Primeros Escritos

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Suplemento

Una explicación

Apreciados Amigos Cristianos: Como he expuesto un breve esbozo de mi experiencia y visiones, que se publicó en 1851, me parece que tengo el deber de repasar algunos puntos de aquella obrita, y presentar algunas visiones más recientes. PE 85.1

1. En la página 33 se lee lo siguiente: “Vi que el santo sábado es, y será, el muro separador entre el verdadero Israel de Dios y los incrédulos, así como la institución más adecuada para unir los corazones de los queridos y esperanzados santos de Dios. Vi que Dios tenía hijos que no reconocen ni guardan el sábado. No han rechazado la luz referente a él. Y al empezar el tiempo de angustia, fuimos henchidos del Espíritu Santo cuando salimos a proclamar más plenamente el sábado.” PE 85.2

Esta visión fué dada en 1847 cuando eran muy pocos los hermanos adventistas que observaban el sábado, y de éstos eran aun menos los que suponían que su observancia era de suficiente importancia para trazar una separación entre el pueblo de Dios y los incrédulos. Ahora se comienza a ver el cumplimiento de esa visión. El comienzo “del tiempo de angustia” mencionado entonces no se refiere al tiempo cuando comenzarán a ser derramadas las plagas, sino a un corto período precisamente antes que caigan, mientras Cristo está en el santuario. En ese tiempo, cuando se esté terminando la obra de la salvación, vendrá aflicción sobre la tierra, y las naciones se airarán, aunque serán mantenidas en jaque para que no impidan la realización de la obra del tercer ángel. En ese tiempo, descenderá la “lluvia tardía” o refrigerio de la presencia del Señor para dar poder a la voz fuerte del tercer ángel, y preparar a los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuando las siete postreras plagas serán derramadas. PE 85.3

2. La visión de “La Puerta Abierta y la Puerta Cerrada,” de las páginas 42-45, fué dada en 1849. La aplicación de (Apocalipsis 3:7, 8) al santuario celestial y al ministerio de Cristo me resultaba enteramente nueva. Nunca había oído esa idea expresada por alguien. Ahora que se comprende claramente el tema del santuario, la aplicación se desprende con toda su fuerza y belleza. PE 86.1

3. La opinión de que el Señor “había extendido la mano por segunda vez para recobrar el residuo de su pueblo,” expresada en la página 74, se refiere tan sólo a la unión y la fuerza que existían una vez entre los que esperaban a Cristo, y al hecho de que él comenzó a unir y a levantar de nuevo a su pueblo. PE 86.2

4. Manifestaciones espiritistas. En la página 43 se lee lo que sigue: “Vi que los golpes misteriosos de Nueva York y otros lugares provenían del poder satánico, y que tales cosas se volverían cada vez más comunes y se revestirían de un manto religioso, con el fin de inducir a los engañados a sentirse seguros, y para desviar, si fuese posible, la atención del pueblo de Dios hacia ellas y hacerle dudar de las enseñanzas y del poder del Espíritu Santo.” Esta visión fué dada en 1849, hace casi cinco años. Las manifestaciones espiritistas se limitaban entonces mayormente a la ciudad de Rochester, y eran conocidas como “golpes de Rochester.” Desde aquel tiempo esa herejía se ha difundido más allá de lo que cualquiera esperaba entonces. PE 86.3

Gran parte de la visión mencionada en la página 59, bajo el título de “Golpes misteriosos,” dada en agosto de 1850, se ha cumplido desde entonces, y sigue cumpliéndose. He aquí algo de lo que se dice allí: “Vi que no tardaría en calificarse de blasfemia todo cuanto se dijera en contra de los golpes misteriosos, los cuales se irían extendiendo más y más, con incremento del poder de Satanás, y que algunos de sus adeptos tendrían poder para realizar milagros, hasta para hacer bajar fuego del cielo a la vista de los hombres. Se me mostró que por los golpes y el mesmerismo, estos magos modernos explicarían aún todos los milagros hechos por nuestro Señor Jesucristo, y que muchos creerían que todas las obras poderosas que hizo el Hijo de Dios cuando estuvo en la tierra, fueron hechas por este mismo poder.” PE 86.4

Vi el engaño de los golpes, el progreso que estaba haciendo, y que si fuese posible engañaría hasta a los mismos elegidos. Satanás tendrá poder para hacer aparecer delante de nosotros formas que se den por nuestros parientes y amigos que ahora duermen en Jesús. Parecerá como que estos amigos estuviesen presentes; serán habladas las palabras que pronunciaban cuando estaban aquí, con las cuales nos hemos familiarizado, y el mismo tono de voz que tenían en vida caerá en nuestros oídos. Todo esto será destinado a engañar a los santos y seducirlos para que crean en este engaño. PE 87.1

