Testimonios para la Iglesia, Tomo 2

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Un remedio para el sentimentalismo

Querida Hna. B,

En la visión que se me dio el 12 de junio se me mostró su caso. Se encuentra en un estado lamentable, no tanto por causa de la enfermedad que padece actualmente, aunque no se encuentra bien, sino porque usted se imagina que es incapaz de trabajar. Se me mostró que hace algunos años permitió que su mente se espaciara demasiado en los muchachos. Con frecuencia ha hecho de ellos el tema de su conversación, y su mente ha discurrido por canales poco provechosos para su progreso espiritual. Ha caído en una corriente de pensamientos que ha dado malos resultados. Ha perjudicado su cuerpo, y ha abusado de él, y como consecuencia ha llegado a una condición mental rayana en la imbecilidad. Se ha entregado a una corriente de pensamientos enfermiza y sentimental, hasta casi llegar a la ruina del cuerpo y el alma. Su falta de gusto por el ejercicio físico es muy mala para usted. El trabajo útil, resultante de asumir los deberes del hogar, y el dedicarse a tareas beneficiosas, pueden vencer esta condición enfermiza y sentimental más rápidamente que por cualquier otro método. 2TPI 290.2

Usted ha sido objeto de demasiada simpatía. Liberarla de toda responsabilidad ha sido un tremendo error. Casi todos sus pensamientos se concentran ahora en sí misma. Se ha vuelto irascible, y su mente se espacia en las cosas tristes; se imagina que su condición es sumamente grave, e incluso ya está decidiendo mentalmente que nunca se va a sanar a menos que se case. En la situación mental en que se encuentra ahora no está en condiciones de casarse. Nadie la querría en la condición de desamparo e inutilidad en que se halla. Si alguien se imaginara que la ama, posiblemente no valdría nada, porque ningún hombre sensato podría pensar ni siquiera por un momento en poner sus afectos en alguien tan inútil. 2TPI 291.1

La condición triste y sombría de su mente, que la induce a llorar y a creer que la vida no es deseable, es el resultado de permitir que sus pensamientos discurran por canales impuros, referentes a temas prohibidos, mientras se entrega a ciertos hábitos que lenta pero seguramente están minando su salud, y la están preparando para una decadencia prematura. Habría sido mejor para usted no haber ido nunca a _____. Su permanencia allí la perjudicó. Se concentró en sus enfermedades, y participó de una sociedad cuya influencia era corrupta. La Srta. C era una mujer corrompida, de mente maligna. Su relación con usted acrecentó el mal que siempre estuvo en usted. “Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. 1 Corintios 15:33. En este momento su condición no es aceptable a la vista de Dios; no obstante, usted se imagina que no tiene deseos de vivir. Si se le tomara la palabra, y su vida terminara, su caso sería sin esperanza, ciertamente. Usted no está preparada ni para este mundo ni para el venidero. 2TPI 291.2

Se imagina que no puede caminar, ni andar a caballo, ni hacer ejercicio, y se sume en una apatía yerta y sin vida. Es motivo de pesar y ansiedad para sus complacientes padres, y no es ningún consuelo para usted misma tampoco. Puede reanimarse, puede trabajar, puede sacudir esa terrible indiferencia. Su madre necesita su ayuda; su padre necesita el consuelo que usted le puede dar; sus hermanos necesitan la atención bondadosa de su hermana mayor; sus hermanas necesitan su instrucción. Pero allí está usted sentada en el trono de la indolencia, soñando con un amor no correspondido. Por amor a su alma abandone esta locura. Lea la Biblia como nunca lo ha hecho antes. Dedíquese a las tareas del hogar, y aliviane las cargas de sus abrumados padres. Al principio no podrá hacer mucho, pero aumente cada día la cantidad de tareas que decida hacer. Este es el mejor remedio para una mente enferma y un cuerpo sometido al abuso. 2TPI 291.3

