Mensajes Selectos Tomo 2

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No hay excusa para aflojar la disciplina personal

He oído decir a los que han estado en la fe durante años, que solían ser capaces de soportar las pruebas y las dificultades, pero que desde que comenzaron a experimentar las enfermedades propias de la edad avanzada, han sentido mucha angustia cuando las pruebas los han asediado. ¿Qué significa esto? ¿Quiere decir que Jesús ha dejado de ser su Salvador? ¿Significa que el que ha llegado a una edad avanzada y tiene el cabello blanco, disfruta por eso del privilegio de poner de manifiesto pasiones profanas? Pensad en esto. Deberíais ejercer vuestro razonamiento en relación con esto, tal como lo hacéis con referencia a las cosas temporales. Deberíais negar satisfacción a vuestras tendencias personales, y en cambio deberíais convertir vuestro servicio a Dios en el asunto más importante de vuestra vida. No deberíais permitir que ninguna cosa perturbe vuestra paz. No hay necesidad de que ocurra tal cosa; debe haber un progreso constante en la vida santificada. 2MS 254.1

Cristo es la escalera que Jacob vio, cuya base descansa sobre la tierra y cuyo último peldaño llega hasta el cielo más elevado; y vosotros deberíais ascender por esta escalera, peldaño tras peldaño, hasta alcanzar el reino eterno. No hay excusa para asemejarse más a Satanás, más a la naturaleza humana. Dios ha puesto delante de nosotros la cumbre del privilegio cristiano, y debemos “ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:16-19.—The Review and Herald, 1 de octubre de 1889. 2MS 254.2