Obreros Evangélicos

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La integridad

Se necesitan para este tiempo hombres de probado valor y fuerte integridad, hombres que no teman elevar sus voces para defender lo justo. A cada obrero quiero decir: Que la integridad caracterice todo acto vuestro en el desempeño de todos vuestros deberes oficiales. Todos los diezmos y dineros confiados a vosotros con algún propósito especial, deben ser entregados cuanto antes adonde pertenecen. No debéis apropiaros para vuestro uso personal del dinero dado para la causa de Dios, con el pensamiento de que puede ser devuelto más tarde. Dios prohibe semejante cosa. Es una tentación de aquel ser que hace el mal y únicamente el mal. El predicador que recibe fondos para la tesorería del Señor debe dar al donante un recibo por la cantidad recibida, con la fecha. Luego, sin aguardar a ser tentado por la presión financiera a emplear recursos para sí mismo, deposítelos donde, cuando se pidan, estén a mano. OE 148.2