Obreros Evangélicos

110/234

La influencia de la alimentación sobre la salud

Aquellos sobre quienes recaen responsabilidades importantes, sobre todo aquellos que son guardianes de intereses espirituales, deben ser hombres de aguda sensibilidad y viva percepción. Más que otros, necesitan ser temperantes en el comer. Los manjares suculentos y complicados no deben hallar cabida en sus mesas. OE 241.1

Cada día, los hombres que ocupan posiciones de confianza tienen que hacer decisiones de las cuales dependen resultados de gran importancia. A menudo tienen que pensar rápidamente, y esto pueden hacerlo con éxito únicamente aquellos que practican estrictamente la temperancia. La mente se fortalece bajo el correcto tratamiento de las facultades físicas y mentales. Si la tensión no es demasiado grande, se recibe nuevo vigor de todo esfuerzo. Pero muchas veces el trabajo de aquellos que tienen planes importantes que considerar y decisiones importantes que hacer es afectado para mal por los resultados de un régimen alimenticio impropio. Un estómago desquiciado produce un estado mental desordenado e incierto. Causa a menudo irritabilidad, dureza o injusticia. Más de un plan que habría sido una bendición para el mundo ha sido puesto a un lado, muchas medidas injustas, opresivas y hasta crueles han sido impuestas, como resultado de condiciones patológicas debidas a malos hábitos en el comer. OE 241.2

He aquí una sugestión para todos aquellos cuyo trabajo es sedentario o principalmente mental; síganla los que tienen bastante valor moral y dominio propio. En cada comida, tómense tan sólo dos o tres clases de alimentos sencillos, y no se coma más de lo necesario para satisfacer el hambre. Hágase ejercicio activo cada día, y véase si no se recibe beneficio.—The Ministry of Healing, 309, 310. OE 241.3

*****

Algunos predicadores no son bastante escrupulosos en cuanto a sus hábitos en el comer. Ingieren cantidades excesivas de alimentos y una variedad demasiado grande de ellos en cada comida. Algunos siguen la reforma pro salud en teoría solamente. No tienen reglas para regular su régimen alimenticio, sino que se permiten comer frutas o nueces entre las comidas y así imponen pesadas cargas a sus órganos digestivos. OE 242.1

Por causa de imprudencias en el comer, los sentidos de algunos parecen paralizados, y son perezosos y soñolientos. Estos predicadores de cara pálida que sufren como consecuencia de una complacencia egoísta del apetito, no son una buena recomendación para la reforma pro salud. OE 242.2

Cuando se sufre por exceso de trabajo, sería mucho mejor omitir de vez en cuando una comida; y así dar a la naturaleza una oportunidad de reponerse. Nuestros obreros podrían hacer más para defender la reforma pro salud por su ejemplo que predicándola. Cuando amigos bien intencionados les ofrecen elaboradas preparaciones culinarias, se sienten muy tentados a violar sus principios; pero al rehusar los manjares delicados, los condimentos ricos, el té y el café, demostrarán ser en realidad seguidores prácticos de la reforma pro salud. OE 242.3