Nuestra Elevada Vocacion

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Una fe que obra y purifica, 25 de abril

Que se dió a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Tito 2:14. NEV 123.1

Cuando miráis al Calvario no lo hacéis para aquietar vuestra alma por la no realización del deber, pero tampoco lo hacéis para prepararos a dormir, sino para crear fe en Jesús, fe que obrará, purificando el alma de la escoria del egoísmo. Cuando nos aferramos a Cristo por fe, nuestra obra solamente ha comenzado. Todo hombre tiene hábitos corrompidos y pecaminosos que debe vencer mediante una lucha vigorosa. A toda alma se le requiere pelear la batalla de la fe. Si se es seguidor de Cristo no se puede ser punzante en el trato, no se puede ser duro de corazón y falto de simpatía. No se puede ser de palabra áspera. No se puede estar lleno de pomposidad y autoestima. No se puede ser dominador, tampoco se pueden usar palabras duras ni ser censurador y condenador. NEV 123.2

La obra de amor emana de la obra de fe. La religión de la Biblia significa un trabajo constante. ... Debemos ser celosos de buenas obras; ser cuidadosos para mantener las buenas obras. Y el Testigo verdadero dice: “Conozco tus obras”. NEV 123.3

Al paso que es verdad que nuestras múltiples actividades en sí mismas no asegurarán la salvación, también es seguro que la fe que nos une a Cristo impulsará el alma hacia la actividad.—Manuscrito 16, 1890. NEV 123.4

El verdadero cristiano abunda en buenas obras; da mucho fruto. Alimenta al hambriento, viste al desnudo, visita al enfermo, y ministra las necesidades del afligido. Los cristianos manifiestan un profundo interés en las almas que los rodean, quienes, a causa de las sutiles tentaciones del enemigo, están listos para perecer. Padres y madres, si habéis guardado a vuestros propios hijos de las trampas del enemigo, contemplad a vuestro alrededor para salvar a las almas de los hijos que no han tenido este cuidado. ... Hay jóvenes a nuestro alrededor hacia quienes los miembros de la iglesia deben cumplir un deber; porque Cristo murió por ellos. ... Son preciosos a la vista de Dios, y él anhela su felicidad eterna. ... Cristo pide una colaboración voluntaria de parte de sus agentes, en la ejecución de un trabajo ferviente y consecuente por la salvación de las almas.—The Review and Herald, 29 de enero de 1895, pp. 66. NEV 123.5

Una religión que brilla por sus buenas obras, emite una luz clara y segura.—Carta 38, 1890, pp. 5. NEV 123.6