Nuestra Elevada Vocacion

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El lugar de las obras buenas, 26 de abril

Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviéramos en ellas. Efesios 2:10. NEV 124.1

Que nadie tenga el concepto limitado y estrecho de que alguna de las obras del hombre puede ayudarle en lo más mínimo a liquidar la deuda de su transgresión. Este es un engaño fatal. Si queréis comprenderlo, debéis con humildes corazones examinar la expiación. Este asunto es tan poco comprendido, que miles y miles de personas que pretenden ser hijos de Dios son hijos del diablo, debido a que dependen de sus propias obras. Dios siempre pide buenas obras, la ley las exige, pero debido a que el hombre se colocó en pecado donde sus buenas obras no valen nada, puede servir únicamente la justicia de Jesús.—Manuscrito 50, 1900, pp. 4. NEV 124.2

Pero, ¿es que las buenas obras no tienen un valor real? El pecador que cada día peca con impunidad, ¿es considerado por Dios con el mismo favor que aquel que, mediante la fe en Cristo, procura obrar en su integridad? Las Escrituras responden: “Somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas”. En su disposición divina, mediante su favor inmerecido, el Señor ha ordenado que las buenas obras sean recompensadas. Somos aceptados únicamente a través del mérito de Cristo; y los actos de misericordia, las obras de caridad que realizamos, son el fruto de la fe, y se convierten en una bendición para nosotros, porque los hombres deben ser recompensados según sus obras. Es la fragancia del mérito de Cristo la que hace que nuestras buenas obras sean aceptas ante Dios y es la gracia la que nos capacita para hacer la obra que él recompensará. Nuestras obras carecen de todo mérito por sí mismas. ... No merecemos gracias de parte de Dios. Hemos hecho únicamente lo que era nuestro deber hacer, y nuestras obras no podrían haber sido realizadas con las fuerzas de nuestras propias naturalezas pecaminosas.—The Review and Herald, 29 de enero de 1895, pp. 65. NEV 124.3

Cristo puede salvar hasta lo sumo. ... Todo lo que el hombre puede hacer en favor de su salvación es aceptar la invitación: “El que quiere, tome del agua de la vida de balde”. Apocalipsis 22:17. El hombre no puede cometer ningún pecado por el cual no se haya hecho el pago en el Calvario.—Manuscrito 50, 1900, pp. 4. NEV 124.4