Dice Cristo: “No sois del mundo, antes yo os elegí del mundo”. Los verdaderos seguidores de Cristo no pueden gozar la amistad del mundo y al mismo tiempo tener su vida escondida en Cristo. Los afectos deben ser apartados de los tesoros de la tierra y transferidos al tesoro celestial. ¡Qué difícil fue para el joven que tenía grandes posesiones apartar sus afectos de su tesoro terrenal, aun con la promesa de la vida eterna ante él como recompensa! 2TPI 608.1
Cuando todo lo que tenemos y somos no está consagrado a Dios, los intereses egoístas cierran nuestros ojos a la importancia de la obra, y retenemos los recursos que Dios reclama. Pero el que nos ha prestado estos recursos para el progreso de su causa, con frecuencia retrae su mano prosperadora, y de algún modo esparce los recursos que así retenemos, y se perderán para el que los posee y para la causa de Dios. No se guardaron en este mundo ni en el mundo por venir. Se roba a Dios y Satanás triunfa. El Señor quiere que usted escudriñe íntimamente su propio corazón, hermano O, y quite de él el amor al mundo. Muera a sí mismo, y viva para Dios. Entonces usted se contará entre los que son la luz del mundo. 2TPI 608.2
Se me mostró que usted acariciaba opiniones erróneas acerca del futuro, ideas que se asemejan a los sentimientos perniciosos de la “era por venir”. Usted a veces comenta estas ideas a otros. Pero no están en armonía con el cuerpo de la doctrina. Usted no aplica bien la Escritura. Cuando Jesús se levante en el lugar santísimo y ponga a un lado sus vestiduras de Mediador y se revista con las vestiduras de venganza en lugar del atavío sacerdotal, habrá terminado la obra en favor de los pecadores. Habrá llegado entonces el momento en que se dará la orden: “El que es injusto, sea injusto todavía:... y el que es justo, sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía. Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra”. Apocalipsis 22:11-12. 2TPI 608.3
Dios ha dado su Palabra para que todos la investiguen, a fin de que puedan conocer el camino de la vida. Nadie necesita errar, si tan sólo quiere someterse a las condiciones impuestas en la Palabra de Dios para la salvación. A todos se les concede el tiempo de gracia, a fin de que todos puedan formar su carácter para la vida eterna. Se da a todos oportunidad de decidirse por la vida o por la muerte. Los hombres serán juzgados de acuerdo con la medida de luz que les haya sido dada. Ninguno tendrá que dar cuenta de sus tinieblas y sus errores, si no le ha sido comunicada la luz. No pecó al no poseer lo que no le fue dado. Todos serán probados antes que Cristo abandone su puesto del lugar santísimo. El tiempo de gracia de todos termina cuando él deja de interceder por los pecadores, y se reviste de las vestiduras de venganza. 2TPI 609.1
Muchos opinan que será concedido un tiempo de gracia después que Jesús acabe su obra de Mediador en el departamento santísimo. Este es un sofisma de Satanás. Dios prueba al mundo por la luz que se complace en darle antes de la venida de Cristo. Entonces se habrá formado el carácter para la vida o la muerte. Pero el tiempo de gracia de aquellos que prefieran vivir una vida de pecado, y descuidar la gran salvación ofrecida, se cierra cuando cesa el ministerio de Cristo, precisamente antes de su aparición en las nubes de los cielos. 2TPI 609.2
Las personas que aman al mundo, cuyos ánimos son carnales y enemigos de Dios, se harán la ilusión de que se les otorgará un tiempo de gracia después que Cristo aparezca en las nubes de los cielos. El corazón carnal, que es tan adverso a someterse y obedecer se verá seducido por esta opinión placentera. Muchos permanecerán en seguridad carnal, y continuarán en rebelión contra Dios lisonjeándose con la idea de que habrá entonces un momento para arrepentirse del pecado, y que tendrán oportunidad de aceptar la verdad que es ahora impopular, y que tanto contraría sus inclinaciones y deseos naturales. Creen que aprovecharán la oportunidad de salvarse cuando no tengan nada que aventurar ni que perder al obedecer a Cristo y la verdad. 2TPI 609.3
Hay en las Escrituras algunas cosas que son difíciles de comprender y que, según el lenguaje de Pedro, los ignorantes e inestables tuercen para su propia perdición. Tal vez no podamos en esta vida explicar el significado de todo pasaje de la Escritura; pero no hay puntos de verdad práctica que hayan de quedar envueltos en el misterio. Cuando llegue el momento en que, según la providencia de Dios, el mundo deba ser probado respecto de la verdad para este tiempo, su Espíritu inducirá a las mentes a escudriñar las Escrituras, aun con ayuno y oración, hasta que descubran eslabón tras eslabón, y los unan en una cadena perfecta. Todo hecho que se relacione directamente con la salvación de las almas quedará tan claro que nadie necesitará errar ni andar en las tinieblas. 2TPI 609.4
