Notas biográficas de Elena G. de White

136/288

En Maine

Nuestras actividades en Maine comenzaron con la conferencia que se realizó en Norridgewock, el primero de noviembre. La reunión era grande. Como siempre, mi esposo y yo presentamos un testimonio directo en favor de la verdad y la debida disciplina de la iglesia, y contra las diferentes formas de error, confusión, fanatismo y desorden que procedían de una falta de tal disciplina. Este testimonio fue especialmente aplicable a la condición que reinaba en Maine. Espíritus desordenados que profesaban observar el sábado estaban en rebelión y trabajaban para difundir el descontento entre los asistentes a la conferencia. NBEW 197.2

Debido a este espíritu de rebelión, nuestra obra en Maine requirió siete semanas de un trabajo de lo más angustioso, laborioso, desagradable y lleno de fatiga. Pero al salir de ese Estado, nos sentíamos consolados con el hecho de que todos habían confesado su rebelión, y de que cierto número de personas había sido inducido a buscar al Señor y abrazar la verdad. NBEW 198.1

Tal vez la mejor manera en que yo pudiera dar una idea de nuestras labores hasta el tiempo de la reunión de Vermont sería copiando una porción de una carta que escribí a nuestro hijo residente en Battle Creek, el 27 de diciembre de 1867: NBEW 198.2

“Mi querido hijo Edson: NBEW 198.3

“Después que terminó nuestra reunión en Topsham, Maine, teníamos otra cita en Westbrook, Maine, para encontrarnos con los hermanos de Portland y lugares vecinos. Nos alojamos en la casa de la bondadosa familia del Hno. Martin. Yo no pude sentarme durante toda la tarde; pero como se me instó a asistir a la reunión de la noche, fui a la escuela, sintiendo que no tenía fuerzas para estar de pie y dirigirme a la gente. NBEW 198.4

“El local estaba lleno de oidores muy interesados. El Hno. Andrews comenzó la reunión, y habló poco tiempo; tu padre continuó con algunas observaciones. Entonces me levanté, y apenas había pronunciado unas pocas palabras sentí que mis fuerzas eran renovadas; toda mi debilidad pareció abandonarme, y hablé durante una hora con perfecta libertad. Sentí una inefable gratitud por esta ayuda de Dios en el tiempo cuando más la necesitaba. NBEW 198.5

“El miércoles por la noche hablé con libertad, por dos horas. El tener mi fuerza física renovada de una manera tan inesperada, cuando había estado completamente exhausta antes de estas dos reuniones, ha sido una fuente de gran ánimo para mí. NBEW 198.6