Servicio Cristiano

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Una oportunidad enviada por el cielo

En nuestro propio país hay millares de personas de todas las naciones y lenguas y gentes que son ignorantes y supersticiosas, que no tienen ningún conocimiento de la Biblia o de sus sagradas enseñanzas. La mano de Dios ha actuado en su venida a Norteamérica, para que fuesen colocados bajo la influencia iluminadora de la verdad revelada en su Palabra, y llegaran a ser participantes de su fe salvadora.—The Review and Herald, 1 de marzo de 1887. SC 248.1

Dios en su providencia ha traído a los hombres a nuestras mismas puertas, y los echa, por así decirlo, en nuestros brazos, para que aprendan la verdad y se califiquen para realizar una obra que nosotros no podríamos hacer en llevar la luz a los hombres de otros idiomas.—The Review and Herald, 25 de julio de 1918. SC 248.2

Muchos de estos extranjeros están aquí por la providencia de Dios, y deben tener la oportunidad de oír la verdad para este tiempo, y recibir una preparación que los capacite para regresar a sus propios países como portadores de la preciosa luz que brilla directamente desde el trono de Dios.—Pacific Union Recorder, 21 de abril de 1910. SC 248.3

Grandes beneficios recibirá la obra de Dios en las regiones lejanas, si se realiza un esfuerzo fervoroso en favor de los extranjeros que se hallan en las ciudades de nuestra patria. Entre estos hombres y mujeres hay algunos que, después de aceptar la verdad, podrían pronto ser preparados para trabajar por su propio pueblo en su país y en otros países. Muchos podrían volver a los lugares de los cuales han venido, con la esperanza de ganar a sus amigos a la verdad. Podrían buscar a sus parientes y vecinos, y comunicarles el conocimiento del mensaje del tercer ángel.—The Review and Herald, 25 de julio de 1918. SC 248.4