Testimonios para la Iglesia, Tomo 4

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Condición y obra del sanatorio

No hace mucho, viajando por el estado de Maine, conocimos a la hermana A, una dama que aceptó la verdad mientras estaba en el sanatorio. Su esposo había sido un rico industrial; pero la fortuna cambió y se vio reducido a la pobreza. La hermana A perdió la salud y fue a nuestro sanatorio para recibir tratamiento. Allí recibió la verdad presente, la cual adorna con una vida cristiana coherente. Tiene cuatro hijos, inteligentes y educados, que son firmes reformadores pro salud por convencimiento propio. Una familia así puede hacer mucho bien en la comunidad. Ejercen una fuerte influencia en la dirección correcta. 4TPI 569.1

Muchos que acuden al sanatorio para recibir tratamiento tienen la oportunidad de conocer la verdad y de ese modo, no sólo se sana su cuerpo, sino que las oscurecidas estancias de la mente se iluminan con la luz del amor del Salvador. Con todo, ¡cuánto más bien se podría hacer si todos los que están relacionados con esa institución estuvieran unidos ante todo con el Dios de la sabiduría y, así, se convirtiesen en torrentes de luz para otros! Los hábitos y las costumbres del mundo, el orgullo y las apariencias, la soberbia y la vanidad, se inmiscuyen demasiado a menudo y esos pecados de los que profesan ser sus seguidores son tan ofensivos para Dios que no puede obrar poderosamente por medio de ellos. 4TPI 569.2

Los que son infieles en los asuntos temporales, del mismo modo, serán infieles en los asuntos espirituales. Por otra parte, el descuido de los deberes de Dios lleva a descuidar las necesidades de la humanidad. La infidelidad domina esta era degenerada, se extiende en nuestras iglesias y nuestras instituciones. Su grasiento rastro está por todas partes. Este es uno de los pecados que condena esta época y llevará a la perdición a millares y a decenas de millares. Si los que profesan la verdad y están en nuestras instituciones de Battle Creek fuesen representantes vivos de Cristo, de ellos manaría un poder que se sentiría en todas partes. Satanás lo sabe bien y trabaja con todo su poder y engaño de maldad en los que perecen para que el nombre de Cristo no sea engrandecido por aquellos que profesan ser sus seguidores. Se me parte el corazón de dolor cuando veo cómo se deshonra a Jesús con las vidas indignas y los caracteres defectuosos de quienes podrían ser adorno y honra para su causa. 4TPI 569.3

Las tentaciones a las que fue sometido Cristo en el desierto—apetito, amor por el mundo y presunción—son las grandes desviaciones por las cuales son vencidos los hombres. Los administradores del sanatorio serán tentados a menudo para que se aparten de los principios que deberían gobernar esa institución. Será necesario que no se desvíen de la conducta correcta para satisfacer las inclinaciones o ejercer su ministerio según las depravadas apetencias de los pacientes ricos o sus amigos. El resultado de tal conducta es, únicamente, el mal. Las desviaciones de las enseñanzas que dan las lecturas mundanales o recibidas por la prensa tienen el efecto más desfavorable sobre la influencia y la moral de la institución y, en gran medida, contrarrestarán todos los esfuerzos por instruir y reformar a las víctimas de las pasiones y los apetitos depravados y llevarlas a Cristo, el único refugio seguro. 4TPI 570.1

El mal no acaba aquí. Una influencia negativa no sólo afecta a los pacientes, también a los trabajadores. Una vez han caído las barreras, el avance en la dirección errónea no cesa. Satanás presenta perspectivas mundanas aduladoras a los que se apartan de los principios y sacrifican la integridad y el honor cristiano para obtener la aprobación de los impíos. Con demasiada frecuencia, sus esfuerzos alcanzan el éxito. Obtiene la victoria cuando todo cuanto debiera encontrar es la repulsa y la derrota. 4TPI 570.2

