Mensajes Selectos Tomo 2

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6—Nuestra seguridad contra los engaños

La sinceridad sola no salvará

La fe en una mentirá no ejercerá una influencia santificadora sobre la vida o el carácter. Ningún error puede ser verdad, ni puede ser convertido en verdad mediante su repetición, o teniendo fe en él. La sinceridad nunca salvará a un alma de las consecuencias de creer en un error. Sin sinceridad no puede haber verdadera religión, pero la sinceridad manifestada en relación con una religión falsa nunca salvará a una persona. Puedo actuar con perfecta sinceridad al seguir un camino equivocado, pero eso no lo convertirá en un camino correcto, ni me llevará al lugar donde quiero ir. El Señor no quiere que tengamos una credulidad ciega, y que a eso llamemos una fe que santifica. La verdad es el principio que santifica, y por lo tanto a nosotros nos corresponde saber cuál es la verdad. Debemos comparar las cosas espirituales con lo que es espiritual. Debemos probar todas las cosas y retener únicamente lo que es bueno, aquello que tiene las credenciales divinas, que pone delante de nosotros los verdaderos motivos y principios que deberían promover nuestras acciones.—Carta 12, 1890. 2MS 64.1