A medida que hemos seguido la cadena de la profecía, se ha visto claramente y explicado la verdad revelada para nuestro tiempo. Somos responsables de los privilegios que disfrutamos y de la luz que resplandece sobre nuestra senda. Los que vivieron en generaciones pasadas fueron responsables de la luz que se dejó brillar sobre ellos. Su mente se preocupó con respecto a diferentes puntos de la Escritura que los probaban. Pero no comprendían las verdades que nosotros comprendemos. No fueron responsables de la luz que no recibieron. Tuvieron la Biblia como nosotros; pero el tiempo en que debía revelarse la verdad especial relacionada con las escenas finales de la historia de esta tierra había de coincidir con las últimas generaciones que iban a vivir en la tierra. 2TPI 610.1
Las verdades especiales han sido adaptadas a las condiciones de las generaciones a medida que existían. La verdad presente, que prueba a los de esta generación, no era una prueba para los de las generaciones anteriores. Si la luz que ahora resplandece sobre nosotros acerca del sábado del cuarto mandamiento hubiese sido dada a las generaciones pasadas, Dios habría tenido a éstas por responsables de ella. 2TPI 610.2
Cuando el templo de Dios fue abierto en el cielo, Juan vio en santa visión una clase de personas cuya atención había sido atraída por el arca que contenía la ley de Dios, a la cual miraban con reverencia. La prueba especial del cuarto mandamiento no llegó hasta después que el templo de Dios fue abierto en el cielo. 2TPI 610.3
Los que murieron antes que fuese dada la luz referente a la ley de Dios y los requerimientos del cuarto mandamiento, no fueron culpables del pecado de violar el sábado. Es insondable la sabiduría y la misericordia de Dios al dispensar luz y conocimiento en el momento oportuno, a medida que el pueblo la necesita. Antes de venir a juzgar al mundo con justicia, envía una amonestación para despertar a las personas y llamarles la atención al descuido en que se tuvo el cuarto mandamiento, para que, estando instruidas, puedan arrepentirse de la transgresión de su ley y demostrar fidelidad al gran Legislador. El ha provisto lo necesario para que todos puedan ser santos y felices si así lo desean. Se le ha dado suficiente luz a esta generación para que podamos saber cuáles son nuestros deberes y privilegios y disfrutar de la sencillez y el poder de las preciosas y solemnes verdades. 2TPI 610.4
Somos responsables tan sólo por la luz que brilla sobre nosotros. Los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús nos están probando. Si somos fieles y obedientes, Dios se deleitará en nosotros, y nos bendecirá como su pueblo escogido y peculiar. Cuando la fe y el amor perfectos y la obediencia abunden y obren en el corazón de los que siguen a Cristo, éstos ejercerán una poderosa influencia. Difundirán una luz que disipará las tinieblas circundantes, refinará y elevará a todos los que caigan dentro de la esfera de su influencia, e impartirá un conocimiento de la verdad a todos los que estén dispuestos a ser iluminados y a seguir en la humilde senda de la obediencia. 2TPI 611.1
Los que son dominados por la mente carnal no pueden comprender la fuerza sagrada de la verdad vital de la cual depende su salvación, porque albergan orgullo en su corazón, amor al mundo, amor a la comodidad, egoísmo, codicia, envidia, celos, concupiscencia, odio y todo mal. Si quisieran vencer estas cosas, podrían participar de la naturaleza divina. Muchos abandonan las claras verdades de la Palabra de Dios y ya no siguen la luz que resplandece claramente sobre su senda; procuran penetrar secretos que no han sido revelados claramente, conjeturan, hablan y disputan acerca de cuestiones que no necesitan comprender, porque no se refieren en forma especial a su salvación. Miles han sido seducidos de esta manera por Satanás. Han descuidado la fe y el deber presente que son claros y abarcantes para todos los que tienen raciocinio; se han espaciado en teorías dudosas, y pasajes que no podían comprender, y han errado en lo que concierne a la fe; su fe es mixta. 2TPI 611.2
Dios quiere que todos hagan un uso práctico de las claras enseñanzas de su Palabra acerca de la salvación del hombre. Si son hacedores de la Palabra, que es clara y poderosa en su sencillez, no dejarán de perfeccionar un carácter cristiano. Seguirán santificados por la verdad, y obedeciéndola humildemente se asegurarán la vida eterna. Dios quiere siervos que sean fieles, no sólo en palabra, sino en acción. Sus frutos demostrarán la sinceridad de su fe. 2TPI 612.1
Hno. O, usted estará sujeto a las tentaciones de Satanás si continúa albergando sus opiniones erróneas. Su fe será una fe mixta, y estará en peligro de confundir a otras mentes. Dios requiere de su pueblo que sea unido. Sus opiniones particulares perjudicarán su influencia; y si continúa albergándolas y hablando de ellas, habrán de separarle finalmente de sus hermanos. Si Dios tiene alguna luz necesaria para la salvación de su pueblo, se la dará como le ha dado otras grandes e importantes verdades. Usted no debe ir más allá de esto. Deje que Dios obre a su modo para realizar su propósito a su tiempo y manera. Dios le ayude a andar en la luz como él es luz. 2TPI 612.2
*****