Cristo resistió a Satanás por nosotros. Tenemos el ejemplo de nuestro Salvador para fortalecer nuestros débiles propósitos y resoluciones; pero, aun así, algunos caerán en las tentaciones de Satanás, arrastrando a otros tras de sí. Todas las almas que no consiguen ganar la victoria, con su influencia, arrastran consigo a otras. Los que no se unen a Dios y no reciben sabiduría y gracia para refinar y elevar sus vidas, serán juzgados por el bien que pudieron haber hecho y no hicieron porque estaban satisfechos con la mente terrena y la amistad con los que no están santificados. 4TPI 570.3

Todo el cielo esta interesado en salvar al hombre y está dispuesto a verter sobre él sus beneficiosos dones si cumple la condición que Cristo estableció: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo”. 2 Corintios 6:17. Los que son responsables del sanatorio deberían guardarse en extremo de que las diversiones no sean de carácter demasiado bajo para el modelo de cristianismo y rebajen esa institución al nivel de otras y debiliten el poder de la verdadera piedad en la mente de los que están relacionados con Cristo. Los entretenimientos mundanos o teatrales no son esenciales para la prosperidad del sanatorio o la salud de sus pacientes. Cuantas más diversiones de esta clase tengan, menor será su satisfacción y será preciso continuar con ellas. La mente busca enfebrecidamente todo lo que es nuevo y excitante, exactamente aquello que no debería tener. Si tales diversiones se permiten, aun tan sólo una vez, se esperará que se repitan y los pacientes perderán el placer de una simple disposición para ocupar el tiempo. Por otra parte, los pacientes necesitan reposo y no excitación. 4TPI 570.4

Tan pronto como se introducen esas diversiones, de muchas mentes desaparecen las objeciones para asistir al teatro y la exigencia de que se representen en el escenario escenas morales de tono elevado, rompe la última barrera. Los que permitan tal clase de diversiones en el sanitario deberían buscar, ante todo, la sabiduría de Dios para dirigir a las pobres, hambrientas y sedientas almas a la Fuente de gozo, paz y felicidad. 4TPI 571.1

Cuando se ha abandonado la senda correcta es difícil regresar a ella. Se han derribado las barreras y se han roto las salvaguardas. Un paso en la dirección errónea allana el camino para otro. Una simple copa de vino puede abrir la puerta a la tentación que llevará a hábitos de embriaguez. Bastará con que se permita un único sentimiento vengativo para que se dé vía libre a un tren de sentimientos que acaben con un asesinato. La más mínima desviación de los principios y lo que es correcto llevará a la separación de Dios y es probable que acabe en la apostasía. Lo que hacemos una vez, a la siguiente lo haremos con más naturalidad y disposición; continuar avanzando por una senda, sea ésta la correcta o no, es más fácil que empezar a andar por ella. Cuesta menos tiempo y trabajo corromper nuestros caminos ante Dios que engarzar en el carácter los hábitos de la justicia y la verdad. A un hombre le resulta difícil abandonar aquello a lo que se ha acostumbrado, independientemente de que su influencia sea buena o mala. 4TPI 571.2

Los administradores del sanatorio deben también llegar a la conclusión de que jamás serán capaces de satisfacer esa clase de mentes que sólo encuentra la felicidad en algo nuevo y excitante. Para muchas personas esta ha sido su dieta intelectual durante toda su vida; así como hay dispépticos físicos, también hay dispépticos mentales. Para muchos, sus enfermedades son del alma antes que del cuerpo y no encontrarán alivio a menos que se acerquen a Cristo, la abundante fuente de vida. Entonces dejarán de quejarse de tristeza, soledad o insatisfacción. Las alegrías darán vigor a la mente y salud y energía vital al cuerpo. 4TPI 572.1

