Testimonios Selectos Tomo 1

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Mi educación

Mi salud parecía quebrantada sin remedio. Durante dos años, no pude respirar por la nariz, y raras veces estuve en disposición de asistir a la escuela. Me era imposible estudiar ni acordarme de las lecciones. La misma muchacha que había sido causa de mi desgracia, fué designada por la maestra para instructora de la sección en que yo estaba, y entre sus obligaciones tenía la de enseñarme a escribir y darme clase de otras asignaturas. Siempre parecía sinceramente contristada por el grave daño que me hiciera, aunque yo tenía mucho cuidado en no recordárselo. Se mostraba muy cariñosa y paciente conmigo, y daba indicios de estar triste y pensativa al ver las dificultades con que yo tropezaba para adquirir educación. 1TS 14.4

Tenía yo un abatimiento del sistema nervioso, y me temblaban tanto las manos, que poco adelantaba en escritura y no alcanzaba más que a hacer sencillas copias con desgarbados caracteres. Cuando me esforzaba en aprender las lecciones, parecía como si bailotearan las letras del texto, se me bañaba la frente con gruesas gotas de sudor, y me daban vértigos y desmayos. Tenía accesos de tos sospechosa, y todo mi organismo estaba debilitado. 1TS 15.1

Mis maestras me aconsejaron que dejase de asistir a la escuela y no prosiguiese los estudios hasta mejorar de salud. La más terrible lucha de mi niñez fué el verme obligada a ceder a mi flaqueza corporal, y decidir que era preciso dejar el estudio y renunciar a toda esperanza de educación. 1TS 15.2