Nuestra Elevada Vocacion

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Resistiendo con éxito, 30 de marzo

Someteos pues a Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá. Santiago 4:7. NEV 97.1

Hay quienes se exponen temerariamente al peligro y a las tentaciones, y se requeriría un milagro de Dios para sacarlos sin daño y sin contaminación. Esos son actos presuntuosos que no agradan a Dios. La tentación que Satanás presentó al Salvador del mundo, de arrojarse desde el pináculo del templo, fué firmemente enfrentada y resistida. El archienemigo citó una promesa de Dios, de seguridad, para que Cristo pudiera hacer eso seguramente, confiando en la promesa. Jesús hizo frente a esa tentación con las Escrituras: “Escrito está, no tentarás al Señor tu Dios”. Mateo 4:7. De la misma manera, Satanás insta a los hombres a ir a lugares a los que Dios no quiere que vayan, presentándoles las Escrituras para justificar sus sugerencias. NEV 97.2

Las preciosas promesas de Dios, no son dadas para fortalecer al hombre en una conducta presuntuosa, o para hacerlo confiar cuando se lanza innecesariamente al peligro. ... Como hijos de Dios, se nos pide que mantengamos la consecuencia de nuestro carácter cristiano. Debemos ejercer prudencia, precaución y humildad, y andar con cautela junto a aquellos que no las tienen. Pero en ningún caso hemos de abandonar los principios. NEV 97.3

Nuestra única seguridad consiste en no dar lugar al mal; porque sus sugerencias y propósitos siempre nos dañarán, e impedirán que confiemos en Dios. Satanás se transforma en un ángel de pureza, para poder, mediante sus especiosas tentaciones, introducir sus artificios de tal manera, que no discernamos sus trampas. Cuanto más cedamos, tanto más poderosos serán sus engaños. No es seguro discutir o parlamentar con él. Por cada ventaja que le demos al enemigo, él pedirá más. Nuestra única seguridad consiste en rechazar firmemente la primera insinuación a la presunción. A través de los méritos de Cristo, Dios nos ha dado gracia suficiente para resistir a Satanás, y ser más que vencedores. La resistencia es el éxito. “Resistid al diablo, y de vosotros huirá”. La resistencia debe ser firme y constante. Perdemos todo lo que ganamos si resistimos hoy para ceder mañana.—The Review and Herald, 8 de abril de 1880. NEV 97.4