Si los médicos y los empleados se engañan queriendo encontrar la panacea para las múltiples enfermedades de sus pacientes aportándoles una gran cantidad de diversiones parecidas a las que los han acompañado durante toda la vida, fracasarán. No permitáis que esos entretenimientos ocupen el lugar que le corresponde a la Fuente viva. El alma hambrienta y sedienta seguirá padeciendo hambre y sed mientras participe de esos placeres insatisfactorios. Pero los que beben del agua viva no pasarán más sed de diversiones excitantes, sensuales y frívolas. Los principios ennoblecedores de la religión fortalecerán las facultades mentales y destruirán el gusto por tales placeres. La carga del pecado, con su agitación y sus deseos insatisfechos, es la base misma de una gran cantidad de enfermedades que sufren los pecadores. Cristo es el poderoso sanador del alma enferma de pecado. Esos pobres afligidos necesitan un conocimiento claro de Aquel cuyo correcto conocimiento es vida eterna. Es preciso que se les enseñe con paciencia y amabilidad, así como con sinceridad, a abrir de par en par las ventanas del alma y permitir que la luz del sol del amor de Dios entre e ilumine las estancias oscurecidas de la mente. Las maravillas de la naturaleza pueden llevar al corazón las más elevadas verdades espirituales. Los pájaros, las flores del campo, de belleza deslumbrante, la germinación de las semillas, los sarmientos llenos de fruto de la parra, los árboles rompiendo las tiernas yemas, la gloriosa puesta de sol, las nubes rojizas que predicen una bella mañana, el ciclo de las estaciones, todas estas cosas pueden enseñarlos preciosas lecciones de confianza y fe. Éste es un fértil campo en que nutrir la imaginación. La mente inteligente puede contemplar con la máxima satisfacción esas lecciones de verdad divina que el Redentor del mundo ha asociado a las maravillas de la naturaleza. 4TPI 572.2

Cristo reprendió duramente a los hombres de su época porque no habían aprendido de la naturaleza las lecciones espirituales. Todas los elementos de la naturaleza, animados o inanimados, expresan al hombre el conocimiento de Dios. La misma mente divina que obra en estos elementos habla a las mentes y los corazones de los hombres y crea un deseo inexpresable de algo que no tienen. Las cosas del mundo no pueden satisfacer sus ansias. Este mensaje es para todas esas almas sedientas: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: ‘Ven’. Y el que oye, diga: ‘Ven’. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Apocalipsis 22:17. 4TPI 573.1

El Espíritu de Dios constantemente conmueve la mente de los hombres para que busquen aquellos elementos que son los únicos que pueden dar paz y reposo, los gozos del cielo más elevados y santos. Cristo, el señor de la vida y la gloria, dio su vida para redimir al hombre del poder de Satanás. Nuestro Salvador obra constantemente, valiéndose de influencias visibles e invisibles, para alejar las mentes de los hombres de los placeres fatuos de esta vida y atraerlas al tesoro inapreciable que puede ser suyo en el futuro inmortal. 4TPI 573.2

Dios quiere que su pueblo, de palabra y acción, declare al mundo que ninguna atracción terrena o posesión mundana tiene valor suficiente para compensar la pérdida de la herencia celestial. Los que son verdaderos hijos de la luz y del día no son vanos ni frívolos en la conversación, en el vestir o en la conducta, sino que son sobrios, contemplativos y ejercen una influencia constante para atraer las almas al Redentor. El amor de Cristo, reflejado desde la cruz, intercede en favor del pecador, atrayéndolo con cuerdas de amor infinito a la paz y la felicidad que se encuentran en el Salvador. Dios ordena a todos sus seguidores que den testimonio vivo, con el lenguaje inequívoco de su conducta, su vestido y su conversación, en todos los objetivos de la vida, de que el poder de la verdadera piedad es beneficioso para todo en esta vida y la vida venidera y es lo único que puede satisfacer el alma de quien lo recibe. 4TPI 573.3

La gloria de Dios se muestra en la obra de sus manos. La mente se fortalecerá buscando los misterios que hay en ella. Las mentes que se han divertido y debilitado leyendo ficciones pueden encontrar un libro abierto en la naturaleza y leer la verdad en las obras de Dios que los rodean. Todos pueden encontrar temas de estudio en la sencilla hoja de un árbol del bosque, los brotes de hierba que cubren la tierra con una alfombra de terciopelo verde, las plantas y las flores, los grandes árboles del bosque, las altas montañas, las rocas de granito, el cambiante océano, las preciosas gemas de luz que salpican del cielo y adornan la noche, las inagotables riquezas de la luz del sol, la solemne gloria de la luna, el frío del invierno, el calor del verano, las estaciones cambiantes y cíclicas en perfecto orden y armonía, controladas por un poder infinito, son temas que suscitan un pensamiento profundo y refuerzan la imaginación. 4TPI 574.1

