Mensajes Selectos Tomo 1

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Llamados a pasar adelante en San Francisco

El viernes 21 de diciembre [1900] fui a San Francisco donde había de pasar la semana de oración. Hablé allí a la iglesia el sábado por la tarde, aunque estaba tan débil que tenía que aferrarme al púlpito con ambas manos para sostenerme. Le pedí al Señor que me diera fuerza para hablar a los hermanos. Escuchó mi oración y me fortaleció. Tuve gran fluidez para hablar de. Apocalipsis 2:1-5. 1MS 175.1

Fui profundamente poseída por el Espíritu de Dios y los presentes se impresionaron hondamente debido al mensaje presentado. Después de que hube terminado de hablar, se invitó a que pasaran al frente todos los que deseaban entregarse al Señor. Respondió un gran número y se oró por ellos. Varios de los que se adelantaron son personas que recientemente han oído el mensaje adventista y están en el valle de la decisión. Dios fortalezca la buena impresión que recibieron, y se entreguen completamente a él. ¡Oh, cómo anhelo ver a esas almas convertidas y oírlas cantar un nuevo himno de alabanza a Dios! 1MS 175.2

El domingo por la tarde hablé a una gran congregación en la que había muchos que no son de nuestra fe. Mis fuerzas fueron renovadas y pude hablar sin aferrarme al pupitre para estar delante de los hermanos. La bendición del Señor descansó sobre mí y recibí un vigor aumentado mientras hablaba. Al igual que el sábado, fueron invitados a pasar adelante los que buscaban ayuda espiritual, y estuvimos contentos de ver la pronta respuesta. El Señor se nos acercó mucho mientras lo buscamos en oración.—The Review and Herald, 19 de febrero de 1901. 1MS 175.3