Vi que los santos deben obtener una comprensión cabal de la verdad presente, que deberán sostener por las Escrituras. Necesitan comprender lo referente a la condición de los muertos; porque aún les aparecerán espíritus de demonios que se darán por sus seres queridos y parientes, y les enseñarán que el día de reposo ha sido cambiado, y otras doctrinas ajenas a la Biblia. Harán cuanto esté en su poder para despertar simpatía y realizarán milagros delante de ellos para confirmar lo que declaren. El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir a estos espíritus con la verdad bíblica de que los muertos nada saben, y que los que se les aparecen son espíritus de demonios. Nuestro ánimo no debe ser embargado por las cosas que nos rodean, sino ocuparse con la verdad presente y la preparación que necesitamos para dar razón de nuestra esperanza con mansedumbre y temor. Debemos buscar sabiduría de lo alto para poder subsistir en este día de errores y engaños. PE 87.2

Debemos examinar cuidadosamente el fundamento de nuestra esperanza, porque tendremos que dar razón de ella basados en las Escrituras. Este engaño se difundirá, y tendremos que contender con él cara a cara; y a menos que estemos preparados para ello, quedaremos entrampados y vencidos. Pero si hacemos todo lo que podemos de nuestra parte a fin de estar listos para el conflicto que nos espera, Dios hará su parte, y su brazo todopoderoso nos protegerá. Mandaría todos los ángeles de la gloria para socorrer a las almas fieles y poner un cerco en derredor de ellas, antes que permitir que sean engañadas y extraviadas por los prodigios mentirosos de Satanás. PE 88.1

Vi con qué rapidez este engaño se estaba difundiendo. Me fué mostrado un tren de coches de ferrocarril que iba con la rapidez del rayo. El ángel me invitó a mirar cuidadosamente. Fijé los ojos en el tren. Parecía que el mundo entero iba a bordo de él, y que no quedaba nadie sin subir. Dijo el ángel: “Se los está atando en gavillas listas para ser quemadas.” Luego me mostró al conductor, que parecía una persona de porte noble y hermoso aspecto, a quien todos los pasajeros admiraban y reverenciaban. Yo estaba perpleja y pregunté a mi ángel acompañante quién era. Dijo: “Es Satanás. Es el conductor que asume la forma de un ángel de luz. Ha tomado cautivo al mundo. Se han entregado a poderosos engaños, para creer una mentira, y ser condenados. Este agente, el que le sigue en orden, es el maquinista, y otros de sus agentes están empleados en diferentes cargos según los necesite, y todos se dirigen hacia la perdición con la rapidez del rayo.” PE 88.2

Pregunté al ángel si no quedaba nadie. Me invitó a mirar en la dirección opuesta, y vi una compañía pequeña que viajaba por una senda angosta. Todos parecían estar firmemente unidos, vinculados por la verdad, en agrupaciones o compañías. Dijo el ángel: “El tercer ángel está atándolos o sellándolos en gavillas para el granero celestial.” Esa pequeña compañía parecía agobiada, como si hubiese pasado por severas pruebas y conflictos. Parecía como que el sol acabara de salir detrás de una nube y resplandecía sobre sus rostros, dándoles aspecto triunfante, como si sus victorias estuviesen casi ganadas. PE 88.3

Vi que el Señor había dado al mundo oportunidad de descubrir el lazo. Este hecho sería evidencia suficiente para el cristiano, si no hubiese otra: que no se establece diferencia entre lo precioso y lo vil. Tomás Paine, cuyo cuerpo se ha reducido a polvo y quien ha de ser llamado al fin de los mil años, cuando se produzca la segunda resurrección, para que reciba su recompensa y sufra la segunda muerte, es representado por Satanás como si estuviera en el cielo, en posición muy exaltada. Satanás lo usó en la tierra mientras pudo, y ahora continúa haciéndolo al sostener que Paine es ensalzado y honrado en el cielo. Y lo que enseñó aquí en la tierra, Satanás sostiene que lo está enseñando ahora en el cielo. Hay quienes consideraron con horror la vida y la muerte de este hombre, así como sus enseñanzas corruptas, pero se someten ahora a ser enseñados por él, aunque fué uno de los hombres más viles y más corruptos, uno que despreció a Dios y su ley.1Véase el Apéndice. PE 89.1

