Testimonios Selectos Tomo 4

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Hay quienes dudan de los testimonios

“Es el plan de Satanás debilitar la fe del pueblo de Dios en los Testimonios.” “Satanás sabe cómo hacer sus ataques. Obra sobre las mentes para excitar los celos y la desconformidad para con aquellos que están a la cabeza de la obra. Luego se ponen en duda los dones; y por supuesto, más tarde tienen poco peso, y las instrucciones dadas por medio de las visiones son despreciadas.” Luego sigue el escepticismo en cuanto a los puntos vitales de nuestra fe, los puntales de nuestra posición, y a continuación la duda en cuanto a las Santas Escrituras, y la marcha descendente hacia la perdición. Cuando se ponen en duda los testimonios en los cuales se creía una vez y se renuncia a ellos, Satanás sabe que los seducidos no se detendrán con esto, y él redobla sus esfuerzos hasta lanzarlos en abierta rebelión, que se vuelve incurable, y acaba en la destrucción.” 27 “Cediendo a las dudas y la incredulidad acerca de la obra de Dios, y albergando sentimientos de desconfianza y celos crueles, se están preparando para la seducción completa. Se levantan con amargos sentimientos contra aquellos que se atreven a hablar de sus errores y reprender sus pecados.” 28 4TS 231.1

Un testimonio para ciertos jóvenes, publicado por primera vez en 1880, habla de este punto como sigue: “Un escepticismo prevaleciente continúa creciendo con referencia a los testimonios del Espíritu de Dios; y estos jóvenes estimulan las dudas y cavilaciones en vez de suprimirlas, e ignoran el espíritu, el poder y la fuerza de los testimonios.” 29 4TS 231.2

Me fué mostrado que muchos tienen tan poca espiritualidad que no comprenden el valor de los Testimonios o su verdadero objeto. Hablan con ligereza de los Testimonios dados por Dios para beneficio de su pueblo, y los juzgan dando su opinión y criticando esto y aquello, cuando sería mejor haber puesto la mano sobre los labios, y haberse postrado en el polvo; porque no aprecian el espíritu de los Testimonios, porque conocen tan poco del Espíritu de Dios.” 30 4TS 232.1