Mensajes Selectos Tomo 1

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Un llamado especial en el colegio de Battle Creek

Hasta ahora he hablado a los ayudantes, a la clase de enfermeras y a los médicos cinco veces durante la semana de oración, y estoy segura de que mis discursos son apreciados. He hablado dos veces en el colegio. El jueves pasado, el Prof. Prescott quiso que fuera allí. Fui, oré y hablé en la gran capilla, llena de estudiantes. Tuve mucha fluidez para hablar y presentar ante ellos la bondad y misericordia de Dios, la gran condescendencia y sacrificio de Jesucristo y la recompensa celestial comprada para nosotros, la victoria final, y cuán grande privilegio es ser cristiano. 1MS 174.1

El Prof. Prescott se levantó y trató de hablar, pero su corazón estaba henchido y no pronunció una palabra durante cinco minutos, sino que estuvo de pie llorando ante los hermanos. Entonces dijo unas pocas palabras: “Estoy contento de ser cristiano”. Habló durante unos cinco minutos y entonces dio a todos la oportunidad de hablar. Se dieron muchos testimonios, pero me pareció que debía alcanzarse a algunos a quienes hasta entonces no habíamos conseguido alcanzar. Invitamos a que pasaran al frente todos los que sentían que no estaban preparados para la venida de Cristo y no tenían una evidencia de haber sido aceptados por Dios. Me dio la impresión de que todo el local estaba en movimiento. Dimos entonces oportunidad a que todos expresaran sus sentimientos, pasamos poco después unos cortos momentos en oración y la bendición del Señor pareció alcanzar los corazones. 1MS 174.2

Entonces nos separamos en divisiones y continuamos la obra durante dos horas más y el Espíritu del Señor se hizo presente en la reunión en una forma notable. Algunos que no tenían noción de una fe religiosa, incrédulos mundanos, han ganado una experiencia genuina en la vida religiosa. Y la obra se profundiza más y más. El Señor obra y obrará tan rápidamente como le preparemos el camino para que pueda revelar con seguridad su poder en nuestro favor.—Carta 75, 1888. 1MS 174.3