Mensajes Selectos Tomo 2

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Las visiones de un hijo descarriado*

Me siento compelida a declarar que no he tenido la menor fe en el Sr. [J. M.] Garmire o en su obra. El folleto que se publicó durante el otoño pasado, cuando celebramos nuestras reuniones de reavivamiento en Jackson, no tuvo la menor aprobación de nuestro pueblo. Fue distribuido con ayuda de la lista robada de suscriptores de la Review and Herald. 2MS 82.3

La hija del Sr. Garmire pretende, o él pretende por ella, tener visiones; pero éstas no llevan el sello de Dios. Son de la misma índole que muchas otras semejantes que hemos enfrentado en nuestra experiencia: un engaño de Satanás. 2MS 83.1

Declaré definidamente a estas personas fanáticas, en las reuniones espirituales celebradas en Jackson, que estaban haciendo la obra del adversario de las almas; que se hallaban en tinieblas. Pretendían poseer una gran luz según la cual el tiempo de gracia terminaría en octubre de 1884. 2MS 83.2

Entonces declaré en público que al Señor le había placido mostrarme que no habría una fecha definida para el mensaje dado por Dios desde 1844; y dije también que este mensaje, que es defendido con gran celo por cuatro o cinco personas, era una herejía. Las visiones de este pobre hijo no procedían de Dios. Esta luz no venía del cielo. Había poco tiempo, pero el fin no debía sobrevenir todavía. Había que terminar una gran obra para preparar un pueblo que fuera sellado con el sello del Dios viviente.—An Exposure of Fanaticism and Wickedness, 9, 10 [1885]. 2MS 83.3