Testimonios Selectos Tomo 3

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Los reavivamientos sensacionales

Ha habido demasiado interés dividido en X... Cuando se manifiesta una nueva excitación, hay algunos que echan su influencia del lado erróneo. Cada hombre y mujer debe estar en guardia cuando existen engaños calculados para apartar a la gente de la verdad. Hay algunos que están siempre listos para ver y oír alguna cosa nueva y extraña; y el enemigo de las almas tiene en estas ciudades grandes muchos medios de inflamar la curiosidad y mantener la mente distraída de las grandes y santificadoras verdades para estos últimos días. 3TS 238.2

Si cada fluctuante excitación religiosa induce a algunos a descuidar el deber de sostener plenamente, por su presencia e influencia, la minoría que cree la impopular verdad, habrá mucha debilidad en la iglesia donde debiera haber fuerza. Satanás emplea diversos medios por los cuales espera lograr sus propósitos; y si, bajo el dizfraz de la religión popular, puede descarriar de la senda de la verdad a los vacilantes e incautos, ha logrado mucho en cuanto a dividir la fuerza del pueblo de Dios. Este entusiasmo fluctuante de los reavivamientos, que viene y se va como la marea, tiene un exterior engañoso que induce a muchas personas honradas a creer que se trata del verdadero Espíritu del Señor. Multiplica los conversos. Los que son de temperamento excitable, los débiles y flojos, acuden a su estandarte, pero cuando la ola retrocede, quedan varados en la playa. No seais engañados por los falsos maestros ni seducidos por vanas palabras. El enemigo de las almas tendrá seguramente bastantes platos de fábulas placenteras para halagar el apetito de todos. 3TS 238.3

Siempre se levantarán fulgurantes meteoros; pero la estela de luz que dejan se apaga inmediatamente en las tinieblas, que parecen más densas que nunca antes. Estas excitaciones religiosas sensacionales, creadas por el relato de anécdotas y la manifestación de excentricidades y rarezas, son obra superficial; y los de nuestra fe que son encantados e infatuados por estos destellos de luz, no fortalecerán nunca la causa de Dios. Están listos para retirar su influencia a la menor ocasión y para inducir a otros a asistir a aquellas reuniones donde oyen aquello que debilita el alma y trae confusión a la mente. Es este retraimiento del interés de la obra lo que hace languidecer la causa de Dios. Debemos ser firmes en la fe; no debemos ser movedizos. Tenemos nuestra obra delante de nosotros, la cual consiste en hacer brillar la luz de la verdad, tal cual es revelada en la ley de Dios, sobre otras mentes y conducirlas fuera de las tinieblas. Esta obra requiere, para tener éxito, energía resuelta y perseverante, y un propósito fijo. 3TS 239.1

Hay en la iglesia algunos que necesitan aferrarse a las columnas de nuestra fe, asentarse y hallar roca firme para su base, en vez de irse a la deriva sobre la superficie de la excitación y moverse por los impulsos. Hay en la iglesia dispépticos espirituales. Se han hecho a sí mismos inválidos, y su debilidad espiritual es el resultado de su propio curso vacilante. Son agitados de aquí para allá por los variables vientos de doctrina, y con frecuencia quedan confundidos y arrojados en la incertidumbre porque se dejan llevar enteramente por su sentimiento. Son cristianos sensacionales, que siempre tienen hambre de algo nuevo y diverso. Las doctrinas extrañas confunden su fe, y ellos son inútiles para la causa de la verdad. 3TS 239.2

Dios llama a hombres y mujeres de estabilidad, de propósito firme, en quienes se pueda fiar en momentos de peligro y de prueba, que estén tan firmemente arraigados y fundados en la verdad como las rocas eternas, que no puedan ser agitados a diestra o siniestra, sino que avancen constantemente y estén siempre del buen lado. Hay quienes, en tiempo de peligro religioso, pueden buscarse casi siempre en las filas del enemigo; si ejercen influencia alguna es del lado malo. No se sienten bajo la obligación moral de dar toda su fuerza a la verdad que profesan. Los tales serán recompensados según sus obras. 3TS 239.3

Los que hacen poco para el Salvador en la salvación de las almas, y en cuanto a conservarse en integridad delante de Dios, obtendrán tan sólo poca fibra espiritual. Necesitamos emplear continuamente la fuerza que tenemos para que se desarrolle y aumente. Como la enfermedad es el resultado de la violación de las leyes naturales, la decadencia espiritual es el resultado de una continua transgresión de la ley de Dios. Sin embargo, los mismos transgresores pueden profesar que guardan todos los mandamientos de Dios. 3TS 240.1

Debemos acercarnos más a Dios, ponernos en más íntima relación con el cielo, y llevar a cabo los principios de la ley en las acciones más diminutas de nuestra vida diaria a fin de ser espiritualmente sanos. Dios ha dado a sus siervos capacidad, talentos que han de ser empleados para su gloria, no para que los dejen ociosos o los malgasten. Les ha dado la luz y el conocimiento de su voluntad, para que los comuniquen a otros; y al impartirlos a otros, venimos a ser conductos de luz. Si no ejercitamos nuestra fuerza espiritual, nos debilitamos, como los miembros del cuerpo se vuelven impotentes cuando el inválido está obligado a permanecer mucho tiempo inactivo. Es el uso lo que da poder. 3TS 240.2

Nada dará mayor fuerza espiritual y mayor aumento de fervor y profundidad de sentimientos, que el visitar y ministrar a los enfermos y abatidos, ayudándoles a ver la luz y a aferrarse de Jesús por la fe. Hay deberes desagradables que alguien debe hacer, o habrá almas que perecerán. Los cristianos hallarán bendición en hacer estos deberes por desagradables que sean. Cristo asumió la desagradable tarea de bajar de la mansión de pureza y gloria insuperable, para venir a morar como hombre entre los hombres, en un mundo mancillado y ennegrecido por el crimen, la violencia y la iniquidad. Lo hizo para salvar almas; y ¿podrán disculpar sus vidas de comodidad egoísta los que fueron objeto de un amor tan asombroso y una condescendencia sin parangón? ¿Preferirán seguir sus propios placeres e inclinaciones, y dejarán a las almas perecer en las tinieblas porque encuentran chascos y reproches si trabajan para salvarlas? Cristo pagó un precio infinito por la redención del hombre, y ¿dirá éste: “Señor mío, no quiero trabajar en tu viña; ruégote que me des por excusado”? 3TS 240.3

El Señor invita a aquellos que viven cómodamente en Sión a que se levanten y trabajen. ¿No escucharán la voz del Maestro? El quiere obreros de oración y fieles, que siembren junto a todas las aguas. Los que trabajen así se sorprenderán al ver cómo las pruebas, resueltamente soportadas, en el nombre y la fuerza de Jesús, darán firmeza a la fe y renovarán el valor. En la senda de la humilde obediencia hay seguridad y poder, consuelo y esperanza; pero los que no hagan nada para Jesús perderán finalmente su recompensa. Sus manos débiles no podrán aferrarse del Poderoso, sus rodillas flojas no podrán soportarlos en el día de la adversidad. Los que den estudios bíblicos y trabajen para Cristo recibirán el premio glorioso, y oirán el “Bien, buen siervo y fiel; entra en el gozo de tu Señor.” 3TS 241.1