El que es padre de mentira, ciega y engaña al mundo enviando a sus ángeles para que hablen en nombre de los apóstoles, y los hace aparecer como contradiciendo lo que ellos mismos escribieron bajo el dictado del Espíritu Santo cuando estaban en la tierra. Estos ángeles mentirosos ponen en boca de los apóstoles una corrupción de sus propias enseñanzas y declaran que éstas son adulteradas. Al obrar así, Satanás se deleita en sumir en la incertidumbre, acerca de la Palabra de Dios, a los que profesan ser cristianos y a todo el mundo. El Libro Santo se atraviesa en su camino y estorba sus planes. Por lo tanto, induce a los hombres a dudar de su origen divino. Luego eleva en un pedestal al incrédulo Tomás Paine, como si hubiese entrado en el cielo cuando murió, y ahora se dedicara a enseñar al mundo, unido con los santos apóstoles a quienes odió en la tierra. PE 90.1

Satanás asigna a cada uno de sus ángeles el papel que ha de desempeñar. Les ordena a todos que sean astutos y arteros. Instruye a algunos para que representen el papel de los apóstoles y hablen en nombre de ellos, mientras que otros deben desempeñar la parte de incrédulos y hombres impíos que murieron maldiciendo a Dios, pero ahora parecen ser muy religiosos. No se establece diferencia entre los apóstoles más santos y el incrédulo más vil. A ambos se les hace enseñar la misma cosa. A Satanás no le importa a quién hace hablar, con tal que logre su objeto. El estuvo tan estrechamente relacionado con Paine en esta tierra, y le ayudó de tal manera en su obra, que le resulta fácil saber qué palabras empleaba Paine y reproducir la letra del que le sirvió tan fielmente y logró con tanto éxito sus propósitos. Satanás dictó muchos de sus escritos, y le es fácil dictar sentimientos por medio de sus ángeles ahora y hacer aparecer como que provienen de Tomás Paine, quien, mientras vivía, era un siervo devoto del maligno. Esta es la obra maestra de Satanás. Toda esta enseñanza, que se da como proveniente de los apóstoles, de los santos y de hombres impíos que murieron, procede directamente de su majestad satánica. PE 90.2

El hecho de que Satanás asevere que uno a quien él amaba tanto, y que odiaba tan cabalmente a Dios, está ahora con los santos apóstoles y los ángeles gloriosos, debe bastar para quitar todo velo que cubra las inteligencias y descubrir ante ellas las obras sombrías y misteriosas de Satanás. El dice virtualmente al mundo y a los incrédulos: “No importa cuán impíos seáis, no importa que creáis o no creáis en Dios ó en la Biblia, vivid como queráis, el cielo es vuestra patria.” Porque todos saben que si Tomás Paine está en el cielo, y muy ensalzado, ellos mismos no podrán menos de llegar allí. Este error es tan patente que todos pueden verlo si quieren. Satanás está haciendo ahora, mediante personas como Tomás Paine, lo que ha estado tratando de hacer desde su caída. Está, por medio de su poder y sus prodigios mentirosos, destruyendo el fundamento de la esperanza cristiana, y apagando el sol que ha de alumbrarlos en el camino angosto que lleva al cielo. Está haciendo creer al mundo que la Biblia no es inspirada, ni mejor que un libro de cuentos, mientras ofrece algo que la ha de reemplazar, a saber, las manifestaciones espirituales. PE 91.1

Es un canal totalmente dedicado a él y bajo su control, y puede hacer creer al mundo lo que quiera. Al Libro que ha de juzgarle a él y a sus seguidores, lo pone en la sombra, exactamente donde quiere que esté. Al Salvador del mundo lo reduce a la condición de hombre común; y como la guardia romana que vigiló la tumba de Jesús difundió la mentira que los príncipes de los sacerdotes y ancianos pusieron en su boca, así también los pobres y engañados seguidores de estas así llamadas manifestaciones espirituales repiten que nada hubo de milagroso en el nacimiento, la muerte y la resurrección de nuestro Salvador, y tratan de hacer aparecer que dicen la verdad. Después de relegar a Jesús a una posición inferior, atraen la atención del mundo sobre sí mismos y sus milagros y prodigios mentirosos, que, declaran, superan por lejos las obras de Cristo. De esta manera el mundo cae en el lazo y es adormecido por una sensación de seguridad, de tal manera que no descubrirá el engaño espantoso hasta que hayan sido derramadas las siete plagas. Satanás se ríe al ver el éxito de su plan, y cómo todo el mundo queda apresado en la trampa. PE 91.2

