Notas biográficas de Elena G. de White

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Capítulo 54—En el sur de California

“Todas nuestras instituciones médicas se hallan establecidas como instituciones adventistas del séptimo día, para representar los diversos aspectos de la obra médico-misionera y evangélica, y así preparar el camino para la venida del Señor”,1 escribió la Sra. White en 1903, cuando se estaba considerando el desarrollo de la obra médico-misionera en el sur de California. NBEW 437.1

“Si hemos de incurrir en los gastos de edificar sanatorios con el propósito de que podamos trabajar en la salvación de los enfermos y afligidos, debemos planear nuestra obra de tal manera, que los que deseen ayuda reciban la ayuda que necesitan. Hemos de hacer todo lo que está a nuestro alcance en favor del cuerpo, pero hemos de hacer del sanamiento del alma el asunto de máxima importancia. A los que vienen a nuestros sanatorios como pacientes ha de mostrárseles el camino de la salvación, para que puedan arrepentirse, y escuchar las palabras: Tus pecados te son perdonados; ve en paz y no peques más”.2 NBEW 437.2

Debido a las extraordinarias oportunidades que se presentaban para la salvación de almas, la Sra. White ofreció un testimonio decidido en favor del establecimiento de un grupo de instituciones médicas en el sur de California. “Por la luz que me ha sido dada cuando estaba en Australia, y que me ha sido renovada desde que volví a los Estados Unidos—escribió ella en 1902—, yo sé que la obra en el sur de California debe avanzar más rápidamente. La gente que afluye a ese lugar en procura de salud debe escuchar el último mensaje de misericordia... NBEW 437.3

“Desde muchos lugares del sur de California la luz debe brillar para alumbrar a las multitudes. La verdad presente ha de ser una ciudad asentada sobre un monte, que no se puede esconder. NBEW 438.1

“En el sur de California hay muchas propiedades para la venta, en las cuales ya se han levantado edificios adecuados para sanatorios. Algunas de estas propiedades deben ser compradas, y la obra médico-misionera debe ser llevada adelante según planes inteligentes y racionales. Han de establecerse varios sanatorios pequeños en el sur de California para el beneficio de las multitudes que acuden allí con la esperanza de encontrar salud. Me ha sido dada instrucción en el sentido de que ahora es nuestra oportunidad de alcanzar a los inválidos que acuden a los centros de salud del sur de California, y de que debe hacerse una obra en favor de los que asisten a ellos... NBEW 438.2

“En vez de invertir en una sola institución médica todos los recursos que se pueden lograr, debemos establecer sanatorios menores en muchos lugares. Muy pronto la reputación de los centros de salud del sur de California será mayor que al presente. Ahora es el tiempo en que debemos entrar en ese campo con el propósito de llevar adelante la obra médico-misionera”.3 NBEW 438.3

Durante los años en que se dieron consejos similares a éstos, la Sra. White visitó el sur de California en varias ocasiones, con la esperanza de animar a los hermanos a perseverar en la búsqueda de propiedades adecuadas para ser empleadas como instituciones médicas. A veces, en visiones de la noche, se le daban cuadros rápidos de sanatorios que estaban funcionando. Ella trataba de poner por escrito y pasar a los hermanos estas presentaciones. En otras oportunidades se traía delante de ella una vívida instrucción que le fuera dada en años anteriores con respecto al propósito y objetivo de la obra médico-misionera y en cuanto al modelo que debía seguirse al establecer y mantener sanatorios en diferentes partes del mundo. NBEW 439.1

Mientras que los ojos de algunos hermanos estaban dirigidos hacia las ciudades, la Sra. White llamó la atención a las ventajas de un sitio en el campo, y a los beneficios que recibirían los pacientes en lugares distantes de las influencias de la vida moderna de la ciudad. Porciones considerables de esta instrucción fueron publicadas en Testimonies for the Church, tomo 7.4 Entre las presentaciones referidas están las siguientes: NBEW 439.2

“En las horas de la noche observé el cuadro de un sanatorio en el campo. La institución no era grande, pero estaba completa. Se hallaba rodeada de árboles hermosos y de arbustos, más allá de los cuales había huertas y bosquecillos. Había, en relación con el lugar, jardines en los cuales las pacientes, cuando así lo deseaban, podían cultivar flores de toda clase; cada paciente seleccionaba un sector especial para cuidar. El ejercicio al aire libre en estos jardines era prescrito como parte del tratamiento regular. NBEW 439.3

“Pasó delante de mí una escena tras otra. En una escena un número de pacientes afligidos acababa de llegar a uno de nuestros sanatorios de campo. En otra escena vi al mismo grupo, pero, ¡oh, cuán transformada estaba su apariencia! La enfermedad se había ido, la pielera clara, y el semblante alegre; el cuerpo y la mente parecían animados de nueva vida... NBEW 440.1

