Obreros Evangélicos

111/234

Los predicadores han de enseñar la reforma pro salud

Nuestros predicadores deben llegar a ser entendidos acerca de la reforma pro salud.... Deben comprender las leyes que rigen la vida física, y su relación con la salud de la mente y del alma. Miles de millares saben muy poco acerca del maravilloso cuerpo que Dios les ha dado o del cuidado que debe recibir; atribuyen mucha más importancia al estudio de temas de consecuencias muy inferiores. Los predicadores tienen una obra que hacer en ello. Cuando asuman una actitud correcta acerca de este asunto, se ganará mucho. En sus propias vidas y hogares deben obedecer las leyes de la vida, practicar principios correctos y vivir de una manera sana. Entonces podrán hablar correctamente acerca de este tema, y conducirán a la gente a un plano más y más alto en la obra de la reforma. Por vivir en la luz ellos mismos, podrán dar un mensaje de gran valor a aquellos que necesitan precisamente semejante testimonio. OE 243.1

Se obtendrán preciosas bendiciones y una rica experiencia si los predicadores quieren combinar la presentación de la cuestión de la salud con todas sus labores en las iglesias. La gente debe recibir la luz referente a la reforma pro salud. Esta obra ha sido descuidada, y muchos están a punto de morir porque necesitan la luz que debieran haber tenido y deben recibir antes de querer renunciar a sus egoístas satisfacciones. OE 243.2

Los presidentes de nuestras asociaciones necesitan percatarse de que ya es harto tiempo de adoptar el lado correcto de la cuestión. Los predicadores y maestros han de dar a otros la luz que recibieron. Se necesita su trabajo en todo ramo. Dios los ayudará; fortalecerá a sus siervos que queden firmes y no quieran dejarse apartar de la verdad y la justicia para complacer los apetitos carnales.... OE 243.3

*****

El Evangelio y la obra médico-misionera deben adelantar juntos. El Evangelio ha de estar ligado con los principios de la verdadera reforma pro salud. El cristianismo ha de penetrar en la vida práctica. Hay que hacer una obra de reforma ferviente y cabal. La verdadera religión bíblica es una manifestación del amor de Dios por el hombre caído. El pueblo de Dios debe adelantar en línea recta para impresionar los corazones de aquellos que buscan la verdad, que desean hacer rectamente su parte en esta época intensamente crítica. Debemos presentar a la gente los principios de la reforma pro salud, haciendo cuanto esté en nuestro poder para inducir a los hombres y mujeres a ver la necesidad que tienen de estos principios, y a practicarlos.—Testimonies for the Church 6:376-379. OE 244.1