La Historia de la Redención

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Judas traiciona a Jesús

Entonces apareció Judas con su grupo de hombres armados. Se acercó como de costumbre al Maestro para saludarlo. El grupo rodeó a Jesús; pero entonces él manifestó su poder divino cuando dijo: “¿A quién buscáis?” “Yo soy”. Cayeron de espaldas en el suelo. Jesús formuló la pregunta para que pudieran ser testigos de su poder y tuvieran evidencia de que podría librarse de sus manos si lo quería. HR 218.2

Los discípulos comenzaron a albergar esperanzas cuando vieron que esa multitud armada de palos y espadas caía en tierra tan rápidamente. Cuando se levantaron y rodearon de nuevo al Hijo de Dios, Pedro desenvainó su espada e hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó una oreja. Jesús le ordenó que envainara su espada diciéndole: “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” Mateo 26:53. Vi que cuando pronunció estas palabras el rostro de los ángeles se animó de esperanza. Querían, en ese momento y allí mismo, rodear a su Comandante y dispersar a la airada multitud. Pero nuevamente el pesar se apoderó de ellos cuando Jesús añadió: “¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?” Mateo 26:54. Los corazones de sus discípulos también se hundieron en la desesperación y la amarga frustración cuando vieron que Jesús permitía que sus enemigos se lo llevaran. HR 218.3

Los discípulos temieron por su propia vida y todos lo abandonaron y huyeron. Jesús quedó solo en manos de una turba asesina. ¡Oh, qué triunfo fue ése para Satanás! ¡Y qué tristeza y qué pesar para los ángeles de Dios! Muchas legiones de santos ángeles, frente a cada una de las cuales había un ángel comandante de elevada estatura, fueron enviadas para ser testigos de la escena. Se los envió para que registraran todo insulto lanzado contra el Hijo de Dios y toda crueldad practicada con él, y para anotar todo espasmo de angustia que Jesús sufriera; porque los mismos hombres que se unieron en esa terrible escena lo verán todo de nuevo impreso en vívidos caracteres. HR 219.1