5. En la página 54, declaré que una nube de gloriosa luz ocultaba al Padre y que no podía verse su persona. También declaré que vi al Padre levantarse del trono. El Padre estaba envuelto en un cuerpo de luz y gloria, de manera que su persona no podía verse; sin embargo yo sabía que era el Padre y que de su persona emanaba esta luz y gloria. Cuando vi este cuerpo de luz y gloria levantarse del trono, supe que era porque el Padre se movía, y por lo tanto dije: Vi al Padre levantarse. La gloria, o excelencia de su forma, no la vi; nadie podría contemplarla y vivir; pero podía verse el cuerpo de luz y gloria que rodeaba su persona. PE 92.1

También declaré que “Satanás parecía estar al lado del trono, procurando llevar adelante la obra de Dios.” Daré otra frase de la misma página [55]: “Me di vuelta para mirar a la compañía que seguía postrada delante del trono.” Esta compañía que oraba, estaba en este estado mortal, en la tierra, y sin embargo me fué representada como postrada delante del trono. Nunca tuve la idea de que esas personas estuviesen realmente en la Nueva Jerusalén. Tampoco pensé alguna vez que cualquier mortal pudiese suponer que yo creía que Satanás estaba realmente en la Nueva Jerusalén. Pero ¿no vió Juan al gran dragón rojo en el cielo? Por cierto que sí. “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos.”. Apocalipsis 12:3. ¡Qué monstruo para estar en el cielo! Parecería haber tan buenos motivos para ridiculizar esta interpretación como los que han encontrado algunos para burlarse de mis declaraciones. PE 92.2

6. En las páginas 48-52 se relata una visión dada en enero de 1850. La porción de la visión que se refiere a los recursos de los cuales se privaba a los mensajeros se aplicaba más particularmente a aquel tiempo. Desde entonces la causa de la verdad presente ha obtenido amigos que han aprovechado las ocasiones de hacer bien con sus recursos. Algunos han dado demasiado liberalmente, y perjudicado a los recipientes. Durante unos dos años se me han mostrado más detalles acerca de un uso descuidado o demasiado liberal del dinero del Señor, más bien que acerca de una falta de ese dinero. PE 92.3

Lo siguiente es sacado de una visión dada en Jackson, Míchigan, el 2 de junio de 1853. Se refería mayormente a los hermanos de aquel lugar: “Vi que los hermanos comenzaban a sacrificar sus propiedades y las entregaban sin que se les presentara el verdadero objeto: la causa que sufría; y ellos daban con demasiada liberalidad, demasiada cantidad, y demasiado a menudo. Vi que los maestros debieran haber estado en situación de corregir este error y ejercer una buena influencia en la iglesia. El dinero ha sido representado como de poca consecuencia, y que cuanto antes era dado, mejor. Algunos dieron un mal ejemplo al aceptar grandes donativos sin precaver en lo más mínimo a aquellos que tenían recursos para que no los usasen demasiado libremente y con negligencia. Al aceptar tan elevada cantidad de recursos, sin preguntar si Dios lo había impuesto como deber a los hermanos, se sancionaba el acto de dar en demasiada abundancia. PE 93.1

“Los que daban erraron también, al no ser escrupulosos en cuanto a averiguar las necesidades del caso, si había o no una necesidad real. Los que tenían recursos fueron puestos en gran perplejidad. Un hermano fué perjudicado al ponérsele demasiados recursos en las manos. No practicaba la economía, sino que vivía en forma extravagante, y en sus viajes gastaba dinero aquí y allá sin provecho. Difundía una mala influencia al hacer un uso tan libre del dinero del Señor, y decía en su corazón, y a otros: ‘Hay bastantes recursos en J———; más de lo que puede usarse antes que venga el Señor.’ Algunos fueron muy perjudicados por una conducta tal y entraron en la verdad con opiniones erróneas, no comprendiendo que era el dinero del Señor lo que estaban usando sin reconocer su valor. Esas pobres almas que acaban de abrazar el mensaje del tercer ángel y han tenido un ejemplo tal delante de sí, tendrán mucho que aprender en cuanto a negarse a sí mismos y a sufrir por amor a Cristo. Tendrán que aprender a renunciar a la comodidad, a dejar de procurar sus conveniencias y comodidades, y tener presente el valor de las almas. Los que sienten que pesa sobre ellos el ‘ay’ no estarán en favor de hacer grandes preparativos para viajar con comodidad. Algunos que no tenían vocación han sido alentados a entrar en el campo. Otros han sido afectados por estas cosas y no han sentido la necesidad de economizar, de negarse a sí mismos, y poner recursos en la tesorería del Señor. Pensaban y decían: ‘Hay otros que tienen bastantes recursos; darán para el periódico. Yo no necesito hacer nada. El periódico será sostenido sin mi ayuda.”’ PE 93.2