“Muchos de los pacientes afligidos vendrán de las ciudades al campo, rehusándose a conformarse con los hábitos, costumbres y modas de la vida de la ciudad; ellos tratarán de volver a obtener la salud en algunos de nuestros sanatorios del campo. Así, aunque estemos lejos de la ciudad 40 ó 50 kilómetros, podremos alcanzar a la gente, y los que desean salud tendrán oportunidad de volver a obtenerla en condiciones más favorables. NBEW 440.2

“Dios obrará maravillas por nosotros si cooperamos con él con fe. Sigamos, pues, una conducta razonable como para que nuestros esfuerzos puedan ser bendecidos por el cielo y coronados de éxito”.5 NBEW 440.3

Los consejos relativos a la extensión de la obra médico-misionera no se limitaban a una sección favorecida. “Dios calificó a su pueblo para iluminar al mundo—escribió la Sra. White mientras estaba pensando especialmente con respecto a las oportunidades que los adventistas del séptimo día tenían en el sur de California—. El les ha confiado facultades mediante las cuales han de extender su obra hasta que ésta circunde el globo. En todas partes de la tierra han de establecer sanatorios, escuelas, casas editoras y facilidades parecidas para la realización de su obra... Han de establecerse misiones médicas en muchos países, para actuar como mano ayudadora de Dios en el ministerio a los afligidos. NBEW 440.4

“Cristo coopera con los que se empeñan en la obra médico-misionera. Los hombres y mujeres que hacen abnegadamente lo que pueden para establecer sanatorios y salas de tratamiento en muchos países, resultarán ricamente recompensados. Los que visitan estas instituciones se beneficiarán física, mental y espiritualmente; los cansados serán refrescados, el enfermo será restaurado a la salud, y el hombre cargado de pecado será aliviado. En países lejanos se oirán acciones de gracias y voces de melodía de parte de aquellos cuyos corazones han sido conducidos del pecado a la justicia por medio de estas agencias. Por sus cantos de agradecida alabanza se presentará un testimonio que ganará a otros a la lealtad a Cristo y al compañerismo con él”.6 NBEW 441.1

En ocasión de la dedicación del Sanatorio de Loma Linda, el 15 de abril de 1906, la Sra. White revivió algunas de las notables providencias que había coadyuvado con los esfuerzos de los hermanos para comprar las propiedades para ese sanatorio en el sur de California. También delineó ella brevemente el propósito divino que habría de lograrse por medio de estas agencias. En el curso de sus observaciones declaró: NBEW 441.2

“Solemne es la responsabilidad que descansa sobre los misioneros médicos. Han de ser misioneros en el verdadero sentido del término. Los enfermos sufrientes que son confiados al cuidado de los ayudantes en nuestras instituciones médicas, no deben sentirse chasqueados. Enséñeseles a vivir en armonía con el cielo. Al aprender a obedecer las leyes de Dios, serán ricamente bendecidos física y espiritualmente. NBEW 441.3

“La ventaja de la vida al aire libre no debe perderse nunca de vista. ¡Cuán agradecidos debemos estar de que Dios nos haya dado hermosas propiedades para sanatorios en Paradise Valley, en Glendale y en Loma Linda! ‘¡Fuera de las ciudades! ¡Fuera de las ciudades!’, éste ha sido mi mensaje por años. No podemos esperar que el enfermo se recobre rápidamente cuando está encerrado entre cuatro paredes, en alguna ciudad, sin ninguna vista hacia afuera, a excepción de casas, casas y casas, sin nada para animarlo, nada para aliviarlo. Y sin embargo, ¡cuán lentamente algunos se han de dar cuenta de que las ciudades tan atestadas no son lugares favorables para la obra de un sanatorio! NBEW 442.1

“Aún en el sur de California, no hace muchos años, había algunos que favorecían la erección de un gran edificio de sanatorio en el corazón de Los Angeles. A la luz de la instrucción que Dios ha dado, no podíamos consentir en la realización de un plan semejante. En visiones de la noche el Señor me había mostrado propiedades no ocupadas en el campo, adecuadas para el propósito de un sanatorio, que estaban a la venta a un precio muy inferior a su costo original. NBEW 442.2

“Esto ocurrió un tiempo antes que encontráramos estos lugares. Primero compramos el sanatorio de Paradise Valley, cerca de San Diego. Unos pocos meses más tarde, en la buena providencia de Dios, descubrimos la propiedad de Glendale, y ésta fue comprada y preparada para el servicio. Pero se nos instruyó en el sentido de que nuestra obra de establecer sanatorios en el sur de California no estaba completa; y en varias ocasiones diferentes recibimos testimonios de que debía realizarse obra médico-misionera en alguna parte de las vecindades de Redlands. NBEW 442.3

