Mensajes Selectos Tomo 2

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5—Los milagros no son una prueba del favor de Dios

No busquéis manifestaciones milagrosas

Que nadie tenga la idea de que ciertas providencias especiales o manifestaciones milagrosas constituyen una prueba de la autenticidad de su obra o de las ideas que propone. Si mantenemos estas cosas delante de la gente, producirán un efecto perjudicial y suscitarán emociones malsanas. La obra genuina del Espíritu Santo en los corazones humanos se ha prometido para proporcionar eficiencia mediante la Palabra. Cristo declaró que la Palabra es espíritu y es vida. “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”. Habacuc 2:14. 2MS 55.1

Satanás obrará en forma sutilísima para introducir invenciones humanas revestidas con ropajes angélicos. Pero la luz de la Palabra brilla en medio de las tinieblas morales, y la Biblia nunca será reemplazada por manifestaciones milagrosas. Hay que estudiar la verdad, y hay que buscarla como un tesoro escondido. No se darán inspiraciones maravillosas aparte de la Palabra, ni aquéllas tomarán el lugar de ésta. Aferraos a la Palabra, y recibid la Palabra injertada, la cual hará a los hombres sabios para la salvación. Este es el significado de las palabras de Cristo concernientes a comer su carne y beber su sangre. Y él dice: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3. 2MS 55.2

Encontraremos falsas pretensiones; surgirán falsos profetas; habrá sueños y visiones falsos; pero predicad la Palabra y no os dejéis alejar de la voz de Dios manifestada mediante su Palabra. No permitáis que nada distraiga los pensamientos. Se representará y se presentará lo maravilloso y lo admirable. Mediante engaños satánicos y milagros maravillosos se procurará forzar la aceptación de las pretensiones de los instrumentos humanos. Cuidado con todo esto. 2MS 56.1

Cristo ha dado la advertencia para que nadie tenga que aceptar la falsedad como si fuera verdad. El único conducto mediante el que opera el Espíritu es el de la verdad... Nuestra fe y esperanza están fundadas, no en sentimientos, sino en Dios.—Carta 12, 1894. 2MS 56.2