Para mí no ha sido prueba pequeña el ver que algunos han tomado aquella porción de mis visiones que se relacionaba con el sacrificio de propiedades para sostener la causa y la han usado mal; emplean los recursos con extravagancia, mientras no cumplen los principios de otras porciones. En la página 50, se lee lo siguiente: “Vi que la causa de Dios ha sido estorbada y deshonrada por algunos que viajaban sin mensaje de Dios. Los tales tendrán que dar cuenta de todo dinero gastado en viajar donde no tenían obligación de ir, porque ese dinero podría haber ayudado a hacer progresar la causa de Dios.” También en la página 50 se lee: “Vi que aquellos que tenían fuerza para trabajar con sus manos a fin de ayudar a la causa eran tan responsables por su fuerza como otros lo eran por sus propiedades.” PE 94.1

Quisiera llamar la atención en forma especial a la visión de este asunto mencionada en la página 57. He aquí un corto extracto: “El objeto de las palabras de nuestro Salvador [en Lucas 12:33] no ha sido presentado con claridad.” Vi que “el objeto que se tiene al vender no es dar a los que pueden trabajar y sostenerse a sí mismos, sino difundir la verdad. Es un pecado sostener en la ociosidad a aquellos que podrían trabajar. Algunos han asistido celosamente a todas las reuniones, no para glorificar a Dios, sino por los ‘panes y los peces.’ Habría sido mejor que los tales se quedasen en casa ‘haciendo con sus manos lo que es bueno,’ para suplir las necesidades de sus familias y tener algo que dar para sostener la preciosa causa.” En tiempos pasados, ha sido el propósito de Satanás impulsar a algunos de espíritu arrebatado a que gastasen recursos demasiado liberalmente, e influyesen en sus hermanos para que se deshicieran temerariamente de sus propiedades, a fin de que por medio de una abundancia de recursos prodigados descuidada y apresuradamente, las almas fueran perjudicadas y se perdieran, y para que ahora, cuando la verdad se ha de difundir más extensamente, se sienta la falta de recursos. Su propósito se ha logrado hasta cierto punto. PE 94.2

El Señor ha mostrado el error de muchos al esperar que sólo los que tienen propiedades sostengan la publicación del periódico y de los folletos. Todos deben desempeñar su parte. Los que tienen fuerza para trabajar con las manos, y ganan recursos con que ayudar a sostener la causa, son tan responsables por ello como lo son otros por sus propiedades. Cada hijo de Dios que profesa creer la verdad presente, debe ser celoso para desempeñar su parte en esta causa. PE 95.1

En julio de 1853, vi que no era correcto que el periódico reconocido y aprobado por Dios, saliera con tan poca frecuencia. La causa, en el tiempo en que vivimos, exige un periódico semanal,1 así como la publicación de muchos más folletos para exponer los errores que se multiplican en este tiempo; pero la obra queda estorbada por falta de recursos. Vi que la verdad debe avanzar y que no debemos ser demasiado temerosos; que es preferible que los folletos y los periódicos lleguen a tres personas que no los necesiten más bien que dejar privada de ellos a una persona que los apreciaría y podría ser beneficiada por ellos. Vi que las señales de los últimos días deben recalcarse claramente, pues las manifestaciones de Satanás van en aumento. Las publicaciones de Satanás y sus agentes van creciendo; su poder tambiéncrece, y lo que hagamos para presentar la verdad a otros debe ser hecho prestamente. PE 95.2

Se me mostró que ahora la verdad, una vez publicada, subsistirá, porque es la verdad para los últimos días; vivirá, y en el futuro será menos lo que se necesitará decir al respecto. No es necesario poner innumerables palabras en el papel para justificar lo que habla por sí mismo y resplandece en su claridad. La verdad es directa, clara, sencilla, y se destaca audazmente en su propia defensa; pero no sucede así con el error. Este es tan tortuoso que necesita una multitud de palabras para ser explicado en su forma torcida. Vi que toda la luz que se había recibido en algunos lugares provenía del periódico; que así ciertas almas habían aceptado la verdad, y luego habían hablado de ella a otros; y que ahora en lugares donde había varios, éstos habían sido suscitados por el mensajero silencioso. Era su único predicador. Por falta de recursos la causa de la verdad no debe ser estorbada en su marcha hacia adelante. PE 96.1