Notas biográficas de Elena G. de White

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Magnetismo espiritual

En New Hampshire tuvimos que luchar con una especie de magnetismo espiritual, de un carácter similar al mesmerismo. Fue nuestra primera experiencia de esta clase, y ocurrió de la siguiente manera: Al llegar a Claremont, se nos dijo que había allí dos divisiones de adventistas, una que negaba su fe anterior, y otra, un pequeño número, que creía que en su pasada experiencia habían sido guiados por la providencia de Dios. Se nos condujo hacia dos hombres que en forma especial tenían puntos de vista similares a los nuestros. Hallamos que había mucho prejuicio contra estos hombres, pero suponíamos que ellos eran perseguidos por causa de la justicia. Los visitamos, y fuimos recibidos con bondad y tratados con cortesía. Pronto nos dimos cuenta de que ellos pretendían poseer una santificación perfecta, y declaraban que estaban por encima de toda posibilidad de pecado. NBEW 86.2

Estos hombres vestían excelentes trajes, y tenían un aire de naturalidad y soltura. Mientras hablábamos con ellos, un niño de ocho años de edad, vestido literalmente de harapos, entró en la habitación en la cual estábamos sentados. Nos sorprendimos al descubrir que este niño era el hijo de uno de estos hombres. La madre parecía excesivamente avergonzada y molesta; pero el padre, totalmente despreocupado, continuó hablando de sus elevadas conquistas espirituales, sin prestar la menor atención a su hijito. NBEW 86.3

Su santificación de repente perdió todo encanto a mis ojos. Entregado a la oración y la meditación, y rehuyendo toda la carga y las responsabilidades de la vida, este hombre había dejado de proveer a las necesidades presentes de su familia y de dar a sus hijos una atención paternal. Parecía olvidar que cuanto mayor es nuestro amor a Dios, más fuerte debe ser nuestro amor y nuestro cuidado por aquellos que él nos ha dado. El Salvador nunca enseñó la ociosidad y la devoción abstracta a costa de descuidar los deberes que nos conciernen directamente. NBEW 87.1

Este esposo y padre declaró que el logro de la verdadera santidad guiaba a la mente hasta estar por encima de todo pensamiento terrenal. Sin embargo, él todavía se sentaba a la mesa y comía alimentos temporales. No era alimentado por un milagro. Alguien debía proveer el alimento que él consumía, aunque él se preocupaba poco por este asunto, pues su tiempo era enteramente dedicado a las cosas espirituales. No pasaba así con su esposa, sobre la cual descansaba la carga de la familia. Ella trabajaba con ahínco en todo tipo de trabajo de la casa para mantener todo en orden. Su esposo declaró que ella no estaba santificada, y que ella permitía que las cosas mundanas desviaran su mente de los temas religiosos. NBEW 87.2

Pensé en nuestro Salvador, que trabajó en forma tan incansable por el bien de los demás. “Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17), declaró él. La santificación que el Señor enseñaba se mostraba por hechos de bondad y misericordia, y por el amor que induce a los hombres y mujeres a considerar a otros mejores que ellos mismos. NBEW 87.3

Hablando de la fe, uno de ellos dijo: “Todo lo que tenemos que hacer es creer, y cualquier cosa que pedimos de Dios nos será dada”. NBEW 88.1

El pastor White sugirió que había condiciones para que esta promesa se cumpliera: “‘Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho’, declaró Jesús Juan 15:7. Su teoría de fe—continuó—debe tener un fundamento”. NBEW 88.2

La hermana de uno de estos hombres pidió una entrevista privada conmigo. Ella tenía mucho que decir con respecto a la completa consagración a Dios, y trató de conocer mis opiniones con respecto a este asunto. Mientras hablaba, ella me tenía la mano en la suya, y con la otra me repasaba suavemente el cabello. Oré para que los ángeles de Dios me protegieran de las influencias impías que esta atractiva mujer estaba tratando de ejercer sobre mí con su lindo discurso y sus suaves caricias. Ella tenía mucho que decir con respecto a las conquistas espirituales y a la gran fe de su hermano. Su mente parecía estar muy ocupada en pensamientos relativos a él y a su experiencia. Sentí que necesitaba ser cuidadosa en lo que yo decía, y me alegré cuando la entrevista hubo terminado. NBEW 88.3

Estas personas que hacían tan alta profesión de religiosidad estaban engañando a los incautos. Hablaban mucho con respecto a la caridad que cubría multitud de pecados. Yo no podía estar de acuerdo con sus opiniones y sentimientos, y me di cuenta de que estaban ejerciendo un terrible poder para el mal, y estaba muy contenta de alejarme de su presencia. NBEW 88.4

Tan pronto como las opiniones de estas personas eran contrariadas, ellas manifestaban un espíritu terco de justicia propia y rechazaban toda instrucción. Aunque profesaban gran humildad, se jactaban mucho de sus sofismas con respecto ala santificación, y resistían todo llamamiento a la razón. Nos dimos cuenta de que todos nuestros esfuerzos para convencerlos de su error eran inútiles, ya que asumieron la posición de que no necesitaban aprender, pues eran maestros. NBEW 89.1