Obreros Evangélicos

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Un cambio de obreros

Se me ha preguntado si no es un error cambiar el presidente de una asociación local a un nuevo campo cuando muchos de los hermanos que están bajo su dirección actual no desean que él los deje. OE 434.1

Al Señor le plugo darme luz sobre este asunto. Me ha sido mostrado que los predicadores no deben ser retenidos en el mismo distrito año tras año, y que no debe presidir el mismo hombre durante largo tiempo en una asociación. Un cambio de dones es para bien de nuestras asociaciones e iglesias. OE 434.2

A veces los predicadores no se han sentido dispuestos a cambiar de campo de labor; pero si entendiesen todas las razones que hay para hacer los cambios, no retrocederían. Algunos han pedido quedar un año más en el mismo campo, y con frecuencia se les ha concedido su petición. Han sostenido que tenían planes para hacer una obra mayor que antes. Pero al fin del año, reinaba un estado de cosas peor que antes. Si un predicador ha sido infiel en su obra, no es probable que remedie el asunto permaneciendo más tiempo. Las iglesias se acostumbran a la dirección de aquel hombre, y piensan que deben mirarlo a él en vez de mirar a Dios. Sus ideas y planes tienen una fuerza predominante en la asociación. OE 434.3

Los hermanos pueden ver que él yerra en su juicio, y por causa de esto aprenden a tener en poco el ministerio. Si quisieran mirar a Dios y depender de la sabiduría celestial, obtendrían una experiencia del más alto valor, y podrían ellos mismos suplir, en muchos respectos por lo menos, lo que falta en aquel que es sobreveedor de la grey. Pero demasiado a menudo se deja que las cosas vayan como quieran, haciéndose responsable al presidente de la condición de las iglesias de la asociación, mientras que los miembros se vuelven indiferentes y tibios, sin hacer nada para poner las cosas en orden. OE 434.4

Tal vez el presidente no sienta la importancia de santificarse a sí mismo, para que otros se santifiquen. Puede ser un centinela infiel, que predique para agradar a la gente. Muchos son fuertes en algunos puntos de carácter, mientras que son débiles y deficientes en otros. Como resultado, se manifiesta una falta de eficiencia en algunas partes de la obra. Si el mismo hombre permanece como presidente de una asociación año tras año, sus defectos se reproducirán en las iglesias que están bajo su dirección. Pero un obrero puede ser fuerte donde su hermano es débil, y al cambiarlos así de campos de labor, se pueden, hasta cierto punto, suplir las deficiencias del otro. OE 435.1

Si todos fuesen completamente consagrados a Dios, estas notables imperfecciones de carácter no existirían; pero ya que los obreros no alcanzan la norma divina, ya que entretejen el yo con toda su obra, lo mejor, tanto para ellos como para las iglesias, consiste en hacer cambios frecuentes. Y por otro lado, si un obrero es espiritualmente fuerte, resulta, por la gracia de Cristo, una bendición para las iglesias, y sus labores son necesarias en diferentes asociaciones. OE 435.2