Si los frívolos y amantes del placer permitiesen que sus mentes se entretuvieran en lo que es real y verdadero, el corazón no podría hacer otra cosa que llenarse de reverencia y adorarían al Dios de la naturaleza. La contemplación y el estudio del carácter de Dios tal como se revela en su obra creada abre un campo de pensamiento que alejará la mente de las diversiones bajas, degradantes y enervantes. En este mundo sólo podemos iniciar a aprender el conocimiento de las obras y los caminos de Dios. El estudio durará toda la eternidad. Dios ha previsto para el hombre temas de reflexión que activarán todas las facultades de la mente. Podemos leer el carácter del Creador en el cielo y en la tierra y llenar de gratitud el corazón. Cada nervio y sentido responderá a la expresión del amor de Dios en sus maravillosas obras. Satanás inventa artimañas terrenales para que la mente carnal se centre en cosas que no pueden elevar, refinar y ennoblecer. De esa manera, sus poderes se empequeñecen y paralizan y los hombres y las mujeres que podrían alcanzar la perfección de carácter se vuelven estrechos, débiles y defectuosos. Dios estableció que el sanatorio se levantara como un faro que advierte y reprende. De ese modo probaría al mundo que una institución como un asilo para enfermos dirigida según principios religiosos podría sostenerse sin sacrificar su carácter peculiar y santo; podría mantenerse libre de las características objetables que se encuentran en otras instituciones del mismo tipo. Tenía que ser un instrumento en su mano para esparcir grandes reformas. Era preciso corregir los malos hábitos de vida, elevar la moral, cambiar el gusto y reformar el vestido. 4TPI 574.2

El estilo de vestido a la moda e insano atrae sobre el cuerpo todo tipo de enfermedades. Es preciso que se ponga de manifiesto que, antes de que el tratamiento tenga efecto, se deberá dar una reforma. Se ha consentido la permanencia de apetitos pervertidos hasta el punto que la enfermedad era el único resultado posible. Las facultades y los órganos atrofiados y paralizados no se pueden fortalecer y vigorizar sin reformas decididas. Si todos los que están relacionados con el sanatorio no son, en todos los aspectos, correctos representantes de las verdades de la reforma pro salud, precisan una reforma decidida para ser lo que debieran; de lo contrario, deberán ser separados de la institución. 4TPI 575.1

La mente de muchos se encuentra en un nivel tan bajo que Dios no puede trabajar por o con ellos. La corriente de pensamiento debe cambiar, la sensibilidad moral debe despertar y sentir las exigencias de Dios. El todo de la religión es reconocer continuamente, con las palabras, el vestido y el comportamiento, nuestra relación con Dios. La humildad debe tomar el lugar del orgullo; la sobriedad, el de la liviandad; y la devoción, el de la irreligiosidad y la indiferencia despreocupada. 4TPI 575.2

Los que han gozado de muchos años de experiencia en la causa de Dios deberían, más que los otros, dar el uso más elevado a los talentos que su Señor les ha confiado. Sin embargo, el ejemplo de algunos se ha inclinado demasiado hacia la conformidad con el mundo en lugar de mantener distinto y separado el carácter del pueblo especial de Dios. Su influencia ha favorecido la indulgencia en lugar de la negación de los apetitos y la inclinación a vestirse según el modelo mundano. Todo esto está en franca oposición a la obra que Dios y los ángeles desean hacer por nosotros como pueblo para sacarnos, separarnos y distinguirnos del mundo. Debemos santificarnos como pueblo y buscar la fuerza de Dios para suplir las necesidades de este tiempo. Cuando la iniquidad domina el mundo, el pueblo de Dios debe buscar una unión más estrecha con el cielo. La marea de maldad moral viene sobre nosotros con tal poder que la corriente hará que perdamos el equilibrio y seamos barridos, a menos que nuestros pies estén firmemente anclados en la Roca que es Cristo Jesús. 4TPI 575.3

