Reina Valera 1989
Salmos 31
1 (Al músico principal. Salmo de David) En ti, oh Jehovah, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás. Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído; líbrame pronto. Sé tú mi roca fuerte, mi fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi fortaleza, por amor de tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 Sácame de la red que han escondido para mí, porque tú eres mi fortaleza.
5 En tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Jehovah, Dios de verdad.
6 Aborrezco a los que esperan en los ídolos vanos, pero yo en Jehovah he confiado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has visto mi aflicción. Has conocido mi alma en las angustias
8 y no me entregaste en mano del enemigo. Hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso.
9 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque estoy en angustia. Mis ojos, mi alma y mis entrañas se han debilitado por el pesar.
10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar. Mi fuerza me falla a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han debilitado.
11 Para todos mis enemigos he sido objeto de oprobio. He sido objeto de horror para mis vecinos, y de miedo para mis conocidos. Los que me veían huían de mí.
12 He sido olvidado en sus corazones como un muerto; he venido a ser como un objeto inútil.
13 Porque he oído la calumnia de muchos; el terror está por todas partes, mientras traman unidos contra mí, y planean quitarme la vida.
14 Pero yo he confiado en ti, oh Jehovah. He dicho: “Tú eres mi Dios;
15 en tus manos están mis tiempos.” Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia.
17 Oh Jehovah, no sea yo avergonzado, ya que te he invocado. Sean avergonzados los impíos; desciendan en silencio al Seol.
18 Enmudezcan los labios mentirosos que hablan insolencias contra el justo, con soberbia y desprecio.
19 ¡Cuán grande es la bondad que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian contra los hijos del hombre.
20 En el refugio de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre. En un tabernáculo los guardarás de las contiendas de la lengua.
21 ¡Bendito sea Jehovah! Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
22 En mi apresuramiento yo dije: “¡Cortado soy de tu presencia!” Pero cuando clamé a ti, oíste la voz de mis ruegos.
23 Amad a Jehovah, todos vosotros sus santos. A los fieles guarda Jehovah, pero retribuye en abundancia al que actúa con soberbia.
24 Esforzaos, todos vosotros los que esperáis en Jehovah, y tome aliento vuestro corazón.