Testimonios para la Iglesia, Tomo 5

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El colegio

Los maestros de nuestro colegio deben ser hombres y mujeres de mentes equilibradas, capaces de ejercer una fuerte influencia moral, que sepan cómo tratar sabiamente con la gente y que posean un verdadero espíritu misionero. Si todos poseyesen este carácter, las cargas que ahora descansan sobre el presidente se alivianarían y se evitaría el peligro de que él se agote prematuramente. Sin embargo, es precisamente esta sabiduría la que hace falta. 5TPI 524.1

No es aceptable fijar el costo de los estudios demasiado bajo. Debe ser suficiente para hacer frente a los gastos, aunque la cantidad de alumnos sea baja. Los que realmente aprecian los beneficios que se obtienen en el colegio harán esfuerzos adicionales para lograrlos. La mayoría de los que se verían atraídos a asistir porque el costo de los estudios es bajo, no serían de ningún beneficio para los demás estudiantes o para la iglesia. Mientras más grande sea el alumnado, más tacto, destreza y vigilancia se requiere de parte de la administración. 5TPI 524.2

Cuando se fundó el colegio, se estableció un fondo en la oficina de la casa publicadora Review and Herald para beneficio de los que deseaban obtener una educación pero no tenían los recursos necesarios. Unos cuantos estudiantes lo aprovecharon y de esta manera obtuvieron un buen comienzo y luego ganaron lo suficiente para reemplazar los fondos que habían utilizado, para que otros pudieran beneficiarse con ellos. 5TPI 524.3

Debe hacerse alguna provisión para el mantenimiento de un fondo tal para hacer préstamos a los estudiantes meritorios que desean prepararse para la obra misionera. Hay entre nosotros personas capaces que podrían rendir un buen servicio en la causa, si tan sólo se velara por ellos y se les animara. Cuando algunos de éstos sean demasiado pobres para aprovechar las oportunidades que brinda el colegio, las iglesias debieran considerar un privilegio pagarles los gastos. Hay que hacer claro a los jóvenes que hasta donde sea posible deben trabajar para sufragar sus propios gastos. Lo que cuesta poco no se apreciará debidamente; lo que cuesta algo cercano a su valor verdadero será apreciado en mayor escala. Pero las iglesias de los diversos campos deben sentir que una responsabilidad solemne descansa sobre ellas en lo que a la preparación de la juventud y la educación de personas mayores se refiere, con el fin de que participen en el esfuerzo misionero. Cuando vean entre ellos a los que prometen ser obreros útiles, pero que no son capaces de costear sus estudios por sí solos, las iglesias deben asumir la responsabilidad de enviarlos al colegio para que sean instruidos y desarrollados. 5TPI 524.4