Mensajes Selectos Tomo 2

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9—Señales inequívocas que caracterizan a las enseñanzas erróneas

Comunicaciones adicionales dirigidas al Sr. Garmire

Desde que visité su casa en la tarde del sábado 23 de agosto, se han definido en mi mente algunas cosas que debo comunicarle. Afirmo sin ninguna vacilación que las visiones de Ana no son de Dios. Los sueños que tienen los miembros de su familia constituyen un engaño de Satanás... 2MS 91.1

Satanás vio que podría obrar sobre su fértil imaginación, para conducirlo, juntamente con otros, a sus redes. ¿Le dio Dios ese mensaje que establece una fecha? No; porque ningún mensaje semejante puede proceder de la verdadera Fuente de luz... El tiempo ha demostrado que Ud. es un falso profeta, y que las visiones de Ana constituyen manifestaciones falsas. Dios nunca obra de este modo. 2MS 91.2

Satanás tiene preparados para Ud. otros engaños poderosos. Ud. pretenderá, si es que ya no lo ha hecho, tener una obra que realizar en relación con las visiones de Ana, y que corresponde a la de ese ángel poderoso que desciende del cielo, cuya gloria ilumina la tierra. Satanás ve que su mente está lista para recibir la impresión de sus sugerencias, y lo utilizará para su perdición, a menos que Ud. rompa en el nombre del Señor los grilletes que lo aherrojan. 2MS 91.3

Durante nuestra conversación, en la que manifestó mucho ardor, Ud. repitió varias veces esta frase: “¡Oh, consecuencia, tú eres una joya!” Repito para Ud. esto mismo, con decidido énfasis. Ud. dice que las visiones de Ana colocan la formación de la imagen de la bestia después de la terminación del tiempo de gracia. Esto no es así. Ud. pretende creer en los testimonios; entonces permita que ellos aclaren este punto. El Señor me ha mostrado definidamente que la imagen de la bestia se formará antes de la terminación del tiempo de gracia; y esto debido a que constituirá una gran prueba para el pueblo de Dios, mediante la cual se decidirá su destino eterno. 2MS 92.1

Su posición constituye una mezcla tal de inconsecuencias, que tan sólo pocas personas se dejarían engañar... 2MS 92.2

Ud. ha tomado la historia del profeta desobediente, presentada en el Antiguo Testamento, y la ha aplicado a la Hna. White. Dice que es perfectamente honrada, pero que se trata de un profeta engañado. Por esa razón los testimonios del Espíritu de Dios no pueden tener efecto sobre Ud. ¿Ha presentado el Señor a Ud., a su hija, a su esposa o a sus hijos, la desobediencia de la Hna. White? Si ella ha andado contrariamente a lo que Dios manda, ¿puede Ud. indicar en qué sentido? Tengo el deber de aclarar plenamente mi posición, porque Ud. toma en sentido erróneo mi testimonio, tuerce su verdadero significado, y emplea mi nombre cuandoquiera que piensa que con ello respaldará lo que tiene que decir. ¡Pero cuando los testimonios no armonizan con sus teorías, me pasa por alto, porque soy el falso profeta! Hay muchos modos de evadir la verdad. 2MS 92.3

Parece que Ud. está mal dispuesto especialmente contra el pastor [Urías] Smith y contra algunos otros de nuestros hermanos, y Ud. ha manifestado sus sentimientos en su familia, con lo cual la ha contaminado. El Señor ha considerado conveniente aconsejar al pastor Smith, y enviarle palabras de reproche, porque ha errado; ¿pero constituye esto una evidencia de que Dios lo haya olvidado? No. “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete”. Apocalipsis 3:19. El Señor reprueba el mal que hay en su pueblo, ¿pero constituye esto una evidencia de que él lo haya rechazado? No. En la iglesia hay errores, y el Señor los señala mediante los instrumentos que él mismo ha instituido, pero no siempre por medio de los testimonios. ¿Tomaremos por eso estos reproches y los aprovecharemos para decir que Dios no está impartiendo a su pueblo su luz y su amor? No. La obra que Dios está procurando realizar por su pueblo demuestra que lo ama, y que desea alejarlo de las sendas peligrosas. 2MS 92.4

Dios ha hablado con respecto a Ud. Lo que Ud. denomina luz del cielo, él lo ha llamado tiniebla, y las visiones que se han originado de este error, él las llama engaño. ¿Creerá Ud. este testimonio? ¿Escuchará Ud. lo que el Señor ha hablado mediante la Hna. White, o bien desechará la palabra del Señor? ¿Utilizará Ud. y citará este testimonio con tanta presteza como lo ha hecho con otros testimonios de reproche dados a sus hermanos que han errado en algunas cosas? “¡Oh, consecuencia, tú eres una joya!”—Carta 11, 1890. 2MS 93.1