Servicio Cristiano

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Debe haber acción

Vi que los hijos de Dios aguardaban a que sucediese algún cambio, y se apoderase de ellos algún poder compelente. Pero sufrirán una desilusión, porque están equivocados. Deben actuar; deben echar mano del trabajo y clamar fervorosamente a Dios para obtener un conocimiento verdadero de sí mismos. Las escenas que se están desarrollando delante de nosotros son de suficiente magnitud como para hacernos despertar y grabar la verdad en el corazón de todos los que quieran escuchar. La mies de la tierra está casi madura.—Joyas de los Testimonios 1:89. SC 105.1

Todo el universo pide a los que conocen la verdad que se consagren sin reservas a proclamar la verdad tal cual les ha sido manifestada en el mensaje del tercer ángel. Lo que oímos y vemos nos llama a cumplir nuestro deber. La actividad de los agentes de Satanás invita a cada cristiano a ocupar su puesto.—Joyas de los Testimonios 3:294. SC 105.2

El mensaje de la pronta venida de Cristo ha de ser dado a todas las naciones de la tierra. Se requiere un esfuerzo vigilante e incansable para vencer las fuerzas del enemigo. Nuestra parte no consiste en quedarnos sentados llorando y retorciéndonos las manos, sino en levantarnos y trabajar para este tiempo y la eternidad.—The Southern Watchman, 29 de mayo de 1902. SC 105.3

Nadie piense que se halla en libertad para cruzarse de brazos y no hacer nada. El que alguien pueda salvarse en la indolencia e inactividad es completamente imposible. Pensad en lo que hizo Jesús durante su ministerio terrenal. ¡Cuán fervorosos, cuán incansables eran sus esfuerzos! No permitió que nada lo desviara de la obra que le fué encomendada. ¿Estamos siguiendo sus pasos?—El Colportor Evangélico, 85. SC 105.4

Los agentes divinos y humanos están combinados en la obra de salvar almas. Dios ha hecho su parte, y se necesita ahora actividad cristiana. Dios pide que se despliegue tal actividad. El espera que su pueblo desempeñe una parte en la presentación de la luz de la verdad a todas las naciones. ¿Quién entrará en sociedad con el Señor Jesucristo?—The Review and Herald, 1 de marzo de 1887. SC 106.1

La iglesia debe ser una iglesia activa si quiere ser una iglesia viva. No debe contentarse meramente con mantener sus posiciones contra las fuerzas opositoras del pecado y el error, ni debe estar contenta de avanzar a paso lento, sino que debe llevar el yugo de Cristo, y mantenerse al paso de su líder, ganando nuevos reclutas a lo largo del camino.—The Review and Herald, 4 de agosto de 1891. SC 106.2

Tenemos sólo un breve tiempo para apresurar la guerra; entonces vendrá Cristo, y esta escena de rebelión terminará. Entonces ya habremos realizado nuestros últimos esfuerzos para trabajar junto con Cristo en el avance de su reino. Algunos que han estado en el frente de batalla, resistiendo celosamente las arremetidas del mal, caen en el puesto del deber; otros miran con pesar los héroes caídos, pero no tienen tiempo de cesar en la obra. Deben estrechar las filas, tomar la bandera de las manos paralizadas por la muerte, y con renovada energía vindicar la verdad y el honor de Cristo. Como nunca antes, debe ofrecerse resistencia contra el pecado, contra los poderes de las tinieblas. El tiempo demanda actividad enérgica y decidida de parte de los que creen en la verdad presente. Ellos deben enseñar la verdad tanto por precepto como por ejemplo.—The Review and Herald, 25 de octubre de 1881. SC 106.3

El Señor llama a los adventistas del séptimo día, en todo lugar para que se consagren enteramente a él, haciendo todo lo que esté a su alcance para su obra, según las circunstancias en que se encuentren.—Joyas de los Testimonios 3:350, 351. SC 107.1

La ociosidad y la religión no pueden andar juntas; y la causa de nuestra gran deficiencia en la vida y en la experiencia cristiana es la inactividad en la obra de Dios. Los músculos de nuestro cuerpo se debilitarán si no se mantienen en ejercicio, y así ocurre con la naturaleza espiritual. Si queréis ser fuertes, debéis ejercitar vuestras facultades.—The Review and Herald, 13 de marzo de 1888. SC 107.2

Hemos de ser obreros diligentes; un hombre ocioso es una criatura miserable. ¿Pero qué excusa puede ofrecerse por la holgazanería en la gran obra que Cristo dió su vida para realizar? Las facultades espirituales dejan de existir si no se las ejercita, y es el designio satánico que ellas perezcan. Todo el cielo se halla activamente empeñado en la obra de preparar a un pueblo para la segunda venida de Cristo a nuestro mundo, y “coadjutores somos de Dios”. El fin de todas las cosas es inminente. Ahora es la oportunidad de trabajar.—The Review and Herald, 24 de enero de 1893. SC 107.3

Se necesitan misioneros de corazón. Los esfuerzos espasmódicos harán poco bien. Debemos llamar la atención [de la gente]. Debemos ser sumamente diligentes.—Testimonies for the Church 9:425. SC 107.4

Hay entre nosotros quienes, si tomasen tiempo para considerarlo, mirarían su posición indolente como un descuido pecaminoso de los talentos que Dios les ha dado.—Joyas de los Testimonios 3:59. SC 107.5

¿Cuál es nuestra posición en el mundo? Estamos en el tiempo de espera. Pero, este período no ha de usarse en una devoción abstracta. El esperar, velar, y ejercer una vigilancia activa han de combinarse. Nuestra vida no debe consistir toda en agitación, acción de fomento y planeo de las cosas del mundo, con descuido de la piedad personal y el servicio que Dios exige. Al par que no debemos ser perezosos en los negocios, hemos de ser fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. La lámpara del alma debe ser acondicionada y debemos tener el aceite de la gracia en los recipientes de nuestras lámparas. Debe usarse de toda precaución para prevenir la decadencia espiritual, no sea que el día del Señor nos sobrecoja como ladrón.—Testimonies for the Church 5:276. SC 107.6

Vivimos en una era en que no ha de haber ociosidad espiritual. Toda alma ha de ser cargada con la corriente de vida celestial.—Testimonies for the Church 8:169. SC 108.1

Llenad esta vida con todas las obras buenas que os sea posible hacer.—Joyas de los Testimonios 2:190. SC 108.2

Jesús quiere que todos los que profesan su nombre lleguen a ser obreros fervientes. Es necesario que todo miembro individual edifique sobre la roca que es Cristo Jesús. Se está levantando una tormenta que sacudirá y probará el fundamento espiritual de cada uno hasta el máximo. Por lo tanto evitad las capas de arena. Cavad hasta la roca. Cavad profundamente; poned un fundamento seguro. Edificad, ¡oh, edificad para la eternidad! Edificad con ágrimas, con oraciones fervorosas. Que cada uno de vosotros, de ahora en más, haga su vida hermosa por las buenas obras. Los Calebs son los hombres que más se necesitan en estos últimos días.—Testimonies for the Church 5:129, 130. SC 108.3