“En un artículo publicado en la Review, el 6 de abril. de 1905, yo escribí lo siguiente: NBEW 442.4

“‘En nuestro camino de vuelta a Redlands, cuando nuestro tren recorrió muchos kilómetros de plantaciones de naranjos, yo pensé en los esfuerzos que debían hacerse en este hermoso valle para proclamar la verdad en este tiempo. Reconocí esta sección del sur de California como uno de los lugares que me habían sido presentados con la instrucción de que allí debía haber un sanatorio plenamente equipado. NBEW 443.1

“‘¿Por qué se han dejado sin trabajar campos como Redlands y Riverside?... El Señor quiere tener a hombres y mujeres valientes y fervorosos que asuman la obra en estos lugares. La causa de Dios ha de hacer progresos más rápidos en el sur de California que lo que ha hecho en lo pasado. Cada año miles de personas visitan el sur de California para encontrar salud, y por diferentes métodos debemos tratar de alcanzarlos con la verdad. Deben escuchar la amonestación a prepararse para el gran día del Señor, que es inminente... Obreros que puedan hablar a las multitudes han de establecerse donde puedan encontrar al público, para darle el mensaje de amonestación... Sean ellos rápidos en aprovechar las oportunidades para hablar de la verdad presente a quienes no la conocen. Den ellos el mensaje con claridad y poder, para que los que tengan oídos para oír oigan’. NBEW 443.2

“Estas palabras fueron escritas antes que yo tuviera ninguna noticia acerca de la propiedad de Loma Linda. Todavía la carga de establecer otro sanatorio descansaba sobre mí. En el otoño de 1903 tuve la visión de un sanatorio en medio de campos hermosos, en alguna parte del sur de California, y ninguna de las propiedades que yo había visitado respondía a la presentación dada en esa visión. En ese tiempo, escribí acerca de la visión a nuestros hermanos y hermanas reunidos en el congreso campestre de Los Angeles, en la primera parte de septiembre de 1903. NBEW 443.3

“Mientras asistía al congreso de la Asociación General de 1905, en Washington, D. C., recibí una carta del pastor J. A. Burden, en la cual él describía una propiedad que había encontrado a unos siete kilómetros al oeste de Redlands, nueve kilómetros al oeste de San Bernardino, y a unos quince kilómetros al noroeste de Riverside. Al leer la carta, tuve la impresión de que éste era uno de los lugares que había visto en visión... NBEW 444.1

“Más tarde, cuando visité esta propiedad, la reconocí como uno de los lugares que, hacía dos años, había visto en visión. ¡Cuán agradecida estoy al Señor nuestro Dios por este lugar completamente preparado para que nosotros lo usemos para el honor y la gloria de su nombre!”7 NBEW 444.2

Ante los delegados reunidos en el congreso general de 1909, la Sra. White describió algunas de las experiencias relacionadas con el establecimiento de la obra médico-misionera, sobre una base sólida, en el sur de California, y se refirió particularmente a la mano prosperadora de Dios al proveernos facilidades para la preparación de muchos médicos misioneros evangelistas para un servicio mundial. En este sentido ella dijo: NBEW 444.3

“Una de las principales ventajas de Loma Linda es la agradable variedad de las escenas encantadoras que hay por todas partes. La extensa vista del valle y de la montaña es magnífica. Pero más importante que la magnificencia de la escena y la belleza de los edificios y terrenos espaciosos, es la estrecha proximidad de esta institución a un distrito densamente poblado, y la oportunidad que así se ofrece de comunicar a muchísima gente un conocimiento del mensaje del tercer ángel. Debemos tener claro discernimiento espiritual, o de otra manera dejaremos de discernir las providencias de Dios que abren puertas y que están preparando el camino para nosotros a fin de que iluminemos al mundo. NBEW 444.4

“Con la posesión de este lugar viene la pesada responsabilidad de hacer que la obra de la institución sea de carácter educacional. Loma Linda ha de ser no solamente un sanatorio, sino también un centro educacional. Ha de establecerse una escuela aquí para la preparación de misioneros médicos evangelistas... NBEW 445.1

“En Loma Linda tenemos un centro ventajoso para la realización de varias empresas misioneras. Podemos ver que estaba en la providencia de Dios que este sanatorio fuera puesto en posesión de nuestros hermanos. Debemos apreciar a Loma Linda como un lugar que el Señor previó que necesitaríamos y que nos dio. Hay una preciosa obra que debe hacerse en relación con el sanatorio y la escuela de Loma Linda, y esta obra será hecha, cuando todos nosotros trabajemos con ese propósito, moviéndonos en forma unida según los planes de Dios”.8 NBEW 445.2