La prosperidad el sanatorio no depende sólo de la inteligencia y los conocimientos de sus médicos, sino del favor de Dios. Si su dirección es tal que Dios puede bendecirla, tendrá un gran éxito y aventajará a cualquier otra institución parecida del mundo. Hemos recibido una gran luz, muchos conocimientos y privilegios superiores. La condena será de acuerdo con la luz que se nos ha dado, que permanece desaprovechada y, por lo tanto, no es esparcida sobre otros. 4TPI 576.1

La mente de algunos se ha adentrado en la vía de la incredulidad. Esas personas creen que hay razones para dudar de la palabra y la obra de Dios porque la conducta de algunos que profesan ser cristianos les parece cuestionable. ¿Es razón para que tambaleen los cimientos? No. No debemos hacer que la conducta de otros sea la base de nuestra fe. Debemos imitar a Cristo, el Modelo perfecto. Si alguno permite que su unión con él se debilite por causa de los defectos que se ven en los caracteres de los que profesan la verdad, siempre se encontrará sobre arenas movedizas. Debe dirigir sus ojos al Autor y Sustentador de la fe; debe fortalecer el alma con la promesa del gran apóstol: “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: ‘Conoce el Señor a los que son suyos’”. 2 Timoteo 2:19. No podemos engañar a Dios. Lee correctamente el carácter. Conoce los motivos. Nada escapa al ojo que todo lo ve; los pensamientos, las intenciones y los propósitos del corazón. Lo discierne todo. 4TPI 576.2

No hay excusa para la duda o el escepticismo. Dios ha hecho amplia provisión para fortalecer la fe de todos los hombres, si quieren decidir por el peso de las evidencias. Pero si antes de creer, esperan que cada objeción aparente sea eliminada, nunca se fortalecerán, arraigarán ni afirmarán en la verdad. Dios no eliminará nunca todas las aparentes dificultades de nuestra senda. Los que deseen dudar, podrán hallar oportunidad para ello; los que deseen creer, tendrán suficientes evidencias en las cuales basar su fe. La actitud de algunos es inexplicable, aun para ellos mismos. Van a la deriva, sin anclas, debatiéndose en la niebla de la incertidumbre. Pronto se apodera Satanás del timón, y lleva su frágil embarcación doquiera le place. Pasan a estar sujetos a su voluntad. Si estos espíritus no hubiesen escuchado a Satanás, no habrían sido engañados por sus sofismas; si se hubiesen inclinado del lado de Dios, no habrían quedado confundidos y aturdidos. 4TPI 576.3

Dios y los ángeles observan con intenso interés el desarrollo del carácter y pesan el valor moral. Los que resisten las maquinaciones de Satanás saldrán como oro probado en el fuego. Los que son arrebatados por las olas de la tentación se imaginan, como Eva, que se vuelven maravillosamente sabios, que superan su ignorancia y estrecha conciencia; pero, como ella, descubrirán que se han engañado lamentablemente. Han estado persiguiendo sombras, trocando la sabiduría celestial por el frágil juicio humano. Un poco de conocimiento los ha engreído. Un conocimiento más profundo y cabal de sí mismos y de Dios los volvería cuerdos y sensatos, y los colocaría de parte de la verdad, de los ángeles y de Dios. 4TPI 577.1

La Palabra de Dios nos juzgará a cada uno de nosotros en el último gran día. Los jóvenes hablan de la ciencia, y son más sabios de lo que está escrito; procuran explicar los caminos y las obras de Dios de acuerdo con su comprensión finita; pero todo eso concluye en un miserable fracaso. La verdadera ciencia y la inspiración están en perfecta armonía. La falsa ciencia es algo independiente de Dios. Es ignorancia presuntuosa. Este poder engañador ha cautivado y esclavizado las mentes de muchos que han preferido las tinieblas a la luz. Se han puesto del lado de la incredulidad, como si dudar fuese una virtud e indicio de una mente abierta, cuando en realidad revela un intelecto demasiado débil y estrecho para percibir a Dios en sus obras creadas. No podrían sondear el misterio de su Providencia aunque lo estudiasen con toda su fuerza durante toda la vida. Y debido a que las obras de Dios no pueden ser explicadas por las mentes finitas, Satanás los somete a sus sofismas y los enreda en las redes de la incredulidad. Si éstos que dudan quieren relacionarse estrechamente con Dios, él les aclarará sus propósitos. 4TPI 577.2

Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. La mente carnal no puede comprender estos misterios. Si aquellos que dudan continúan siguiendo al gran engañador, las impresiones y convicciones del Espíritu de Dios irán disminuyendo y se harán más frecuentes las incitaciones de Satanás, hasta que la mente se someta plenamente a su dominio. Entonces el poder de Dios será aquello que estas mentes aturdidas consideran como insensatez, y lo que Dios considera como insensatez será para ellos la fuerza de la sabiduría. 4TPI 577.3

Uno de los grandes males que han acompañado a la búsqueda de conocimiento y las investigaciones de la ciencia, es que los que se dedican a tales cosas pierden de vista con demasiada frecuencia el carácter divino de la religión pura y sin adulteración. Los sabios según el mundo han intentado explicar mediante principios científicos la influencia del Espíritu de Dios sobre el corazón. El menor progreso en esta dirección llevará al alma a los laberintos del escepticismo. La religión de la Biblia es simplemente el misterio de la piedad; ninguna mente humana puede comprenderlo plenamente, y es completamente incomprensible para el corazón no regenerado. 4TPI 578.1

El Hijo de Dios comparó la obra del Espíritu Santo con el viento, que “sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va”. Juan 3:8. Leemos además en el relato sagrado que el Redentor del mundo se regocijó en espíritu y dijo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños”. Lucas 10:21. 4TPI 578.2

El Salvador se regocijó de que el plan de salvación fuera de tal naturaleza que los que son sabios en su propia estima, aquellos que están, engreídos por las enseñanzas de la vana filosofía, no pueden ver la belleza, el poder y el misterio oculto del Evangelio. Pero a todos los humildes de corazón, aquellos que tienen un deseo sincero e inocente de recibir enseñanzas y conocer y hacer la voluntad de su Padre celestial, se les revela su Palabra como el poder de Dios para su salvación. La obra del Espíritu Santo no tiene importancia para el hombre que no ha sido renovado. El apóstol Pablo dice: “Esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. 2 Corintios 4:4. 4TPI 578.3

El éxito del sanatorio depende de que mantenga la sencillez de la santidad y que descarte las locuras del mundo en la comida, la bebida, el vestido y los entretenimientos. Todos sus principios deben tender a la reforma. Que no se invente nada para satisfacer las necesidades del alma que pueda usurpar el lugar y el tiempo exigido por Cristo y su servicio, porque esto destruirá el poder de la institución como instrumento de Dios para convertir a las pobres almas afligidas por el pecado, quienes, ignorando la senda de la vida y la paz, han buscado la felicidad en el orgullo y en la vana necedad. 4TPI 579.1

“Apoyando un propósito fiel” debiera ser la posición de todos los que se relacionan con el sanatorio. Sin embargo, será necesario que nadie presente con insistencia nuestra fe a los pacientes, ni se dedique a discusiones religiosas con ellos. Pero nuestras revistas y publicaciones, cuidadosamente elegidas, debieran estar a la vista casi en todas partes. Debe predominar el elemento religioso. Este ha sido y siempre será el poder de esa institución. Que nuestro sanatorio no sea pervertido para servir a la mundanalidad y la moda. En nuestro país hay un número suficiente de instituciones de la salud que se parecen más a un hotel que a un lugar donde los enfermos y los dolientes pueden obtener alivio para las enfermedades del cuerpo, y donde el alma afligida por el pecado puede encontrar esa paz y reposo en Jesús que no se encuentra en ninguna otra parte. Que los principios religiosos reciban un lugar prominente y se mantengan allí; descártense el orgullo y la popularidad; en todas partes deben verse la sencillez y la sinceridad, la bondad y la fidelidad; entonces el sanatorio será lo que Dios se proponía que fuera; y así el Señor lo favorecerá. 4TPI 579.2