Servicio Cristiano

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Cada uno en el lugar adecuado

A cada uno que se añada a las filas por la conversión ha de asignársele su puesto de deber. Cada miembro debe estar dispuesto a ser o a efectuar algo en esta guerra.—Testimonies for the Church 7:30. SC 94.3

Lo que Dios requiere no son numerosas instituciones, grandes edificios, ni mucha ostentación, sino la acción armoniosa de un pueblo peculiar, un pueblo escogido por él y precioso. Cada uno debe ocupar su lugar, pensando, hablando y actuando en armonía con el Espíritu de Dios. Entonces, pero no antes, será la obra un conjunto completo y simétrico.—Joyas de los Testimonios 2:531. SC 94.4

La fuerza de un ejército se mide mayormente por la eficiencia de los hombres que componen sus filas. Un general inteligente ordena a sus oficiales que preparen a cada soldado para un servicio activo. Trata de desarrollar el más alto grado de eficiencia de parte de todos. Si tuviese que depender únicamente de sus oficiales, nunca podría pensar en realizar una campaña de éxito. El cuenta con el servicio leal e incansable de todos los hombres de su ejército. La responsabilidad descansa mayormente sobre los hombres que forman en las filas.—Testimonies for the Church 9:116. SC 94.5

El Maestro pide obreros evangélicos. ¿Quién quiere responder? No todos los que entran en el ejército han de ser generales, capitanes, sargentos, ni siquiera cabos. No puede recaer sobre todos el cuidado y la responsabilidad de los directores. Hay dura labor de otras clases que hacer. Unos deben cavar trincheras y construir fortificaciones: algunos han de estarse de plantón como centinelas, otros han de llevar mensajes. Aunque son necesarios tan sólo pocos oficiales, se requieren muchos soldados para formar las filas del ejército; y sin embargo el éxito depende de la fidelidad de cada soldado. La cobardía o la traición de un solo hombre puede atraer el desastre sobre todo el ejército.—Obreros Evangélicos, 88. SC 95.1