Si sus propósitos son fervientes y firmes, poco a poco su mente va a comenzar a dedicarse a temas más saludables y puros. La complacencia propia ha degenerado poco a poco en una especie de glotonería tan grande, que no hay manera de satisfacerla. En lugar de regular sus actos por la razón y los principios, usted permite que la guíen todos los impulsos leves y momentáneos; por eso parece variable e inconstante. Es inútil que los demás traten de complacerla, porque usted misma no se podría satisfacer aunque se cumplieran todos sus deseos. Es una muchacha caprichosa, y su egoísmo la ha inducido a aborrecerse a sí misma. 2TPI 292.1

Esta condición lamentable es el resultado de una simpatía y una adulación imprudentes. Usted poseía una inteligencia muy buena, pero se desequilibró al discurrir por canales equivocados. Ahora usted, en el seno de la sociedad, vale un poquito menos que nada. Esto no necesita ser así. Puede hacer por sí misma lo que nadie más puede hacer por usted. Tiene deberes que cumplir. Pero se ha entregado por tanto tiempo a la inutilidad, que se imagina que no puede hacer nada. La voluntad está quebrantada; tiene las fuerzas pero no la voluntad. 2TPI 292.2

Desfallece de amor. Jesús quiere sus afectos; si se los dedica, él la va a librar de ese amor enfermizo, sentimental e impuro que encontró en las páginas de una novela. En Jesús usted puede amar con fervor, con sinceridad. Este amor puede aumentar su profundidad y expandirse hasta el infinito, sin perjudicar la salud del cuerpo ni la fortaleza de la mente. Necesita amar a Dios y al prójimo. Debe despertar, debe sacudir ese engaño que está sobre usted, y buscar el amor puro. 2TPI 292.3

Su única esperanza para esta vida y la mejor consiste en buscar fervientemente la verdadera religión de Jesús. Usted no tiene experiencia religiosa. Necesita convertirse. Esa tristeza suya, que a la vez es inquieta, indolente y egoísta, cederá su lugar a la alegría, que será beneficiosa para el cuerpo y la mente. El amor a Dios asegurará el amor al prójimo, y usted se dedicará a los deberes de la vida con interés profundo y abnegado. Los principios puros constituirán el fundamento hacia corrientes más saludables. Dedíquese a Dios; si no, nunca obtendrá la vida mejor. 2TPI 293.1

Tiene deberes que cumplir con respecto a sus padres. No se desanime si se cansa al principio. No será un inconveniente duradero. A menudo sus padres se cansan muchísimo. Si alguna vez usted se cansara mucho al realizar una tarea útil, eso no sería ni la mitad de lo perjudicial que es el hecho de que su mente se concentre en sí misma para fomentar enfermedades y sumirse en el desánimo. El fiel cumplimiento de los deberes hogareños, el ocupar su lugar allí de la mejor manera posible, aunque sus deberes sean sumamente sencillos y humildes, es verdaderamente elevador. Se necesita esa influencia divina. En esto hay paz y alegría sagrada. Posee un poder sanador. En forma imperceptible einsensible curará las heridas del alma, e incluso los sufrimientos del cuerpo. La paz mental, que es el resultado de las acciones y los motivos puros y santos, le dará un tono de vigor y libertad a todos los órganos del cuerpo. 2TPI 293.2

La paz interior, y una conciencia desprovista de ofensas a Dios, vivificará y vigorizará el intelecto, como el rocío que se derrama sobre las tiernas plantas. La voluntad está, entonces, correctamente dirigida y controlada, y aunque es más decidida, está libre de perversidad. Las meditaciones son placenteras porque están santificadas. La serenidad mental que usted puede poseer será una bendición para todos los que se relacionan con usted. Esta paz y esta calma llegarán a ser naturales con el tiempo, y reflejarán sus preciosos rayos sobre todos los que la rodean, para volver de nuevo a reflejarse sobre usted. Mientras más guste de esta paz celestial y de esta serenidad de la mente, más aumentarán. Es un placer animado y viviente que no sume todas las energías morales en un estupor, sino que las despierta para llevar a cabo una actividad mayor. La paz perfecta es un atributo del Cielo que los ángeles poseen. Quiera Dios ayudarle a poseer esta paz. 2TPI 293.3

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