Servicio Cristiano

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Simpatía y sociabilidad

En cada departamento de la causa de Dios hay necesidad de hombres y mujeres que sientan simpatía por los pesares de la humanidad; pero una simpatía tal es rara.—The Review and Herald, 6 de mayo de 1890. SC 288.1

Necesitamos manifestar más simpatía de la clase que sintió Cristo; no meramente simpatía por aquellos que nos parecen sin falta, sino para con las pobres almas que sufren y luchan, que son a menudo sorprendidas en falta, pecan y se arrepienten, son tentadas y se desalientan. Debemos ir a nuestros semejantes, conmovidos, como nuestro misericordioso Sumo sacerdote, por el sentimiento de sus flaquezas.—Obreros Evangélicos, 148. SC 288.2

Como pueblo, perdemos mucho por falta de simpatía y sociabilidad unos con otros. El que habla de independencia y se encierra en sí mismo no está ocupando el puesto que Dios le destinó. Somos hijos de Dios y dependemos mutuamente unos de otros para nuestra felicidad. Sobre nosotros pesan los derechos de Dios y de la humanidad. Debemos desempeñar todos nuestra parte en esta vida. El debido cultivo de los elementos sociales de nuestra naturaleza es lo que nos hace simpatizar con nuestros hermanos y nos proporciona felicidad en nuestros esfuerzos por beneficiar a otros.—Joyas de los Testimonios 1:459. SC 288.3

El Salvador era huésped en la fiesta de un fariseo. El aceptaba las invitaciones tanto de los ricos como de los pobres, y, según su costumbre, vinculaba la escena que tenía delante con lecciones de verdad.—Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 201. SC 288.4