Mensajes Selectos Tomo 2

181/227

Respuesta a una pregunta

Estimado amigo,

En respuesta a preguntas formuladas acerca de la conveniencia de los casamientos mixtos entre los jóvenes cristianos pertenecientes a las razas blanca y negra, quiero decir que este asunto me fue presentado en mi experiencia pasada, y según la instrucción que el Señor me dio, no debería darse este paso, porque con toda seguridad producirá controversias y confusión. Siempre he dado este mismo consejo. Entre nuestro pueblo no debería estimularse esta clase de casamientos. Que el hermano de color se case con una hermana de color que sea digna, que ame a Dios y guarde sus mandamientos. Que la hermana blanca que piensa unirse en matrimonio con el hermano de color, rehúse dar ese paso, porque la dirección del Señor no se manifiesta en ese sentido. 2MS 395.1

El tiempo es demasiado precioso para malgastarlo en las disputas que surgirían a raíz de esto. Que las cosas de esta índole no distraigan a los ministros de su trabajo. El llevar a cabo tal cosa creará confusión y estorbo. No contribuirá al progreso de la obra ni a la gloria de Dios.—Carta 36, 1912. 2MS 395.2

El Señor contempla compasivamente a las criaturas que ha creado, sin fijarse a qué raza pertenecen. Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra”... Nuestro Salvador dijo a sus discípulos: “Todos vosotros sois hermanos”. Dios es nuestro Padre común y cada uno de nosotros es un guarda de su hermano.—The Review and Herald, 21 de enero de 1896. 2MS 395.3