Mensajes Selectos Tomo 3

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Capítulo 51—Ataques contra Elena G. de White y su obra

¿Debemos guardar silencio?

Cuando el hombre ataca a sus semejantes, y presenta en forma ridícula a aquellos a quienes Dios ha señalado para hacer su obra, no haremos ninguna justicia con los acusadores o con aquellos que son desviados por sus acusaciones si guardamos silencio, permitiendo así que el pueblo piense que sus hermanos y hermanas, en los cuales había tenido confianza, no son ya dignos de su amor y compañerismo. Debe hacerse frente a esta obra, que surge precisamente en nuestro medio, y que se asemeja a la obra de Coré, Datán y Abirán, pues es una ofensa para Dios. Y los acusadores1 deben ser llamados a presentar sus pruebas sobre cada punto. Todo cargo debe ser cuidadosamente investigado; no debe ser dejado en ninguna incertidumbre. No debe dejarse que la gente piense que el asunto puede ser o no ser. Los acusadores harán todo lo que está a su alcance para presentar toda señal de reproche que no pueda probarse. 3MS 398.1

No dejéis que la gente crea una mentira—Esto debe hacerse en el caso de cada iglesia. Y cuando hay un siervo de Dios, a quien el Señor ha designado para hacer una obra definida, y por medio siglo ha sido un obrero que ha trabajado en favor del pueblo de nuestra fe y aceptado por los obreros del Señor como uno a quien el Señor ha llamado; cuando por alguna razón uno de los hermanos cae bajo la tentación, y debido a los mensajes de amonestación que le fueron dados se ofende, como hicieron los discípulos de Cristo, y no anda más con Cristo; cuando él comienza a trabajar en contra de la verdad y hace público su desafecto, declarando como falsedades cosas que son verdaderas, debe hacerse frente a este proceder. No debe permitirse que la gente crea una mentira. Debe informársele de la verdad. El manto de suciedad con el cual el siervo de Dios se ha cubierto debe ser quitado. 3MS 398.2

Si los que han hecho esta obra se refugian en la declaración de que son dirigidos por el Espíritu Santo, es como cuando Satanás se viste con los mantos celestiales de pureza, mientras todavía conserva sus propios atributos.—Carta 98a, 1897. 3MS 399.1

Las llamadas discrepancias y contradicciones de los Testimonios.—Los que han escogido seguir su propio camino, han empezado a publicar las llamadas discrepancias y contradicciones que ellos afirman haber encontrado en los Testimonios, y están tergiversando algunos asuntos por usar sus propias palabras en vez de emplear las que se hallan en mis escritos. Estos cargos tienen que ser enfrentados para que la verdad ocupe el lugar de la falsedad.—Carta 162, 1906. 3MS 399.2